Esta semana tiene lugar un evento relevante que tiene efecto en el presente y futuro. Este lunes inician clases 25 millones de alumnos de educación básica en el país, de los cuales el 90% irá a 233 mil escuelas públicas que contarán con 2 millones de maestros, y el 10% irá a 45 mil escuelas privadas que cuentan con 465 mil maestros.

Así que, esté inicio escolar tendrá en clases a 25 millones de alumnos que asistirán, 20% a preescolar, 55% a primaria y 25% a secundaria. El debate de las últimas semanas ha sido el contenido de los libros de texto. Para unos, en especial para quienes los diseñaron, es la nueva escuela mexicana y para otros se trata de ideologizar políticamente a las nuevas generaciones promoviendo los valores y modelo de gobierno actual.

El gobierno federal dispondrá de una inversión educativa total de 945 mil millones de pesos. Esto representa un 3% del PIB nacional. Dentro de la función de desarrollo social, es el gasto en educación el segundo que cuenta con mayores recursos, sólo por debajo del gasto en protección social. Pero también por debajo del presupuesto de las obras emblemáticas sumadas.

Por lo que es un tema a considerar. Ahora, es claro que no es suficiente, México forma parte de la OCDE y ahí la media del porcentaje del PIB que se destina a educación es del 5.5% y caso concreto Brasil, es de 6%, de España el 5.5, Canadá el 7% y el de Estados Unidos el 14%. Las cifras de la OCDE lo dicen todo. México es el que menos invierte en educación y si bien se trata no sólo de invertir sino de hacerlo bien, las cifras son contundentes.

Las escuelas privadas en México no dependen del presupuesto público, la pandemia afectó su matrícula y eso generó que se ubiqué en el 10% de participación del total de matrícula, en América Latina es del 20%. Es decir en el tema de educación, fuera de ideología y temas político oportunistas, es un hecho el desfase que tenemos y que no es parte de las propuestas mas allá de las oportunistas becas de discurso sexenal o del empoderamiento sindical que es base de voto corporativista, sino de cómo mejorar nivel, desempeño y gestión académica a nivel público y privado.

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El Presupuesto de 2023 se ha destinado en mayor parte a la inversión física de los proyectos y objetivos emblemáticos del presidente López Obrador (Pemex, Tren Maya, Interoceánico, aeropuertos, tren Toluca, CFE). El tema, es que hay opacidad en el presupuesto y sus resultados aún están por verse. Ahora se tiene que poner atención al de 2024, último año de gobierno y en donde harán todo lo posible por terminar las obras emblemáticas, limitando el presupuesto en áreas clave.

Hasta ahora más allá de lugares comunes, las estrategias de educación de los grupos políticos y sus suspirantes han sido limitadas. Se adelantó el proceso de selección y están más enfocados a campañas mediáticas y al reacomodo del escenario político, lo importante para el país pasa a segundo término.

En los 70 el 50% de la población total era menor de 15 años. Hoy solo es el 23%. Por el contrario la población mayor de 40 años en los 70 era del 25% y hoy es del 45%. Las pirámides se invirtieron y tienen efectos directos en el ingreso y sus presupuestos de salud, educación y pensiones. Cuántos mexicanos que estudiaron en México en los años 70 son hoy residentes en USA y son parte de los envíos de remesa en niveles anuales de 60 mil mdd.

La educación está asociada a la tasa de informalidad del 60%, con una población que se avejenta y que pone en riesgo las pensiones por falta de flujo de liquidez y por las reformas constitucionales, que bien pueden ser justas y con la mejor intención, pero sin capacidad de generar obliga a ampliar la base de recaudación. La informalidad capta principalmente a personas con formación básica y sin mayores habilidades técnicas. Tal parece que los gobiernos anteriores y el actual quieren tener tasas de informalidad como sucede en Chiapas, Oaxaca y Guerrero que andan en niveles del 80% y que se caracterizan por el descuido en el nivel educativo, la inseguridad y la falta de oportunidades.

La formación académica y técnica son fundamentales para aprovechar el nearshoring y la Inversión Extranjera Directa que rondan los niveles anuales de 40 mil mdd, o de lo contrario, no tendremos capital humano preparado para esas inversiones en su desarrollo y reinversión. Puedes tener infraestructura física pero sin el desarrollo educativo, las posiciones de la gente local serían de funciones básicas y reemplazables sin mayor problema.

La educación está concatenada con la economía y la política. En mi caso particular no veo a ningún suspirante con propuestas claras, logrables y objetivas en materia económica, educación, salud y seguridad jurídica y pública. Fuera de ser imitadores del discurso presidencial o de promover discursos contradictorios, no hay hasta ahora debate de altura y calidad de propuestas logrables de cortó, mediano y largo plazo.

La educación no es solo responsabilidad del Estado. En cada familia hay la enorme responsabilidad de generar valores y buenos hábitos, que se complementan con la vocación y los planes de estudio. Tanto la educación pública como la privada son buenas en el desarrollo del individuo, pero los padres o tutores son los principales responsables para corregir las deficiencias que tenemos como sociedad.

Las risas, el bullicio de millones de niños, que pueden y deben ser solución futura a la evasión, a la corrupción y a los satisfactores inmediatos de éxito económico y de seudo influencers. Sí lo que queremos son modelos formados en la televisión o redes sociales con fama inmediata y mediática, no llegaremos muy lejos de donde hoy estamos. Así que si ese 3% del PIB en educación se aprovecha correctamente este ciclo 2023/2024, será la mejor inversión y nos recordará el olor a libros, lápices y el entusiasmo nos hará volver a ser los soñadores positivos que alguna vez fuimos.

Twitter: @MarioSanFisan | PROMETEO (previsión/prospección) | CEO FISAN SOFOM ENR

Banquero a nivel Directivo con más de 30 años de experiencia de negocios. Ex Presidente Nacional AMFE corporativo@fisan.com.mx