“En vano busqué a la princesa que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa. Ya no hay princesa que cantar!
Mas a pesar del tiempo terco, mi sed de amor no tiene fin; con el cabello gris, me acerco a los rosales del jardín...
Juventud, divino tesoro,
ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Mas es mía el Alba de oro!”
Rubén Dario
Gabriel Boric, presidente electo de Chile, será pronto el mandatario más joven que haya tenido ese país. Político de izquierdas, “Chofo” para su novia (eso en razón de que a ambos les gustan las alcachofas), de ascendencia catalana y serbia, ha sido festejado y felicitado por líderes de diversas naciones, incluyendo a López Obrador.
Los miembros de la 4T han sido corifeo de nuestro Ejecutivo federal por lo que a festejar al joven Boric se refiere. Aplauden su juventud y olvidan que el chileno es un año más joven que Luis Donaldo Colosio Riojas, a quien mucho han cuestionado precisamente por su edad. Si de algo puede servirle al joven alcalde de Monterrey tanto ataque por algo sin el menor sentido es marcar agenda. ¿Cuáles deben ser los temas a privilegiar entre la juventud mexicana? ¿Lo ha pensado?
La inclinación de Boric por un socialismo más bien progresista no le ha impedido señalar de forma crítica y dura los errores de los gobiernos venezolano, cubano y chino. Ha condenado con severidad las violaciones a los derechos humanos en dichos países y también las ocurridas ahora en Nicaragua. La diferencia entre ser un verdadero líder de izquierda y un acomodaticio es no estar ciego a los crímenes cometidos en aras de posicionamientos ideológicos y prejuicios personales.
Ya ha compartido algunas de sus propuestas para contrarrestar el cambio climático y las que son a favor de la igualdad social. En ese sentido, al igual que nuestro primer mandatario, utilizó el símil de las escaleras, pero proponiendo hacer un cambio hacia un desarrollo más equitativo con mejor distribución de la riqueza y más derechos sociales, “peldaño a peldaño”. Emparejar mas no hacia abajo…
Sabe bien que la historia no inicia con él. Reconoce que es heredero de una larga trayectoria y de una mezcla de culturas y tradiciones; no reniega del pasado, no se visualiza como quiebre histórico, mucho menos como fuente de encono entre chilenos. Vaya, ya anunció que gobernará para todos ellos por igual.
Si bien conoce las calles y fue líder de las movilizaciones estudiantiles, jugó un papel fundamental en lo que se conoce como “salida institucional”, logrando acabar con los estallidos sociales y siendo de los firmantes del conocido Acuerdo por la Paz y una nueva constitución.
Entendió —y atendió— el que se deben lograr acuerdos y no dinamitar la gobernabilidad. Algo de lo que tendrá que volver echar mano de forma inmediata pues el peso chileno, como respuesta a que la nación tiene ahora un líder de izquierdas, tuvo apenas su peor pérdida en la última década, cerrando el día de ayer en su mínimo histórico.
El punto es que Boric tiene claro que el congreso chileno estará dividido casi en un 50 por ciento entre izquierda y derecha, por lo cual los cambios que busca tendrán que ser acordados sin mayoriteos ni imposiciones.
La historia del presidente electo en Chile debe de ser ejemplo para muchos. Y no, no me refiero al ex líder estudiantil en México que podría llegar a presidente… patraña pensada por El Soberano (portal de noticias) cuando habla de Antonio #YoSoy132 Attolini, columnista de ese medio. Viene a mi mente, en cambio, alguien que sí pudiera parecerse un poco más al líder chileno. Un joven que ya fue diputado local y ahora es alcalde; una persona que busque generar uniones, no continuar desvirtuando, dinamitando, destruyendo y erosionando todo.
El turno de los jóvenes ha llegado, no solo en Chile. Momento que lo piensen los políticos de nuestro país que aún no se han percatado.
Por último, y más allá del triunfo de Boric, si usted, algún conocido, amigo o colega piensa lanzarse como aspirante a la Presidencia, bajo ningún motivo permita que el gran Vargas Llosa apoye su pretensión. Pareciera ave de mal agüero en el rubro de la política (nada que ver con sus dotes como literato): todos los candidatos que ha apoyado, pierden.
Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero