Monreal es el único aspirante que lo anuncia, grita, levanta los brazos y no es mencionado por el presidente López Obrador. Ha llegado a tanto el desdén de Palacio Nacional que en todas las mesas de los restaurantes de Polanco se dice que Ricardo Monreal va a competir, pero por el partido de Dante Delgado, Movimiento Ciudadano. O sea, nadie ve a Monreal como fiel a un proyecto, solo porque el proyecto nunca le ha sido fiel.
El fin de semana anunció que va a participar en el proceso interno de Morena.
Hoy lunes, se reunió con la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum.
Antes, en la toma de protesta de su hermano al gobierno de Zacatecas, engañó a Marcelo Ebrard para tomarse una foto juntos, simulando un desayuno entre los dos, cuando en realidad hubo muchos más invitados.
Ricardo Monreal sabe que no tiene posibilidades de competir por Morena. Lo que anunció es una competencia interna de Morena dura, áspera y de golpeteos. Una competencia donde uno de los perdedores saldrá acusando a todos, al partido y a sus contrincantes, de no ser democráticos.
Y así intentar llevarse algo de lopezobradorismo a la alianza opositora (donde tampoco le están rogando q sea su candidato) o a Movimiento Ciudadano, donde falta esperar a ver qué dice Samuel García y su, ahora prencandidata, su esposa Mariana Rodríguez.