Carlos Monsiváis nombró a la publicista Ana María Olabuenaga “emperatriz del impacto efímero”. ¿Xóchitl Gálvez tiene relación con eso? Veremos que sí.
La señora Olabuenaga, sin duda una mujer destacada, ha publicado hoy en Milenio un homenaje a Xóchitl. Parte de afirmar, erróneamente en mi opinión, que la candidata favorita de la derecha empresarial no es un producto del marketing político. Según la publicista que cada semana colabora en el periódico de don Pancho González, se ha dicho eso de la senadora Gálvez —y yo lo he dicho, sin duda: la veo como una mercancía que sus propagandistas tratan de vender— con el único propósito de “minimizar la fuerza de la candidata, desprestigiar sus logros y negar sus cualidades”.
Conozco bien a Xóchitl Gálvez, creo que tengo buena relación con ella desde hace bastantes años. No minimizo su fuerza ni desprestigio sus logros; tampoco niego sus cualidades. Simple y sencillamente ahora mismo la veo como un producto de la mercadotecnia política. Xóchitl me disculpará —o jamás me perdonará, uno nunca sabe—, pero esa es mi percepción.
Después de elogiar a Xóchitl Gálvez, la publicista Olabuenaga se lanza con muy mala leche contra Claudia Sheinbaum. Compara a la aspirante presidencial de la alianza PRI, PAN, PRD con la líder en las encuestas de Morena.
Cito enseguida a Ana María Olabuenaga y comento sus afirmaciones:
Dice la publicista Olabuenaga: “¿Cómo es posible que Xóchitl emocione más que Claudia, la candidata predilecta del presidente?”.
Mi comentario: Seguramente Xóchitl emociona más a la señora Olabuenaga, muy su preferencia; debería hablar por ella misma y por quienes le conste comparten sus predilecciones. A otras mujeres es Claudia la que emociona más; por ejemplo, a la carismática presidenta municipal con licencia de Tepic, Geraldine Ponce. La doctora en ingeniería y activista de izquierda toda su vida llamada Claudia Sheinbaum emociona a no pocas personas de ciencia y a muchos hombres y mujeres que han entregado su vida a la lucha política desde las protestas universitarias. Las generalizaciones son un feo vicio en el periodismo, y periodismo es lo que hace en Milenio la mencionada publicista. Valdría la pena que doña Ana María presentara un mínimo estudio, de preferencia cuantitativo, para más o menos justificar su tesis.
Dice la publicista Olabuenaga: “¿Cómo explicar entonces la poca emoción que provoca Claudia siendo que lleva dos años con una inversión multimillonaria mercadeándola en vallas, giras y menciones en medios masivos?”.
Mi comentario: Insisto, el poco entusiasmo Sheinbaum lo provoca en la publicista Olabuenaga y en otras personas de su ideología, su clase social o su origen universitario. Las encuestas hablan de que si alguien emociona a la mayoría, es Claudia: ella aventaja en todos los análisis demoscópicos serios que se han publicado. En cuanto a la “inversión multimillonaria mercadeándola en vallas, giras y menciones en medios masivos” creo que Ana María Olabuenaga no ha entendido que se trata de la reacción de los simpatizantes de la jefa de gobierno con licencia ante la enorme promoción de sus rivales en Morena, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López. Eso no es marketing político en ninguno de los casos, sino exhibición de la fuerza que cada aspirante tiene. Es la realidad, más allá de lo que diga la legislación electoral, que todos los partidos violan —la intensa campaña a favor de Xóchitl es acto adelantado de campaña—. Como publicista, doña Ana María sabrá que no hay lógica mercadológica en nada de lo que han hecho la corcholata y los corcholatos de Morena. La habrá cuando se decida la candidatura, que si las encuestas no mienten, corresponderá a Claudia.
Dice la publicista Olabuenaga: “Antes que cualquier cosa, el marketing necesita de un buen candidato, de un buen producto, para de ahí empezar su trabajo. Xóchitl es una buena candidata antes de cualquier marketing: entusiasma y emociona de manera orgánica”.
