¡Vaya que este 2024 está dando mucha tela de dónde cortar! De manera vertiginosa hemos tenido un vuelco en torno a un equipo que, desde su lanzamiento, ha sido muy problemático, por decirlo suavemente. Me refiero a uno de los aviones de la armadora norteamericana Boeing, el modelo 737 -de la serie o familia MAX-, y en esta ocasión su versión número 9 (B737MAX-9).
Este inesperado giro comienza el viernes 5 de enero, por la noche, con un vuelo de la línea aérea Alaska Airlines, que después del despegue experimentó una despresurización explosiva (así se llama técnicamente), derivado a que una parte del fuselaje, una ventanilla/puerta de emergencia se desprendió. La aeronave despegó del aeropuerto de Portland, Oregón y tenía como destino el aeropuerto de Ontario, en San Bernardino, California.
Sucedió después de haber pasado los 10 mil pies de altura, esto es, cuando se supone que ya pasaron por la fase de despegue y de cabina estéril, y el vuelo va en busca de su altitud de crucero que en vuelos comerciales ronda entre los 30 mil a 40 mil pies (dependiendo de la aerovía y otras cuestiones). Durante el ascenso, a casi 16 mil pies de altura, experimentaron esta despresurización explosiva e inmediatamente comenzaron el descenso regresando al aeropuerto de donde habían salido (Portland).
Afortunadamente, la desgracia no pasó a mayores, gracias a que los 177 pasajeros seguían con el cinturón del asiento colocado, lo que permitió que nadie saliera “expulsado” de la aeronave, creando con ello un evento mucho más dramático.
Las despresurizaciones explosivas no avisan, y debe quedar muy claro que se dan -generalmente- por una o más fisuras en el fuselaje, sin embargo, en este caso habrá que esperar los resultados que arrojen las investigaciones pertinentes.
Por este motivo, la compañía aérea norteamericana Alaska Airlines tomó la decisión de poner en tierra sus 65 equipos B737MAX-9, en espera de ser inspeccionados a profundidad y verificar que sean totalmente seguros para la operación, al mismo tiempo que avisaba a sus clientes que la compañía aérea estaría enfrentando algunos retrasos y cancelaciones. Para ello, abrió diferentes vías de comunicación para que los usuarios supieran cuál era el estatus de sus vuelos.
El CEO de Alaska Airlines, Ben Minicucci, concluyó su comunicado diciendo “Mi corazón está con los que estuvieron en ese vuelo, estoy muy apenado por lo que tuvieron que experimentar. Estoy muy agradecido por la respuesta que tuvieron nuestros pilotos y los sobrecargos. Tenemos equipos en tierra en Portland asistiendo a los pasajeros y estamos trabajando en apoyar a nuestros clientes que viajan en los siguientes días”.
En mis años como tripulante sólo una vez me tocó vivir una despresurización en la cabina, y no es algo que quisiera volver a experimentar. Entiendo a la perfección lo que han de haber sentido los pasajeros, incluyendo los tripulantes.
Por supuesto, después de estos comunicados, la propia Agencia Federal de Aviación de los Estados Unidos de Norteamérica (FAA por sus siglas en inglés), emitió su propio comunicado, informando su orden de que todas las aerolíneas que operen en Estados Unidos, o sobre el territorio norteamericano, deben poner en tierra todos los equipos B737MAX-9.
La armadora Boeing publicó su postura, manifestando que “… La seguridad es nuestra prioridad y estamos verdaderamente apenados por el impacto que ha tenido este evento en nuestros clientes y sus pasajeros. Estamos de acuerdo y apoyamos totalmente la decisión de la FAA, para inspeccionar de inmediato los aviones 737-9 con la misma configuración, así como la aeronave afectada. En adición el equipo técnico de Boeing, está apoyando a la “National Transportation Safety Board” NTBS (Junta Nacional de Seguridad en el Transporte) en la investigación del último evento. Estaremos cerca y en contacto con nuestros clientes, con nuestro regulador y los usuarios”
Cuando esto se dio a conocer a través de redes sociales, evidentemente las preguntas no se hicieron esperar; y es que Aeroméxico cuenta con varios de estos equipos, 19 para ser exactos.
Por tal motivo, en pleno Día de Reyes, la empresa del caballero águila expidió un comunicado informando que estos 19 aviones modelo B737MAX-9 estarán en tierra para someterlos a un proceso de revisión, y descartar cualquier riesgo. “En concordancia con lo indicado por la Administración Federal de Aviación (FAA)…” dijeron.
En 2020, el periódico The New York Times imprimió el artículo titulado “Boeing Employees Mocked F.A.A. and ‘Clowns’ Who Designed 737 Max” (Empleados de Boeing se burlaron de la FAA y de los ‘payasos’ que diseñaron el 737 Max). Y resulta sumamente rudo que en una de las comunicaciones que tuvieron los investigadores de la FAA aseveraran: “este avión está diseñado por payasos, que a su vez están supervisados por monos”.
No podemos olvidar que en el pasado ya hubo dos terribles accidentes con esta familia de aviones que cobraron vidas humanas. El equipo sigue teniendo problemas, y no deja de darle dolores de cabeza a Boeing. Y desde mí óptica, todo se deriva de pésimas decisiones para ganarle una carrera sinsentido a la fabricante de aviones francesa Airbus.
Está bien la medida de poner en tierra estos equipos; es necesario. Espero que las repercusiones sean mínimas. Pero es importante que todos los procesos de revisión se hagan de manera exhaustiva y privilegiando en todo momento la seguridad, para no dejar lugar a ninguna duda.
Nos encontramos en plena recuperación de los estragos de la pandemia, la aviación va tomando impulso y este tipo de “tropiezos” son los que terminan bajando la velocidad al crecimiento de la industria aeronáutica.
En el caso de Aeroméxico me parece un total acierto no perder tiempo y bajar de inmediato estos equipos, en aras de mantener sus estándares de seguridad con sus usuarios, y con sus trabajadores.
Estaremos atentos sobre cómo se va desarrollando esta historia, por el momento la Agencia Europa de Seguridad Aérea (EASA), ha ordenado una inspección exhaustiva a equipos de familia Boeing MAX, seguiremos actualizando los datos, para que ustedes tengan la información clara y puntual que se merecen.