En noviembre de 2018, cuando era jefa de gobierno electa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum se reunió con académicos del Lawrence Berkeley National Lab, de la Universidad de California, uno de los centros de investigación científica más importantes del mundo.

El director adjunto de tal institución, Horst Simon —experto en ciencias de la computación y matemáticas aplicadas—, entregó aquella vez un reconocimiento a Claudia por su compromiso de acercar la investigación científica a la toma de decisiones para la instrumentación de políticas públicas.

Se entiende tal reconocimiento ya que, en los noventa del siglo pasado, Sheinbaum estuvo cuatro años en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley realizando una investigación para su doctorado.

Claudia tuvo semejante privilegio gracias a una beca que le otorgó la UNAM. Sin esa ayuda ella no habría podido financiar su estancia en tan prestigiado laboratorio.

¿Por qué la becó la UNAM? Porque Claudia fue una sobresaliente estudiante de física. Esta fue la razón de que la alumna de posgrado Sheinbaum hubiese sido aceptada en el más antiguo de los laboratorios nacionales del Departamento de Energía de los Estados Unidos; esto último lo que supe leyendo Wikipedia.

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La reputación del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley obedece, entre otros factores, a que es una fábrica de premios Nobel en Física y Química. En su página de internet se informa que sus investigadores han recibido 15 veces tales galardones. Y una vez sus académicos participaron en cierto grupo global de especialistas en el cambio climático que mereció el Nobel de la Paz.

Enseguida la lista de gente del Lawrence Berkeley National Lab que ha merecido el Nobel de Física o el de Química:

  • 1. Ernest Orlando Lawrence, Nobel de Física en 1939 por su invención del ciclotrón.
  • 2. Glenn T. Seaborg, Nobel de Química en 1951 por sus descubrimientos en la química de los elementos transuránicos.
  • 3. Edwin M. McMillan, también Nobel de Química en 1951, por el mismo motivo que Seaborg: sus descubrimientos en la química de los elementos transuránicos.
  • 4. Owen Chamberlain, Nobel de Física en 1959 por su descubrimiento del antiprotón.
  • 5. Emilio Segrè, también Nobel de Física en 1959, por el mismo motivo que Chamberlain: su descubrimiento del antiprotón.
  • 6. Donald Glaser, Nobel de Física en 1960 por su invención de la cámara de burbujas, que es un detector de partículas cargadas eléctricamente.
  • 7. Melvin Calvin, Nobel de Química en 1961 por su establecimiento de una secuencia de reacciones químicas involucradas cuando una planta asimila dióxido de carbono.
  • 8. Luis W. Alvarez, Nobel de Física en 1968 por sus contribuciones a la física de partículas elementales, particularmente por su descubrimiento de “estados de resonancia” dentro del núcleo de un átomo.
  • 9. Yuan T. Lee, Nobel de Química en 1986 por sus contribuciones al desarrollo de la dinámica de reacción.
  • 10. Steven Chu, Nobel de Física en 1997 por su desarrollo de métodos para enfriar y atrapar átomos con luz láser.
  • 11. George F. Smoot III, Nobel de Física en 2006 por su descubrimiento de sutiles irregularidades en la radiación de fondo cósmica de microondas, el débil resplandor térmico del Big Bang.
  • 12. Saul Perlmutter, Nobel de Física en 2008 por el descubrimiento, utilizando observaciones de supernovas distantes, de que la expansión del universo no se está ralentizando, como se esperaba, sino que de hecho se está acelerando.
  • 13. Jennifer Doudna, Nobel de Química en 2020 por su co-descubrimiento de CRISPR-Cas9, una innovadora tecnología de ingeniería genética.
  • 14. John Clauser, Nobel de Física 2022 por experimentos con fotones enredados, estableciendo la violación de las desigualdades de Bell y la ciencia de la información cuántica pionera.
  • 15. Carolyn Bertozzi, Nobel de Física 2022 por el desarrollo de la química de clics y la química bioortogonal.

Nobel de la Paz 2007

En su página de internet el Lawrence Berkeley National Lab presume que veintitrés de sus colaboradores participaron en el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU que en 2007 obtuvo el Nobel de la Paz, que compartió con el exvicepresidente de Estados Unidos Al Gore.

El Lawrence Berkeley National Lab podría legítimamente decir que en el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático participó una de sus estudiantes de doctorado de los años noventa, Claudia Sheinbaum, quien pronto será presidenta de México.

¡Es un honor estar con Obrador!

Entre los hechos de mi biografía que más me llenan de orgullo está la cercanía que tuve, durante varios años, con Andrés Manuel López Obrador. Cuando AMLO se retire, seguiré diciendo que es un honor estar con Obrador.