Mi comentario: Tiene razón Ana María Olabuenaga. Es un hecho conocido en mercadotecnia que la publicidad solo funciona si hay la mercancía es buena. Como dice Ana María, Xóchitl Gálvez es muy buena mercancía, y así la están dando a conocer sus publicistas. Claudia Sheinbaum no es una mercancía, sino una mujer hecha en la lucha política y en la intelectualmente durísima investigación científica en física y en ingeniería avanzada; entonces, su marketing es no malo, sino inexistente. Pero la política es mucho más que eso, y la gente lo sabe, aunque a veces se equivoque, como en la elección de Vicente Fox —por cierto, quien invitó a Xóchitl al servicio público—. Claudia confía, como lo hizo AMLO, en que lo fundamental de la estrategia no es cuidar la imagen para presentar a quien aspira al cargo como una persona simpática, sino la propuesta de gobierno y el proyecto de nación. Yo estuve en una campaña de Andrés Manuel. Había publicistas, pero de nada sirvieron: López Obrador no se somete a la tiranía de los creativos. Andrés es un dirigente social, expresa sus ideas, polemiza, y si convence, bien; si no, también. Y ha convencido. Claudia busca el apoyo de la gente con la misma estrategia, no por agradar al jefe, sino porque piensa que solo eso funciona si se trata de ganar el largo plazo. Si de tal manera sale adelante, ella estará contenta; si no, pues ni modo: a otra cosa. Será lo que la gente decida, independientemente de lo que digan los y las publicistas.
Dice la publicista Olabuenaga: Emociona tanto Xóchitl Gálvez que “los jóvenes se están uniendo a la conversación: participan, hacen memes, dibujos y videos”.
Mi comentario: Es falso lo que dice Ana María Olabuenaga. Quienes hacen los memes y los dibujos de Xóchitl no son “los jóvenes” —yo habría escrito “los y las jóvenes”; hace un par de años me rendí ante la exigencia feminista del lenguaje incluyente y lo pongo en práctica como mejor puedo—. Los dibujos, los memes y los videos de la senadora Gálvez los hacen publicistas. Como la foto de los tamales, que convirtió una victoria de Xóchitl en una derrota. Enseguida le dedico más espacio a este tema tamalero:
A Xóchitl sus publicistas le hicieron de chivo los tamales
Fue un error de AMLO burlarse de Xóchitl Gálvez al decir que ella anda en bicicleta “como si vendiera tamales”. Aunque no sea una falta grave, el presidente tendrá que disculparse ya que su broma cayó en la categoría del clasismo.
¿Cómo reaccionó el equipo de Xóchitl? Con publicidad tramposa y vulgar. Los y las especialistas en marketing político que han sido contratados —supongo que bien pagados— para hacer crecer la popularidad de Xóchitl Gálvez, tuvieron la mala idea de alterar la fotografía de una vendedora de tamales publicada en 2020 en la sección Verne de El País, de España. Aquella nota, sobre el coronavirus en México, la firmaba Almudena Barragán, y la foto la tomó Mónica González.
Esta es la foto original:
Esta es la foto alterada por los y las publicistas de Xóchitl:
Debería Ana María Olabuenaga ofrecer un servicio de asesoría a la campaña de Xóchitl, para explicarles que tales tonterías no se hacen.
Olabuenaga y el Tour de Francia entre Xóchitl y Claudia
Desde hace bastante tiempo sigo las vueltas ciclistas de tres semanas, el Tour de Francia, el Giro de Italia y la Vuelta a España. Creo que pocas competencias habían sido tan interesantes como la del Tour de este 2023. Se han recorrido ya nueve de las 21 etapas, y ha habido tres montañosas, dos en los Pirineos y la de ayer domingo en el volcán Puy de Dôme.
En la primera etapa de montaña, en el Col de Soudet, Jonas Vingegaard aventajó a Tadej Pogacar por más de un minuto. Al día siguiente, los ciclistas llegaron al durísimo puerto Cauterets-Cambasque.
En ocasiones puedo ver en internet la transmisión de Eurosport en español. Los comentaristas —uno de ellos, el exciclista Alberto Contador— durante toda la subida final al Cauterets-Cambasque pronosticaron, y no se cansaron de pronosticar que el danés Vingegaard atacaría de nuevo para terminar de liquidar al esloveno Pogacar. Pero, de pronto, el pedalista de Eslovenia demostró por qué es considerado el mejor ciclista del mundo: con un acelerón impresionante dejó atrás a su rival. Ayer, en el Puy de Dôme la historia se repitió: el tres días antes desahuciado Tadej Pogacar impuso su fortaleza en la que es para muchos la ascensión más icónica del Tour de Francia.
Creo que Ana María Olabuenaga está cantando con demasiada anticipación la victoria de Xóchitl. Lo hace por lo que ha visto solo durante dos semanas. La publicista se equivoca, ya que la candidata de la derecha no tiene resistencia para una carrera de gran fondo: la senadora Gálvez, como mercancía vendible solo con propaganda, es una moda efímera. Sorprende que no lo vea la “emperatriz del impacto efímero”.
