Claudia Sheinbaum inició el año con el pie izquierdo, una campaña demagógica que nada más no levanta y con una serie de negativos que la ponen contra la pared, ya que, entre su coordinador de campaña que es AMLO y sus disque aliados y apoyos, priva la corrupción, la incapacidad y la impunidad.
La situación es tal, que el inquilino de Palacio Nacional ha tenido que echar toda la carne al asador, como mejor sabe, a través de la retórica, la demagogia e iniciativas populistas y autoritarias.
Los saldos en el cuarto de guerra de Claudia:
1) Sanjuana Martínez denunció que de Palacio Nacional salió la instrucción de inflar las liquidaciones de Notimex para que, como mínimo un 20% se destinara a la campaña de Sheinbaum.
2) El caso de Ernestina Godoy., la indefendible ex fiscal de la CDMX quien como incondicional de Sheinbaum estaba para cubrirle las espaldas, y para utilizar a la Fiscalía como un instrumento de intimidación política. Durante su paso por la fiscalía tuvo lugar el encarcelamiento de Alejandra Cuevas por un delito inventado y la total impunidad para la directora del Metro luego del colapso de la Línea 12 que dejó 26 muertos. Por cierto, como la ministra pirata, Yasmín Esquivel, Godoy también plagió su tesis de licenciatura.
3) Otro tema es que el segundo reportaje de Latinus develó nuevas grabaciones y documentos sobre la corrupción en el Tren Maya, esta vez a cargo del hijo menor del primer matrimonio de AMLO.
4) Además, se difundió un audio donde Carlos Lomelí, excandidato a la gubernatura de Jalisco, ex superdelgado y principal comercializador de medicamentos de la 4T, le exige a Claudia ser quien elija a los candidatos locales que participarán en las próximas elecciones: “Entonces yo espero que nos dejen opinar y todavía se las puse más fácil. Le dije, a ver, 32 municipios, seis federales y seis locales, o cuatro locales porque ya repartieron todo, y seis federales, y yo hago que eso se voltee, sino háganlo ustedes porque se los van a chingar, así de plano”.
Vileza, demagogia y ocurrencias
A todo esto, luego de que fracasara el plan orquestado con Dante Delgado y Samuel García para atraer a los jóvenes y dividir el voto opositor, y así consumar sus propuestas de Plan B y destruir a la Corte el INE y el Tribunal Electoral, y desaparecer los órganos autónomos eliminando contrapesos y acumulando todo el poder, AMLO ha decidido sacar de la chistera una iniciativa con la que pretende modificar el Plan de Pensiones.
El presidente abre el año con un par de iniciativas, una para que el salario mínimo se incremente todos los años por arriba de la inflación y otra para aumentar la pensión de los trabajadores mexicanos. Dos propuestas totalmente demagógicas y electoreras aunque la del salario mínimo es fundamental.
Una nueva ocurrencia que lanza sin análisis ni mediciones, sin métodos que proyecten cómo se lograría financiar sin generar una crisis económica que termine castigando aún más a los jubilados, vamos, un retroceso a como estaban las cosas antes de la reforma del presidente Zedillo.
Aquí, para entender los riesgos, vale recordar nuevamente a Colosio: “¡México no quiere aventuras políticas! ¡México no quiere saltos al vacío! ¡México no quiere retrocesos a esquemas que ya estuvieron en el poder y probaron ser ineficaces! ¡México quiere democracia, pero rechaza su perversión: la demagogia!”
Tan demagógica y desesperada es la propuesta que olvidó que, en 2020, hizo la reforma necesaria para los trabajadores y que se logró con la intervención del CCE y de verdaderos especialistas. Él mismo lo reconoció como un gran logro de su administración, dicha reforma tuvo la virtud de no tener ningún enfoque de índole político y sí eminentemente social, técnico y de gestión de capital humano.
¿Por qué nuevamente sacar este tema? Es simple, quiere ganar votos cueste lo que le cueste al país y a los trabajadores.
Tratar de tapar el sol con un dedo
AMLO no para, también lanzó otro ataque contra el frente opositor, aunque ello significó quitarle la máscara a Marko Cortés y utilizarlo como un verdadero traidor a su partido, a su militancia y a sus candidatos. Con esto el presidente en calidad de coordinador de campaña, trata de cubrir con escándalos los desaguisados en Morena y otros saldos negativos de su gobierno que afectan a su candidata, como el brutal grado de inseguridad que priva en el país o los asesinatos de candidatos opositores, en Guerrero, Chiapas y Colima.
Frente a esto, Claudia no puede salir de la camisa de fuerza impuesta por AMLO y cada vez se le dificulta más seguir o “sacar provecho” de la narrativa presidencial.
En contraste, a la oposición se le presenta una verdadera oportunidad, la de sacar propuestas realistas y viables que brinden a los mexicanos esperanza frente al oportunismo y lamanipulación del actual gobierno. Propuestas que puedan convertirse en verdaderas políticas públicas y no solo ocurrencias, vaya, que impere la razón.
X: @diaz_manuel