Tengo motivos de sobra para estar agradecido con Andrés Manuel; uno de ellos, haber podido conocer a una persona excepcional, Claudia Sheinbaum, quien ha llegado muy lejos en la política sin ser política, sino científica de primer orden

Lo mejor que tiene Sheinbaum es su preparación en física, matemáticas e ingeniería, que no habría desarrollado plenamente sin la beca que financió su estancia en el Lawrence Berkeley National Lab.

Becas, continuidad y cambio

Claudia Sheinbaum ha prometido continuidad con cambio. Es lo que México necesita. Andrés Manuel lo entiende y apoya que se mantenga lo fundamental de la 4T y se modifique lo que no ha funcionado.

Entre los numerosos logros de la 4T, muchos históricos, algo que de plano falló fue la política científica. Tal fracaso se debe al hecho de haber entregado el Conacyt a una bióloga que perdió el piso, María Elena Álvarez-Buylla Roces. Nada más lamentable que las críticas de esta funcionaria a la ciencia neoliberal porque, la verdad sea dicha, el conocimiento objetivo no tiene ni puede tener ideología. ¿De dónde sacó semejante disparate la señora Álvarez-Buylla Roces? Seguramente de un manual de marxismo cuyos autores jamás estudiaron correctamente a Karl Marx.

Por cierto, el Conacyt ahora se llama Conahcyt, ya que se le agregó al nombre del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología la cursi expresión, por el contexto, de humanidades: Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías.

No habría habido mayor crisis en la ciencia mexicana si el trabajo de doña María Elena se hubiera limitado a combatir, de palabra, a la ciencia neoliberal y, también, a demostrar ingenuidad con eso de humanizar al Conacyt —como si antes hubiera sido asunto de marcianos—.

Pero la señora Álvarez-Buylla Roces protagonizó uno de los capítulos más lamentables de la 4T: intentar meter a la cárcel a decenas de hombres y mujeres de ciencia, lo que por fortuna ella no pudo lograr.

Ahora se sabe —lo leí en el artículo de Ricardo Raphael en Milenio— que el Conahcyt ha eliminado el 95% de las becas para posgrado en el extranjero. Claudia Sheinbaum no podrá estar de acuerdo con semejante recorte. Claro que no.

Es verdad, nuestras universidades son buenas —sobre todo la UNAM y el Tec de Monterrey—, pero están muy lejos de las líderes mundiales. Entonces, seguimos necesitados de gente que, como Claudia, vaya al extranjero a prepararse al lado de la élite en la ciencia y en la técnica.

Lo mejor de la 4T debe mantenerse, sobre todo los programas sociales de AMLO y el compromiso del actual presidente con la honestidad en el servicio público. Pero lo que no ha funcionado debe cambiarse, como el Conacyt, empezando por rebautizarlo de nuevo para quitarle la h que nomás no viene al caso.

Claudia y la calumnia

El currículum académico de Sheinbaum es suficiente para destruir las calumnias en su contra, como la que pretende igualarla con la deshonesta —académicamente hablando— Xóchitl Gálvez, quien copió su trabajo para titularse como ingeniera.

Los patrocinadores de Xóchitl han insistido en decir que Claudia plagió su tesis de licenciatura en física. Es falso. Se trata de guerra sucia. Esa mentira ahora la ha difundido Guillermo Sheridan, un crítico literario bastante menor que nada sabe de investigaciones científicas.

Por cierto, Sheridan ha calumniado a Claudia por encargo. Dijo en el arranque de su artículo: “Se me ha incitado a escribir sobre las acusaciones de plagio lanzadas contra una candidata a la presidencia”.

¿Quién lo incitó? ¿Una musa llegada de la antigua Grecia? ¿Los bisnietos de su vecina? ¿La persona que lo acompaña en sus soledades cuando Netflix no se ve porque falle el internet? ¿El papá de Claudio X.? ¿Xóchitl?

Más preguntas: ¿A Sheridan lo incitaron con dinerito a calumniar a Claudia, es decir, le pagaron para lanzar la mentira? ¿Lo hizo gratuitamente como soldado de la causa de la derecha empresarial que apoya a Xóchitl Gálvez? ¿Se le puso a trabajar a las carreras para desquitar una iguala que tenga por ahí entre los enemigos de la 4T?

Lo que sea, como bien dijo Héctor Palacio en otro artículo publicado en SDPNoticias, lo que Guillermo Sheridan ha hecho al calumniar a Claudia ha sido “un intento de auxilio, de respiración de boca a boca a Xóchitl Gálvez?”. Porque, es un hecho, si Xóchitl sigue con más de 40 puntos de desventaja respecto de Claudia Sheinbaum, la derecha empresarial le dará las gracias, le pagarán los servicios prestados y recurrirán a otra candidatura.

