Como a Xóchitl Gálvez se le hicieron poquitos 30 puntos de desventaja, entonces busca un ridículo todavía mayor.

La fallida candidata del PRIAN, si hubiera sido inteligente, habría reconocido su derrota al cierre de las casillas ayer domingo a las 7 de la tarde. No lo fue y esperó varias horas antes de admitir la gigantesca ventaja de Claudia Sheinbaum tanto en las encuestas de salida de distintas empresas especializadas en estudios demoscópicos como en el conteo rápido del INE y en el PREP.

Son muchos, muchísimos, 30 puntos de ventaja; de hecho son más de 30 puntos de diferencia entre la ganadora y la perdedora. Esto habla de fracaso de una candidata frívola y de tres partidos, el inexistente PRD y los dos institutos políticos más desprestigiados de México, el PRI y el PAN.

Lo que sea, aunque muy tarde anoche Xóchitl llamó a Claudia para felicitarla, y ahí debió haber terminado su aventura electoral en el 2024. Pero alguien en su círculo cercano la convenció de que hoy debía anunciar que impugnará el proceso electoral presidencial de este año.

Política chimoltrufia, Xóchitl como dice una cosa dice la contraria. Vaya ridículo el que está haciendo la excandidata Gálvez. Le digo excandidata porque ya perdió: ya se acabó, ya concluyó su andanza que desde el inicio estuvo destinada al fracaso para ella y sus partidos.

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Un fracaso tan grande el de Xóchitl y el PRIAN que Morena no solo no ganó la presidencia de México, sino la mayor parte de las gubernaturas en disputa y logró la mayoría calificada en el Senado y en la Cámara de Diputados y Diputadas.

Este lunes, después de que inclusive su principal patrocinador, Claudio X. González, reconociera la derrota de Xóchitl Gálvez, esta política, evidentemente frustrada, enojada, deprimida y seguramente manipulada por algún estratega bueno para nada, decidió anunciar en redes sociales que impugnará la victoria de Sheinbaum.

Lo chistoso es que en su mensaje de anuncio de la impugnación dijo: “Reconocí ayer mi derrota porque soy demócrata y creo en las instituciones”. Después se aventó un rollo bastante confuso, difuso y cursi para anunciar que impugnará lo que como demócrata había reconocido: que perdió, y feamente, contra la virtual presidenta electa Sheinbaum.

No le bastaron a Xóchitl 30 puntos de desventaja ni tuvo suficiente con la derrota más aplastante en una elección presidencial, así que va por más: por más actuación denigrante para ella misma. Qué espantoso ridículo. Galvez no ha entendido un principio básico de la política mexicana que suele comentar el presidente Andrés Manuel López Obrador: que en política todo se puede hacer, menos el ridículo.

La cantidad muy grande de presidentes extranjeros que ya ha felicitado a Claudia Sheinbaum, entre ellos el español Pedro Sánchez y el estadounidense Joe Biden, ¿tomarán en serio la impugnación de Xóchitl? Si se enteraran de las intenciones de la derrotada, se morirían de risa loca. Como se morirán de risa loca en el tribunal electoral, ya que hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha reconocido la victoria de la presidenta Sheinbaum.

De pena ajena la excandidata X.