“¿Declinar por Xóchitl? No, no vaya a ser que se baje por la CDMX”. Tal fue la respuesta de Beatriz Paredes a una pregunta que le hizo el periodista Óscar Mario Beteta en Radio Fórmula.

El pasado 25 de julio en el informativo En los tiempos de la radio la priista Paredes expresó dudas fundadas acerca de la solidez de las aspiraciones presidenciales de Xóchitl Gálvez.

Beatriz le recordó a Beteta que “hasta hace un mes, Xóchitl conversaba con todos quienes quisieran oír que quería ser jefa de gobierno de la Ciudad de México, seguramente aquí también lo declaró, después cambió de opinión. Yo prefiero seguir en este proceso no vaya a ser que vuelva a cambiar de opinión”.

Hoy en la página de internet de El País se publica un análisis de la argentina Georgina Zerega. Dice la reportera que “el fenómeno Xóchitl debilita los planes de la oposición para la Ciudad de México”. Y es verdad, ya que la senadora Gálvez era la única opción más o menos fuerte de la oposición para buscar la jefatura de gobierno capitalina.

¿Por qué Xóchitl Gálvez abandonó el proyecto político en el que tenía algunas posibilidades de éxito por una aventura presidencial que, lo dicen todas la encuestas, está condenada al fracaso? La convencieron empresarios, intelectuales y estrategas que han caído en la desesperación porque no saben cómo enfrentar a Morena en las elecciones de 2024 .

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Es larga la lista de las personas que vieron en Xóchitl Gálvez el mejor perfil para enfrentar al partido de izquierda. Cito los nombres que han sido mencionados en los medios de comunicación, particularmente en El País y El Heraldo de México:

  • Claudio X. González, de la familia que controla Kimberly-Clark de México, cercanísima al jefe de jefes de la derecha mexicana, Carlos Salinas de Gortari.
  • José Antonio El Diablo Fernández Carbajal, dueño de Oxxo.
  • Agustín Coppel, de Grupo Coppel.
  • Alejandro Junco, de Grupo Reforma (periódicos Reforma, de la Ciudad de México; El Norte, de Monterrey, y Mural, de Guadalajara).
  • Blanca Treviño, de Softtek.
  • Ricardo Saldívar, presidente del Tecnológico de Monterrey.
  • Enrique Gómez Junco, de Óptima Energía.
  • Mario Páez, exdirector de Grupo Sigma.
  • Alejandro Ramírez, de Cinépolis.
  • Jorge G. Castañeda, excanciller, articulista de Nexos.
  • Jorge Suárez Vélez, experto en finanzas, colaborador de Reforma.

Tales personas seguramente le prometieron a Xóchitl Gálvez el más grande apoyo económico para una intensa campaña de posicionamiento. Le han cumplido.

Pero, quienes conocen a Xóchitl —seguramente Beatriz Paredes tiene información privilegiada al respecto—, dicen en privado que la vendedora de gelatinas condicionó su candidatura presidencial: “Si no le gano o al menos empato en agosto con Claudia Sheinbaum en las encuestas, renuncio a competir por la presidencia y me apoyan para ir por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México”.

Estamos a unos cuantos días de que empiece agosto. La campaña propagandística de Xóchitl Gálvez incluyó alguna encuesta, elaborada por sus propios estrategas, que la ubicaba en posición muy competitiva con Claudia. Era un engaño.

Las encuestas serias ha dicho otra cosa: Claudia Sheinbaum supera por 30 puntos a Xóchitl Gálvez. Me refiero a los estudios recientes de Covarrubias y Asociados, que dio a conocer La Vanguardia, de Barcelona, España; Buendía & Márquez, cuyos resultados difundió Darío Celis en El Heraldo de México; Enkoll, encuestadora de El País, de Madrid, España; Consulta Mitofsky, de El Economista, y De las Heras Demotecnia, que hace públicos sus resultados en su propia página de internet.

Nadie se sorprendería si Xóchitl cambiara de opinión y exigiera a quienes la han apoyado que la acompañen en un lance para el que ella sí tiene tamaños, la contienda por el gobierno capitalino.