PROMETEO

Cada sexenio tenemos a un presidente visionario y con su grupo de trabajo tienen sus recetas secretas para generar expectativas de crecimiento y desarrollo. Genios y técnicos de universidades de prestigio en la época del PRI y el PAN de los 80s al 2018 y luego amigos incondicionales y de aparente fidelidad perpetua a la actual administración. Los resultados de ambos grupos antagonistas con más oscuros que aciertos en su gestión. Pasamos de un extremo a otro, donde la narrativa se describe a la conveniencia de cada grupo. Cada maestro tiene su propio librito.

Las expectativas se modificaron, las posibilidades de crecimiento, son reales de acuerdo a las proyecciones de la SHCP, es probable un crecimiento promedio del 4% del PIB para el año 2023, ello pese a que Estados Unidos no ha podido impulsar su crecimiento aún con la implementación de mayores tasas de interés para contener inflación, frenó su crecimiento y si bien se considera que no tendrá una recesión en el año 2024, será un año complejo para ellos y para México por el tema electoral, pues no hay duda seremos parte del discurso por parte de demócratas y republicanos.

No se trata de politizar, polarizar o crear escenarios catastróficos en lo económico, la realidad es que los indicadores macroeconómicos, son estables y el nivel de reservas, soportado por la exportaciones, la inversión extranjera directa y las remesas, suman 205 mil mdd, lo cual adicional a una tasa de referencia superior al 11.25% anual, que es dos veces la tasa americana, otorga un premio alto y con mercado cambiario líquido le ha dado una fortaleza al peso que en mi opinión lo mantendrá así de fortachón lo que resta del año.

Un tipo de cambio fuerte no beneficia a los exportadores y a las remesas por el efecto cambiario, pero a la inversión extranjera directa le dará grandes beneficios en los próximos años. Así mismo a los importadores les da posibilidad de ofertar más al mercado de consumó interno. No tenemos una política de productividad y eficiencia, lo cual es reflejo de la falta de atención y conocimiento práctico del sector productivo formal.

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Ahora esta administración señala que en su librito la economía moral es la solución a todo, que como los mentolato son buenos para todos los males económicos. Sus seguidores más aplicados, celebran cada mensaje o postura económica como algo maravilloso, nunca visto en décadas en México, que su líder les hace muy felices, que están muy contentos con la marcha económica. Que si el salario mínimo creció como nunca, que si los programas sociales son factor para el crecimiento del consumo interno y que sus obras emblemáticas monumentales serán la tierra prometida para los que creen sin dudar y sin preguntar.

Del otro lado piensan y dicen, que esté sexenio tendrá en el mejor de los casos un promedió de crecimiento en el PIB de 0 a 1%, por lo que el crecimiento de 2021, 2022 y 2023, apenas pondrán tablas el desempeño negativo de 2019 y 2020. Ese bajísimo crecimiento se debe en gran medida a la inseguridad en cada entidad, lo cual inhibe la inversión, al igual que la falta de un Estado de derecho que garantice competitividad ante los monopolios de Pemex y CFE., el tema energético y las energías limpias se convirtieron en un proceso regresivo con relación a las expectativas. Así mismo los sistemas se salud, más allá del discurso de un sistema de salud nórdico, sigue siendo de falta de medicamentos y deficiente atención por saturación y malas condiciones de la infraestructura hospitalaria.

Para AMLO su economía moral debe ser patentada y exportada. Que primero la base y luego la cúpula, que si la visión aspiracionista de la clase media no es más que un reflejo de añorar la riqueza superficial. Ahora bien su economía moral, no establece criterios prácticos y métricas claras, más allá de que una narrativa cualitativa emociona. Hasta ahora ningún proyecto emblemático de su administración funciona al 100%, ni el AIFA que se inauguró hace año y medio, pues si bien es un buen aeropuerto conceptual, la logística terrestre es costosa y no está terminada. Dos Bocas, Tren Maya, el Interoceánico y el famoso Banco del Bienestar son proyectos que aún terminándolos o medio funcionando, no han tenido claridad para saber su punto de equilibrio y retorno de inversión, por lo que serán proyectos subsidiados por todos nosotros mínimo otro sexenio.

Se ha hablado de que no se requiere una nueva reforma fiscal, otros creemos que se debe cobrar bien a todos sin excepción. Diferenciando una tasa impositiva por región para dar equidad y estabilidad en el país, no hay un plan progresivo para disminuir la economía informal y a los evasores ( plomeros, electricistas, herreros (todos los oficios), así como profesionales independientes campeones de la evasión (contratistas, abogados, médicos, dentistas, etc.)