Especulo que la bicicleta es una de las razones por las que Xóchitl Gálvez emociona a Ana María Olabuenaga. La aspirante panista anda en bici por el centro de la Ciudad de México, especialmente por Polanco, y es maravilloso que así lo haga. Puede bicicletear con seguridad, por cierto, gracias a Claudia Sheinbaum.
No exagero: la cultura de la bicicleta como medio de transporte en la Ciudad de México tuvo un enorme impulso en el periodo en el que AMLO fue jefe de gobierno de la capital. En este tiempo se construyó la primer ciclovía. Por cierto, vecinos y vecinas de los barrios de clase alta se opusieron a la obra, que encabezó Claudia Sheinbaum.
Cito enseguida una nota de 2004 de La Jornada, firmada por Ángel Bolaños Sánchez:
- “Vecinos encabezados por una funcionaria de la SSP federal trataron de impedir el acto”
- “Increpan a López Obrador al inaugurar obra en las Lomas”.
- “Una docena de personas trató de impedir al jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, la inauguración del Puente Ecopista Reforma, construido sobre el derecho de vía del Ferrocarril a Cuernavaca, para dar continuidad a la ciclovía, pero sus consignas de ‘¡No al puente¡’ se enfrentaron con las voces de trabajadores de la construcción, quienes defendieron la obra coreando: ‘¡Sí al puente¡’, ‘¡Sí a los peatones!’, ‘¡Sí a los ciclistas!’
- “El grupo de inconformes, encabezados por María Licea Pérez Peña, funcionaria de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, quienes dijeron ser vecinos de Las Lomas y Polanco, ganaba la disputa en decibeles, con el apoyo de dos megáfonos, aun cuando el número de trabajadores de botas, cascos, cachuchas y empolvados overoles los superaban en número”.
- Aquello “parecía una lucha de clases”…
- Al jefe delegacional de Miguel Hidalgo, Fernando Aboitiz Saro, lo invitó al acto “la titular de la Secretaría del Medio Ambiente capitalina, Claudia Sheinbaum”, responsable de la obra
- “Sheinbaum explicó al jefe de gobierno algunas especificaciones de la obra, cuyo diseño fue una donación del arquitecto Ariel Bromberg: estructura ligera, elaborada con concreto blanco, muros cubiertos de vegetación, tiene dos apoyos a 60 metros uno del otro, en los que se incorporan las escaleras para los peatones, sin columnas en el centro y con rampa para los ciclistas”.
- “Durante los 10 a 15 minutos que duró la ceremonia, los vecinos estuvieron gritando sus consignas”.
- “El grupo de inconformes, dirigido por Licea Pérez Peña, quien es subdirectora de relaciones con organismos no gubernamentales nacionales e internacionales de la Coordinación General de Derechos Humanos y Participación Ciudadana de la SSP federal, señaló que ya presentaron un amparo contra la obra por haber violado la Ley de Participación Ciudadana”.
- “Una de las mujeres increpó a Sheinbaum, quien le espetó: ‘se hizo una consulta y la mayoría estuvo de acuerdo con el puente, pero ustedes no quieren reconocer esto’…”
- “Sheinbaum explicó en entrevista que ‘entre los comités vecinales la delegación hizo una encuesta y la mayoría de la gente estaba de acuerdo con el puente, que además es muy necesario ya que es un cruce peatonal muy importante y teníamos que dar una salida. Los argumentos de la gente eran que ‘iba a opacar la vista de quienes venía en coche para ver la Fuente de Petróleos, la vista de por sí es opacada por los árboles, y se hizo un diseño muy especial por ser Reforma, es decir, no había ningún argumento para no construirlo’…”
Si alguien ha hecho por las ciclovías en la Ciudad de México ha sido Claudia Sheinbaum. Construyó la primera y durante su propio gobierno se llegó a más de 200 kilómetros de ciclopistas. Hacen falta muchas más para que la gente con ganas de pedalear las use, como Xóchitl, en efecto, aunque esta candidata —como es mi caso— necesite de bici con ayuda eléctrica.
La señora Gálvez y yo no estamos en condiciones de atacar las subiditas sin el apoyo de un motor eléctrico. Claudia no sé, pero quizá por su peso, y a pesar de su edad, todavía pueda ascender sin necesidad de que su bicicleta dependa de las baterías de litio. Lo digo porque me lo han diagnosticado ciclistas profesionales: yo a mis años, con 20 kilos menos, me defendería bastante en la montaña. Pero con este sobrepeso nomás no puedo. Es la ventaja del físico de Sheinbaum: tiene el peso ideal para ganar una carrera, política o ciclística, tan dura como una vuelta de tres semanas... o una contienda presidencial.