Buscar problemas donde no los hay, debe ser uno de los pasatiempos favoritos del presidente Donald Trump. Y sin poder decidir cuál es el número uno, se sabe que otro de ellos es el de aprovecharse de los más débiles.
Así ha sido y así seguirá siendo porque se sabe poderoso y se percibe como rey del universo.
La lista de frentes abiertos que tiene por todo el mundo es inmensa y sus enemigos, víctimas, oponentes, adversarios o como se les quiera llamar, son de todos los tamaños, aunque ciertamente, el tono que usa en sus peleas con las potencias mundiales es muy diferente al que emplea con otras naciones más frágiles.
Una de sus víctimas en turno, o por lo menos hacia donde tiene dirigida una de sus amenazas es Panamá, por ello, el canciller, Javier Martínez-Acha, pidió a los ciudadanos del país centroamericano “estar tranquilos” ante las informaciones surgidas en Washington de que el gobierno de EE.UU. está evaluando “opciones militares” para asegurar el control del canal comercial interoceánico.
Al ser abordado por la prensa el pasado jueves, Martínez-Acha declaró que “Panamá se mantiene firme en la defensa de su territorio, de su canal y de su soberanía”.
“El canal es de los panameños. El canal es operado por los panameños. Y en caso de amenaza, los únicos que pueden convocar a otras naciones a defender la operatividad del canal es nuestro país, es el presidente de la república”, señaló.
“Que el pueblo panameño esté tranquilo que el canal sigue siendo nuestro y así seguirá siendo. Que no hay ninguna amenaza”.
Sus palabras siguieron a un reporte de la cadena estadounidense NBC News que, citando en exclusiva a funcionarios del gobierno de Donald Trump, aseguró que el Comando Sur del ejército estadounidense está elaborando planes para aumentar la presencia militar de Washington en Panamá.
El objetivo sería asegurar la operación a favor de EE.UU. del paso interoceánico, y en caso de que no fuera así, o que los intereses de China en la región crecieran, escalar las acciones.
“Las posibles estrategias del gobierno [de Washington] incluyen desde simplemente garantizar que los barcos de EE.UU. tengan un paso seguro a través del canal, hasta restaurar la propiedad y operación total del paso por parte de EE.UU., dijeron los funcionarios”, según reportó NBC News.
Más tarde, CNN informó que la administración Trump pidió formalmente a los funcionarios del Pentágono “opciones militares creíbles” para garantizar el acceso sin restricciones de EE.UU. al Canal, según un nuevo memorando al que tuvo acceso la cadena.
NBC News señaló que, como primer paso, el gobierno de Trump buscaría una “asociación” con las fuerzas panameñas para colaborar y realizar actividades conjuntas. Actualmente, EE.UU. tiene alrededor de 200 militares en Panamá, según los funcionarios.
“Otras opciones que se están considerando incluyen el uso del ejército de EE.UU. para asegurar los puertos existentes en Panamá, construir nuevos puertos en Panamá o el uso del Cuerpo de Ingenieros del Ejército para operar las esclusas del canal, dijeron funcionarios”, dice el reporte.
Una posibilidad “menos probable” es emplear al ejército de EE.UU. para tomar totalmente el control del canal: “El uso de la fuerza militar, agregaron los funcionarios, depende de cuánto acepten las fuerzas de seguridad panameñas asociarse con Estados Unidos”.
Desde que llegó a la Casa Blanca, en enero pasado, el presidente Trump ha planteado que su gobierno va a “recuperar” el canal construido por los estadounidenses a inicios del siglo XX y que fue devuelto a Panamá en 1999.
Hasta ahora no se ha sabido qué tipo de opciones está considerando Trump para lograr la “recuperación”. Pero ha acusado a China de tener ventajas para su manejo.
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, visitó en enero al presidente Raúl Mulino. El mandatario canceló acuerdos con China después de esa visita y a inicios de este mes la firma estadounidense Black Rock se aseguró la compra de dos puertos de carga que eran controlados por una firma de Hong Kong.
Se prevé que el secretario de defensa de EE.UU., Pete Hegseth, visite en los próximos días Panamá.
El presidente Mulino, que asumió el cargo el año pasado, también ha acordado con Washington una mayor cooperación en el control de la migración indocumentada, especialmente el paso del Tapón del Darién.
El jueves Mulino aseguró que se cerrarán los centros migratorios y que el paso de indocumentados por el Darién ha disminuido en un 98%.
“No permitiremos más migrantes en esa zona del Darién y cerramos una operación que comenzó en el año 2016. Me da mucha complacencia haber cumplido y haber cerrado el Darién, con lo que eso significa para la seguridad regional y panameña”, declaró el mandatario.
Antes de las presiones de EE.UU. para actuar en materia migratoria, Mulino tenía como promesa de gobierno bloquear los cruces por la peligrosa selva que hace frontera con Colombia y por donde han pasado más de un millón de migrantes en la última década.
El mandatario reconoció que ahora se está dando un fenómeno opuesto, por el regreso de algunos migrantes desde EE.UU., México y otros países de Centroamérica a América del Sur.
Como parte de los acuerdos con Washington, Panamá también ha aceptado ser un “puente” de deportados de EE.UU. hacia otros países.
Groenlandia es otro de los países en los que tiene puesta la mira el magnate estadounidense, siendo que igualmente pretende apoderarse ‘por la mala’ de ese país que es propiedad de Dinamarca.
Groenlandia, la isla más grande del mundo, que yace entre los océanos Ártico y Atlántico, ha estado controlada por Dinamarca a una distancia de casi 3.000 km, durante unos 300 años. Un 80% de su territorio está cubierto de hielo.
Desde que reasumió la presidencia en enero, Trump ha reiterado su intención de hacerse a el territorio, donde existe una base militar estadounidense.
“Necesitamos a Groenlandia para la seguridad nacional. De una manera u otra la vamos a adquirir”, expresó durante su discurso ante el pleno del Congreso estadounidense, la semana pasada. En ocasiones anteriores no descartó usar incluso la fuerza militar.
El primer ministro Egede ha dejado en claro que Groenlandia no está a la venta y que merece ser “tratada con respeto”.
El gobierno danés también ha rechazado con fuerza las amenazas de Trump, quien, como ya lo dije antes, se sabe poderoso, y gusta de buscar problemas donde no los hay y ver si ‘en una de esas’ se sale con la suya.
*con información de medios
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