Hace seis años, cuando escuché a un joven que decía que votaría por un candidato porque le daba “buena vibra” me preocupé. ¿Qué es eso? A lo largo de los años he tratado de entender un poco más por qué las vibraciones en la política son una fuerza subestimada de la percepción social.
Las vibraciones, en un sentido coloquial, se refieren a los sentimientos o impresiones intuitivas que uno recibe de una persona, situación o entorno. Estas sensaciones intangibles desempeñan un papel más importante en la política de lo que muchos podrían sospechar.
Por eso, me gustaría explorar la influencia de las vibraciones en la dinámica política, abordando cómo pueden moldear la percepción pública, la toma de decisiones políticas y los resultados de las elecciones.
El poder de la percepción
La percepción es un elemento crucial en la política. Las vibraciones, en este contexto, abarcan una variedad de señales no verbales como el lenguaje corporal, el tono de voz, las expresiones faciales e incluso la vestimenta del candidato. Estas señales suelen tener más influencia que las posiciones políticas explícitas a la hora de moldear la opinión pública. El carisma y la simpatía de los líderes políticos, por ejemplo, pueden fortalecer significativamente su popularidad y su capacidad para influir en los votantes.
Las “vibras” del liderazgo
Las vibraciones del liderazgo, o las cualidades percibidas de los líderes políticos, son fundamentales. La confiabilidad y la identificación son rasgos que a menudo obtienen apoyo. Estas cualidades contribuyen a la capacidad de un líder para inspirar y establecer una conexión con el electorado. Cuando los votantes sienten una vibra positiva por parte de un líder, es más probable que apoyen su agenda.
Las “vibras” del populismo
Los líderes populistas suelen destacar por conectarse con sus seguidores a nivel personal, generando un sentido de camaradería e identidad compartida. Su capacidad para crear una narrativa de “nosotros contra ellos”, junto con su carismático estilo de comunicación, genera fuertes vibraciones que resuenan en su base. Los líderes populistas han aprovechado estas vibraciones para impulsar movimientos políticos e incluso ganar elecciones.
El papel de las vibraciones en la toma de decisiones
Las vibraciones también juegan un papel en la toma de decisiones políticas. Cuando los políticos toman decisiones, a menudo consideran no sólo las implicaciones racionales sino también las respuestas emocionales e intuitivas que evocan. Una política que el público considera adecuada tiene más probabilidades de obtener apoyo, incluso si carece de respaldo empírico riguroso. Esta es la razón por la que algunas políticas, que tal vez no sean las más efectivas en la práctica, ganan fuerza debido a las vibraciones positivas que generan.
El impacto de las vibraciones en las elecciones
En las elecciones, el papel de las vibraciones es particularmente destacado. Los candidatos que irradian calidez, autenticidad y empatía tienen más probabilidades de ganar. Incluso un factor pequeño, como la sonrisa de un candidato durante un debate, puede dejar una impresión duradera e influir en las opiniones de los votantes. Para bien o para mal, si bien las posiciones políticas y las promesas de campaña son importantes, a menudo quedan eclipsadas por la “vibra” general que desprende un candidato.
El peligro de las vibraciones equivocadas
Las vibraciones no siempre son indicadores confiables de las calificaciones o intenciones de un político. Los políticos pueden utilizar su carisma para enmascarar motivos ocultos o crear una fachada de autenticidad. En tales casos, confiar únicamente en las vibraciones puede generar un apoyo equivocado o una confianza fuera de lugar.
De las vibraciones a la realidad
Hace más de un mes leí un artículo de Arthur Hanna, quien es miembro de la junta directiva del Instituto de Estudios del Futuro de Copenhague. En su texto, “Pasando de las vibraciones a la realidad”, aplica el concepto al contexto de debates y discusiones que giran en torno al “cero neto” de emisiones, el cambio climático y la transición energética. “Cuando pienso en la evolución de las conferencias sobre energía desde los primeros días de mi carrera hasta ahora, escribe Hanna, me queda claro que las vibraciones se han multiplicado en los últimos años”. Las respuestas a las preguntas difíciles sobre cambio climático a menudo no se presentan como ideas, sino como “vibras”. Y añade: “una vibra no abordará la escala, amplitud, profundidad y velocidad del cambio necesario tanto en el sistema energético como en la base industrial”.