La respuesta de Claudia

Sheinbaum no iba a dejar pasar la calumnia de Sheridan sin darle una paliza. Lo hizo en Twitter —o en X, o como se llame la red social de Elon Musk—. La cito enseguida sin entrecomillar:

Ahora Guillermo Sheridan, vía Loret de Mola lanza nuevos alegatos sobre mi tesis de licenciatura. Aquí doy respuesta.

  • 1. Todas las anotaciones señaladas están relacionadas a la referencia en la tesis al trabajo de Baldwin. Destaco que dicho trabajo está claramente citado y referido como pie de página en la tesis.
  • 2. La referencia general al inicio de la sección advierte que la descripción del proceso de combustión está basada en dicho libro y por definición no variará demasiado de la fuente original. El propio Baldwin retoma de forma similar la descripción de este proceso elemental del trabajo de Emmons y Atreya (1982), que a su vez sintetiza otros 34 trabajos, entre ellos el de Bennett.
  • 3. Es claro que quien hizo el análisis de la tesis no es físico. Explico: No hay formas muy diversas de describir un mismo proceso fisicoquímico. La combustión de madera involucra siempre calor, humedad, carbón y ceniza, así como monóxido y dióxido de carbono y por tanto, no existen formas muy diversas para describirlo en sus componentes simples. Sería tanto como decir que si se describe que el agua hierve a 100 grados centígrados a nivel del mar, se requiere una referencia entrecomillada para afirmarlo o se pensaría que se presenta como idea original una idea no propia.
  • 4. Para más referencia sobre la originalidad del trabajo de tesis remito a un tuit anterior. Lo cito, no vayan a decir que me plagio a mí misma. https://x.com/claudiashein/status/1705928840906674259?s=46&t=10NC9HawygxNJl0l8EXcIQ…
  • 5. Le recomiendo leer toda la tesis. Eso sí, no vaya a ser que cuando llegue a la ecuación diferencial encuentre un símbolo como este: “dx” y diga que también es un plagio.
  • 6. No soy de las que normalmente presuma curriculums académicos pero en este caso vale la pena mencionarle a esta persona que llegué a ser investigadora titular B del Instituto de Ingeniería de la UNAM, plaza que obtuve por concurso y que fui subiendo de categoría por la evaluación de pares académicos, que llegué a nivel II del Sistema Nacional de Investigadores y fui parte de diversos paneles de Naciones Unidas, entre ellos el IPCC y el CDP, profesora del posgrado de ingeniería, directora de 35 trabajos de tesis, entre licenciatura, maestría y doctorado, editora de revistas especializadas y obtuve, entre otros, el premio joven UNAM en innovación tecnológica y el Jesús Silva Herzog.
  • 7. No señor, no robamos, no mentimos, no plagiamos y nosotros sí amamos al pueblo de México
  • 8.Para mayor referencia sobre el pensamiento de Sheridan les recomiendo ver la mañanera del 21 de agosto de 2023.

Posdata ¿Por qué apareció Sheridan en la mañanera del 21 de agosto de 2023?

Ese día AMLO exhibió a Sheridan como un clasista ya que, en opinión de tan lamentable crítico literario, el pueblo de México es tonto. La verdad es que el tonto es Sheridan. Y, además de tonto, es un hígado —o dicho en lenguaje científico: un mamón—. Cito de nuevo a Héctor Palacio:

  • “Siempre me ha parecido que aunque compilador y prologuista de algunos artículos de Jorge Ibargüengoita, Guillermo Sheridan carece de sentido del humor”.
  • “Está más cercano a lo que sería un ‘hígado de persona’ como tal vez, de vivir, lo clasificaría el autor nacido en Guanajuato y fallecido en el avionazo de Barajas, España, en 1983 (por cierto que ahí murió también ese otro gran escritor, autor de La ciudad letrada, Angel Rama)”.
  • “Y el asunto es que Sheridan no tiene gracia porque no la tiene y ya, aunque se empeñe en imitar a su compilado y prologado; como en esa su concepción de ‘pueblo’ que tan famosa ha hecho López Obrador en su conferencia matinal”.
  • “Pero hoy podría decir que el autor de Libres Letras (en vez de Letras Libres, porque ya hemos visto que no lo son), se levantó con el pie derecho, porque me ha generado cierta gracia el párrafo inicial de lo que no puede ser más que un intento de auxilio, de respiración de boca a boca a Xóchitl Gálvez”.

El párrafo inicial a que hace referencia Palacio es el mencionado antes aquí, en el que Guillermo Sheridan admite que lo incitaron a escribir —de plano, le ordenaron sus patrones— una calumnia sobre la tesis de licenciatura en física de Claudia Sheinbaum.