Uno de los problemas principales que enfrentan las iniciativas de cambio curricular, en todos los niveles educativos, es la falla en la comunicación que ocurre en los diferentes planos institucionales y, en especial, entre diseñadores de las versiones oficiales propuestas e impuestas del plan y los programas de estudio, y la comprensión y puesta en práctica de las mismas por parte de las y los docentes.
Esa situación conflictiva no ha sido ajena en las experiencias de aplicación del cambio curricular para la educación básica en México. Me refiero, claro, a la versión actualmente en operación del cambio del plan y los programas de estudio de ese nivel educativo (SEP, 2022 y 2024).
Por una parte, están presentes las dificultades comunicativas del diseño y su lógica (construcción y reconstrucción de significados), a través de los documentos oficiales; es decir, se trata de problemas centrados en el lenguaje especializado que es utilizado por las autoridades y funcionarios de la SEP, así como por asesoras y asesores o especialistas generalmente procedentes de instituciones de educación superior.
Por otra parte, existen o se registran los conflictos que enfrenta el cambio curricular a la hora de traducir las intencionalidades y los aspectos técnicos (no sólo político-ideológicos) del multicitado cambio desde los documentos hasta la escuelas. En este aspecto juegan un papel relevante los mediadores y comunicadores institucionales de la transformación curricular: Las y los especialistas de mayor o menor peso; las y los directores escolares, supervisores de zonas escolares, jefes de sector y, entre otros, las autoridades educativas locales.
De algunos de los términos “difíciles” de comprender que se registran en el documento oficial del cambio curricular, SEP, 2022-2024, por un lado se encuentran términos como nacionalismo, mestizaje, positivismo y patriarcado, así como desigualdad, racismo y clasismo; por otro lado, conceptos más robustos, complejos o especializados como el contexto, la aceptabilidad, o la ortopedia social (p. 45-46 de la versión digital); o, por ejemplo, la transfiguración físico-biológica a través de la fusión étnica; o libertad epistémica y metodológica, entre otros conceptos. (Ver: Plan de Estudio para la Educación Preescolar, Primaria y Secundaria 2022. Primera edición, 2024. Secretaría de Educación Pública, 2024. Ciudad de México. ISBN: 978-607-8824-73-1. México).
Además, el documento principal del cambio curricular para la educación básica más reciente u oficial (SEP, 2022 y 2024), carece de un glosario de términos que apoye al lector, es decir y en primer lugar, al profesional de la educación, para arribar a una comprensión básica acerca de la estructura (arquitectura) y el contenido curricular, además de sus intencionalidades políticas o pedagógicas (lectura entre líneas o tras líneas), que se han establecido institucionalmente, por parte de la SEP, desde finales del 2022.
Así, en el ámbito educativo y didáctico la literatura oficial establece conceptos como: Nueva Escuela Mexicana, “orientada al desarrollo integral del ser humano dentro de la justicia, la libertad, la democracia y la felicidad”; programas sintéticos, programas analíticos, codiseño; las maestras y los maestros como agentes fundamentales del proceso educativo; campos formativos; ejes articuladores (inclusión, pensamiento crítico, interculturalidad crítica, igualdad de género, vida saludable, apropiación de las culturas a través de la lectura y la escritura, y artes y experiencias estéticas); fases/grados; perfil de egreso; autonomía profesional del magisterio; la comunidad como el núcleo integrador de los procesos de enseñanza y aprendizaje; la integración del currículo; la metodología y el desarrollo de proyectos de aprendizaje, etcétera. A todos estos conceptos habría que agregar los subconceptos que los contienen.
Aparte, están presentes en el documento, dentro del complejo proceso de comprensión y asimilación cognitiva e ideológico-política, los términos que ha generado el régimen de la “4T” de modo general: Cuarta Transformación, humanismo mexicano, cartilla moral, segundo piso de la transformación social, continuidad con cambio, comunicación, circular, economía moral, entre otros.
A esos términos tendremos que agregar tanto la jerga lingüística de las políticas públicas educativas neoliberales, así como el discurso que le acompaña y sostiene; conceptos que están presentes en el marco constitucional y en las leyes secundarias como elementos clave del discurso político de la coyuntura actual.
Elementos gerencialistas y tecnocráticos que están presentes, que se originaron en otras coyunturas políticas, y que hoy ocupan un lugar relevante, contradictoriamente, de manera explícita e implícita en la plataforma del cambio curricular vigente, son los siguientes: excelencia, máximo logro de aprendizaje, mejora continua, calidad, STEM o STEAM, etcétera. Con excepción de conceptos como “competencias” o “aprendizajes clave o esperados”, que fueron expulsados del discurso oficial de la SEP, en 2022, y que dominaban el ámbito curricular de la educación básica desde 2004 (Ver: SEP, 2004, 2006, 2009, 2011 y 2017).
