Cuando se viven tiempos en los que el panorama económico internacional se torna tan hostil como incierto, los ciudadanos esperan la reacción oportuna y valiente de su gobierno, pues esto marcará la diferencia entre la pasividad, la sumisión y el liderazgo.
A nivel federal se discuten posibles medidas de respuesta ante las políticas comerciales de Estados Unidos, pues en su reciente visita a Monterrey, la presidenta Claudia Sheinbaum reconoció la importancia de fortalecer el mercado interno, sin embargo y sin afán de demeritar la cooperación entre los niveles de Gobierno y otros actores sociales, el Gobierno Federal era el invitado que llegaba retrasado a la fiesta, pues la colaboración mostrada entre la administración estatal y la Caintra, ya era ejemplo de que cuando gobierno e industria trabajan juntos, los beneficios se multiplican.
Y es que frente a la latente posibilidad de la imposición de aranceles por parte de nuestro vecino país del norte, el Gobierno de Nuevo León tomó esta iniciativa de ser el primer y único estado del país en lanzar un paquete fiscal integral para defender su economía, proteger el empleo e incentivar la inversión. Esta acción no solo envía un mensaje claro de certidumbre, sino que además pone sobre la mesa un modelo de política económica con visión social y estratégica.
Este plan económico, anunciado por el gobernador de Nuevo León, incluye la eliminación y reducción de impuestos, subsidios al Impuesto Sobre Nóminas (ISN), condonación de adeudos fiscales y estímulos dirigidos tanto a grandes inversiones como a grupos tradicionalmente vulnerables. Con ello, se busca fortalecer a las pequeñas y medianas empresas, incentivar la relocalización de industrias y de paso continuar con la consolidación de Nuevo León como el motor económico de México, que ya con el nearshoring y la preferencia de las empresas por la tierra norestense era evidente.
Es importante analizar los beneficios, pues no son simbólicos: por ejemplo valiéndose de su posición estratégica se busca integrar que las empresas exportadoras que utilicen el Puente Colombia en Anáhuac reciban una reducción del 100% del ISN si generan nuevos empleos. Y para inversiones mayores a 50 millones de dólares que generen más de 100 empleos, el descuento varía según el nivel de la proveeduría local: 10% para contenido mayor al 51%, 20% para más del 75%, y hasta 33% cuando se supera el 85%. Es una estrategia clara para fortalecer cadenas locales de valor, en un momento donde la autosuficiencia regional se vuelve fundamental. Pero este paquete va más allá de los grandes capitales. Incluye subsidios de hasta 100% en multas, recargos y gastos de ejecución para empresas con adeudos fiscales, y del 50% en el monto actualizado del ISN generado antes del 1 de enero de 2024. Además el plan contempla una ventana de oportunidad hasta el 30 de noviembre de 2025 para regularizarse sin consecuencias legales. Se trata de una política que busca sumar, regularizar sin castigar.
Por otro lado no es para nada menor la necesidad de reconocer el valor de este esfuerzo con rostro social que además es incluyente, pues ante un contexto como el actual, el plan considera descuentos del 100% en el ISN por cuatro años para personas con discapacidad, adultos mayores, jóvenes en su primer empleo, mujeres jefas de familia con bajos ingresos y nuevos emprendedores en el norte y sur del estado. Este enfoque incluyente es otra muestra de que el desarrollo económico no tiene por qué dejar atrás a nadie.
También se integran incentivos fiscales para empresas de electromovilidad, un sector clave para el futuro industrial de México. Las armadoras (OEM) recibirán un 50% de descuento en ISN, mientras que los proveedores de software, hardware e infraestructura tecnológica obtendrán hasta 95% de subsidio. Así, Nuevo León asume este liderazgo regional y no sólo piensa en el presente, sino que se prepara para los desafíos de una economía verde, digital y globalizada que tanta falta hace, así que Nuevo León está marcando el paso que seguramente seguirán el resto de los Estados.