Vibraciones o ideología
En julio de 2022, Janan Ganesh, columnista del Financial Times, explicó la noción de que en la época actual, la política se trata de vibraciones y no de ideología. Es interesante su perspectiva sobre cómo las personas forman asociaciones con ideas, individuos y, en última instancia, partidos políticos. Esto no se logra a través de un análisis profundo o de un conjunto de puntos de vista arraigados y forjados a lo largo del tiempo, sino de un sentimiento brevemente sostenido. En la columna “La teoría de las vibraciones de la política”, Ganesh argumenta que nuestras “creencias” a menudo son sólo lealtades tribales no examinadas
Las contradicciones inexplicables
Cuando nos topamos con políticos que dicen que son de izquierda, pero sus políticas públicas son neoliberales y sus discursos populistas, necesitamos una explicación. Cuando vemos políticos que dicen que son conservadores, o de derecha, pero promueven políticas liberales o populistas, nos dejan confundidos. La única explicación que encuentro ante esto es que ellos viven en tribus. Ahí no importan tanto las políticas como los significantes tribales. La gente no determina lo que piensa y luego se une a una tribu; más bien, se unen a una tribu y deducen de ella lo que piensan. Así son las redes sociales de hoy, como tribus.
Tribus en la política del siglo XXI
En el siglo XXI, el concepto de tribus en la política ha ganado una importancia cada vez mayor. Estas tribus políticas, a menudo basadas en identidad, cultura o ideología, desempeñan un papel importante en la configuración de paisajes políticos e influyen en las decisiones. El concepto de tribus políticas se refiere a grupos de individuos que comparten identidades, creencias o valores comunes y que se unen para promover sus intereses compartidos en el ámbito político. Varios factores han contribuido al surgimiento del tribalismo político. La globalización, las disparidades económicas y la creciente diversidad de las sociedades han llevado a las personas a buscar personas con ideas afines en busca de apoyo y sentido de pertenencia. La tecnología y las redes sociales han amplificado la influencia de estas tribus al facilitar la comunicación y la movilización.
Política de identidad
La política de identidad, una forma de tribalismo político, ha ido en aumento. Esto significa que las personas se alineen con un grupo particular en función de características compartidas como raza, etnia, género, orientación sexual o religión. También pueden generar divisiones y polarización en la sociedad. La mentalidad de “nosotros contra ellos” suele acompañar a las políticas de identidad, lo que dificulta la cooperación y el compromiso.
Polarización y estancamiento
El surgimiento de tribus políticas ha contribuido a la polarización y el estancamiento políticos. A medida que las tribus se afianzan más en sus creencias y valores, están menos dispuestas a ceder o trabajar entre ambos bandos. Esto puede llevar a un estancamiento legislativo, impidiendo la aprobación de políticas importantes y causando frustración entre el electorado.
¿”Buenas vibras” en el 2024?
La influencia de las vibraciones en la política es innegable. Dan forma a las percepciones, afectan la toma de decisiones e impactan significativamente los resultados electorales. Si bien el análisis racional de las posiciones políticas sigue siendo crucial, tanto los políticos como los votantes deben reconocer el papel que desempeñan las vibraciones en el ámbito político. Al comprender y evaluar críticamente estas impresiones intuitivas, los individuos pueden tomar decisiones más informadas y responsabilizar a sus líderes por sus acciones. Puede que las vibraciones y las tribus no sean un sustituto del pensamiento racional, pero son un componente esencial del complejo mundo de la política mexicana de hoy.
Las “buenas vibras” que alguien pueda tener sobre las candidatas están bien para tratar de explicar nuestras preferencias cuando tenemos que bromear en una comida. Pero la teoría de las “buenas vibras” y las “tribus” no ayudará mucho a sentar las bases intelectuales, estratégicas, políticas o tácticas para las campañas presidenciales.
Javier Treviño en X: @javier_trevino