Hasta el momento, el documento curricular oficial de referencia (SEP, 2022 y 2024) no ha sido impreso ni distribuido de manera suficiente y universal, puesto que sólo cuentan con él las autoridades educativas, las y los especialistas del primer círculo institucional, así como algunas y algunos docentes e investigadores de las instituciones formadoras de docentes y de profesionales de la educación, pero no así las y los docentes ni directores escolares de la educación básica pública del país, de todos los subsistemas, formas y modalidades educativos.
Algunas sugerencias de conceptos que contiene el actual documento curricular, y que podrían integrarse como un primer borrador del necesario glosario de términos (propuesta con un pequeño toque crítico), a partir del Plan de Estudio para la Educación Preescolar, Primaria y Secundaria 2022, son las siguientes:
Capacidades: “Las capacidades no se refieren únicamente a las habilidades y los conocimientos que puede desarrollar una persona, si no que se relacionan con una vida digna conformada por salud e integridad física y buena alimentación, el desarrollo de los sentidos, la imaginación, el pensamiento y el razonamiento de un modo verdaderamente humano en la creación de obras artísticas; así como en una educación que incluya la alfabetización, la formación matemática y científica, y el desarrollo afectivo y emocional.” (p. 17 de la versión digital)
Comunidad: “…la comunidad se entiende como el conjunto de sujetos que se relacionan en un territorio determinado, desde donde es posible hacer construcciones sociales, simbólicas, económicas e históricas comunes; no siempre ajenas a tensiones y contradicciones, que son fuente de ideas, contextos y recursos para la educación y el aprendizaje.” (p. 18)
Saberes: “…implican una forma de apropiación de la realidad a través de múltiples conocimientos, experiencias y prácticas que confluyen en ésta. Los saberes expresan la relación entre las y los sujetos de la educación con el conocimiento y la realidad de su vida cotidiana. El aprendizaje de los saberes exige una reflexión creadora acompañada de sensibilidad y compromiso con la sociedad; por ello, los saberes constituyen un lazo social que reconoce el lugar que ocupan los sujetos en la comunidad.” (p. 18)
Escuela: “…es un espacio en el que se articula la unidad nacional desde su diversidad, en donde se hospedan y dialogan las ciencias, la cultura universal, las culturas ancestrales, las lenguas, los valores, los saberes, las costumbres, clases, géneros e identidades de todas y todos aquellos que acuden a este espacio universal de socialización.” (p. 21)
Lo común: “…se entiende como un principio de corresponsabilidad y coparticipación entre aquellos miembros de la comunidad escolar que están comprometidos con la formación y emancipación de las y los estudiantes. Únicamente la acción humana puede hacer que las cosas, los símbolos, los saberes y los principios se vuelvan comunes para generar un sujeto colectivo.” (p. 23)
Bienestar: “…el bienestar y el buen trato implican el reconocimiento y derecho a estar bien corporal, mental, emocional, afectiva, sentimental y espiritualmente, en todos los espacios de convivencia (dentro y fuera de la escuela), ya sea que se trate de estudiantes, docentes, familias, equipos directivos y el personal administrativo.” (p. 26)
Inclusión: “… inclusión colectiva e institucional entendida como la forma que tienen las escuelas de dar respuesta, responsabilizarse, cuidar y atender a cualquier niña, niño y adolescente que, por su condición de salud, género, capacidad, clase, etnia, lengua, nacionalidad, condición migratoria requiere cobijo de la comunidad escolar, así como una respuesta institucional (académica, jurídica o administrativa).” (p. 26)
Noción de calidad de la educación: “…se ha colocado el discurso de la calidad educativa como una finalidad del sistema educativo y no como un elemento más de una ciudadanía diversa que construye una sociedad justa, democrática, que prepara para la emancipación y superación intelectual, ética, espiritual, física y emocional de los sujetos para el servicio de la comunidad.” (p. 53)
Autonomía profesional de docentes: “La autonomía profesional del magisterio implica que los pro gramas de estudio, aplicables y obligatorios a nivel nacional, necesitan ser apropiados por las maestras y los maestros a través de su resignificación y contextualización de acuerdo con las necesidades formativas de las y los estudiantes, considerando las condiciones escolares, familiares, culturales, territoriales, socia les, educativas, ambientales, así como de diversidad sexual y de género en las que se ejerce la docencia.” (p. 69)
Noción (reduccionista) del aprendizaje: “El aprendizaje no es un hecho que reside en la mente de las y los estudiantes, ni un proceso individual, sino que es una acción que se ejerce en relación con otras personas, en contextos específicos y mediante el uso de diversos objetos y símbolos culturales.” (pp. 88-89)
El Plan de Estudio para la Educación Preescolar, Primaria y Secundaria 2022 (SEP, 2024) es un documento, en su versión digital, de 200 páginas, dentro de las cuales se incluyen, al final, 40 páginas con 354 notas y cerca de 300 referencias bibliográficas o hemerográficas; o sea, es un documento diseñado en un lenguaje y en un formato para especialistas o investigadores de la educación.
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