Todo esto tiene un escenario clave para el país, y para ello el Nuevo Régimen Simplificado de Confianza del SAT, buscaba facilitar el pago de impuestos para personas con menor capacidad administrativa; se tendrá una tasa mínima del 1% de ISR cuando los ingresos sean menores a 300 mil pesos anuales. Una tasa máxima de 2.5% para aquellos con ingresos anuales de hasta 3.5 millones de pesos. Sin embargo el SAT sigue persiguiendo a los corporativos evasores y el resultado del RESICO es bajísimo y mal comunicado por la SHCP.

La generación mexicana de baby boomers y generación X (nacidos en los 50s, 60s y 70s), fueron formados bajo modelos económicos de estabilidad laboral en grandes empresas, en donde su formación académica y la meritocracia, les daban estabilidad económica, un porcentaje mínimo de ellos alcanzó una pensión digna, pero la mayoría no lo logro ese sueño dorado, adicional a que esa población son mayoritariamente mujeres.

Los millenial y centenial (nacidos en 80s, 90s y los primeros años del siglo XXI) ya están incorporándose a la actividad productiva, son un par de generaciones con temas en común como el uso de tecnología y en breve la inteligencia artificial progresiva.

La competencia y oportunidades ya no se basaran solo en la fama de una formación académica en el extranjero o nacional de alto prestigio, ahí puede funcionar el networking, pero el tiempo pone a cada quien en su lugar y el que tenga solidos valores, capacidad, iniciativa, compromiso y esfuerzo tendrá resultados, lamentablemente también hemos constatado que egresados con supuestas grandes acreditaciones académicas, tienen resultados que han sido malitos o peor aún involucrados en temas de corrupción. Ahora la nueva y vieja amigocracia de la 4T también ha hecho de las suyas con improvisación de perfiles sin experiencia y resultados previos probados, además de escándalos que se busca eludir como Segalmex o el INM, o los excesos presupuestales en las obras emblemáticas o la corrupción en el sector salud e incluso de los militares, que se ha buscado minimizar y se les etiqueta a los críticos como nuevos adversarios de ocasión semanal.

Las políticas públicas de los últimos 30 años no fomentaron la formalidad, así que esta reforma con el Régimen Simplificado de Confianza del SAT es una buena oportunidad que beneficia a todos. El SAT identifica a 12.5 millones de Personas Físicas con Actividad Empresarial, de las cuales el 82% genera ingresos menores a 3.5 millones de pesos, los cuales se verían beneficiados con el nuevo régimen. Mismo que también beneficiaria a Personas Morales con ese nivel de ingresos anuales. Sin una Reforma Fiscal el SAT y la SHCP buscan ampliar la base de contribuyentes con el nuevo régimen hasta en un 30%, hoy entre cautivos y actividad empresarial hay una base de casi 80 millones de contribuyentes, el modelo ampliaría otros 20 millones y tener un global de 100 millones de contribuyentes a futuro.

Ese Nuevo Régimen Fiscal busca generar flujo de ingresos sin contratar deuda a efecto de destinar recursos a educación, salud, seguridad pública, justicia, obra pública y apoyo a sectores económicos, apoyo a jóvenes y pensión universal. La recaudación fiscal en México es del orden del 16% del PIB, la media en los países miembros de la OCDE donde forma parte México es del 34% de su PIB, el Nuevo Régimen Fiscal pretende alcanzar el 20% del PIB y cerrar en 2024 con un 25% del PIB. La estrategia es interesante, pues el objetivo ya no es cubrir déficit con deuda, que fue receta por décadas a partir de los 80s, el efecto de endeudamiento y baja recaudación, se reflejó en mayores costos financieros para el país, esa vulnerabilidad es contrastante con el principal socio comercial de México.

Se deben aplicar bien los recursos tributarios, la evasión también se fomenta por la corrupción, impunidad, mala calidad de obras y desvíos que hacen los gobiernos, federales, estatales y municipales, históricamente, así que la Ley General de Responsabilidades a los Servidores Públicos deben aplicarse con firmeza. Los desvíos, fraudes, colusión entre funcionarios públicos, sus familiares, prestanombres y seudo empresarios corruptos, ya no son admisibles, se vive en casa de cristal, todo lo que hagan se ve y ahora se va a pagar, pues tiene correlación con la Ley de Extinción de Dominio. La cual ha no ha sido aplicada y eso solo fue letra muerta hasta ahora.

Cada maestro presidente trae su librito bajo el brazo, si algo está mal es culpa de los de atrás, si algo funciona o medio de fortuna le favorece, dirá que lo hizo él solito. Al final cada seis años llegará un nuevo maestro o maestra presiente con su librito y su súper equipazo.

Twitter: @MarioSanFisan | PROMETEO (previsión/prospección) | CEO FISAN SOFOM ENR

Banquero a nivel Directivo con más de 30 años de experiencia de negocios. Ex Presidente Nacional AMFE corporativo@fisan.com.mx