“Tu peor enemigo no te puede dañar tanto como tus propios pensamientos. Ni tu padre, ni tu madre, ni tu amigo más querido, te pueden ayudar tanto como tu propia mente disciplinada.”
BUDA
¿Qué tienen en común Fox, Calderón y López Obrador? Pues que ‘su pecho no es bodega’. Creer que pueden opinar de todo, todo el tiempo. No saben ni quieren entender que en muchas ocasiones ‘calladitos se ven más bonitos’ (o, bueno, algo menos fregados)…
Ya van varias veces, en diversos temas de la política nacional, que habría sido mejor que tanto expresidentes como López Obrador cerraran el pico. Perjudican en lugar de ayudar a sus causas.
Aquel “cállese chachalaca” lanzado por el candidato López Obrador al entonces presidente Fox, le costó la elección. Probó que no podía conciliar y debido a su bocota perdió el 2006.
Si Fox no le hubiera dicho a Fidel Castro “comes y te vas”, aquella Cumbre de las Américas hubiera sido recordada por el magnífico papel de México como país anfitrión; hoy solo queda en la memoria aquel incidente.
En las actuales circunstancias preocupa que Fox y Calderón lastimen las causas de la oposición. A veces uno desearía que ellos mismos se abstuvieran de utilizar las redes sociales. Entre muchas otras cosas nos hubiéramos evitado que Fox Quesada compartiera la referencia esa racista de la que luego se arrepintió…
Pero voy al grano: el ex presidente Calderón ha instado a que Movimiento Ciudadano vaya en coalición con los demás partidos de la oposición, pues de no hacerlo así: “cometería un error de graves consecuencias para la democracia y causaría un daño quizá irreparable a todos los mexicanos. La consolidación de los regímenes populistas autocráticos suele ser irreversible…”.
¿A qué viene el comentario del señor Calderón? A que se llevó a cabo ayer el cónclave emecista: resoluciones, estrategia, pronósticos y decisiones por parte de ese partido es lo que se abordó. Faltaron —afortunadamente—los selfies de Samuel García (suponemos le suplicaron no tomárselos).
Acudieron a la reunión Dante Delgado, dirigente y fundador de Movimiento Ciudadano, los gobernadores Enrique Alfaro de Jalisco y Samuel García de Nuevo León, también el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, los coordinadores de MC en el Senado, Clemente Castañeda, y de la Cámara de Diputados, Jorge Álvarez Máynez, así como Verónica Delgadillo y al menos otros tres miembros del fosfo fosfo partido.
¿Qué lograron? Estar de acuerdo que habrá una 2ª reunión…
La razón de esta primera fue llevar a cabo una “operación cicatriz” dadas las diferencias —mismas que subsisten al día de hoy— sobre si integrarse o no al Frente Amplio por México en preparación para el 2024.
Alfaro dejó claro que no se alcanzó una definición unánime; que él no buscará la Presidencia en el 2024 y que está a favor de una alianza opositora, pero sin el PAN ni el PRI… ¿O sea, solo con ellos, cachando a Xóchitl o a Ebrard, o cómo?…
Samuel se limitó a compartir un tuit de Máynez. Colosio no comentó nada y Dante Delgado dio a entender en sus redes que van solos, aunque habrá que ver cómo soplan los vientos de la política para tomar una decisión definitiva.
Por lo pronto el comunicado oficial de MC: “Después de sostener un diálogo franco y profundo, se inauguró un espacio de reflexión permanente para definir la ruta de MC de cara a las elecciones del próximo año, partiendo de la premisa de que el proyecto nacional se construye desde lo local”. Traducción: “no nos guiamos por convicciones sino que esperaremos a ver qué nos conviene electoralmente hablando”. En fin, se vale, claro que sí. Si bien uno, como ciudadano, esperaría más compromiso con la sociedad y menos con el partido. Pero eso es lo que hay…
Mas vuelvo al tema de esta columna. A partir del mencionado comunicado han habido reacciones de diversos personajes, siendo la más fuerte la de Felipe Calderón.
Y aquí el punto central que quiero plantear el día de hoy: no sé si el ex mandatario tenga razón en lo que dice, lo que sí sé es que no pocos votantes se definirán en contra de que MC se alíe al Frente por el solo hecho de que Calderón lo haya exigido. Para muchos, una enorme cantidad de ciudadanos, el solo pensar que el ex presidente está apoyando una causa —o peor aún, está involucrado en ella— es motivo para mirar hacia otro lado. Aplica a la perfección el ‘no me ayudes, compadre’.
En particular Calderón y Fox deben tatuarse en su cabeza que tuvieron el tiempo, la posibilidad y el apoyo para perseguir su propuesta de país, pero que eso fue antes. Ya no. Sus políticas pasaron con éxito o fracaso, y ahora el tiempo no es de ellos.
Debieran abrazar el sabio refrán: calladitos se ven más bonitos. Así hacen menos daño.