Roberto Hernández, exfubolista mexicano (entre otros equipos del legendario Toros Neza de mitad de la década de los 90), luego director técnico llegó a una final del ascenso dirigiendo al Neza F.C. en el 2013, esto último tristemente contra La Piedad, cuadro michoacano propiedad del hoy político priista veracruzano preso que llevó a esa franquicia al puerto de Veracruz, dónde dado sus desastrosas administraciones terminó en su lastimoso descenso y una triste desafiliación por parte de la Federación mexicana de fútbol (FMF).

Roberto Hernández subió de nivel al ser contratado como alto directivo, “hombre de pantalón largo”, se diría en la jerga del futbol, del Club Atlético Morelia. Ahora su franquicia movida a Mazatlán, pero esa es otra historia, no digna de presumir, por cierto.

En 2017, y ante la mala marcha del cuadro purépecha, tomó al toro por los cuernos y bajó al banquillo cómo entrenador, a hacerse cargo de una misión que parecía imposible: salvar al Morelia de la quema del descenso: Increíblemente lo logró con un gol del delantero peruano Raúl Ruidíaz, en los últimos instantes de su último partido en Monterrey, contra los Rayados, hecho que envió, descendido, a la categoría de plata a los Jaguares de Chiapas.

Muchos recordamos esos minutos de drama: el cambio abrupto en Tuxtla de la euforia de la salvación al silencio sepulcral del descenso y en Monterrey con el Morelia, justo lo opuesto, porque incluso, con ese gol y bajo su dirección llevó a Monarcas Morelia a clasificar a la liguilla por el título, llegando hasta las semifinales mismas.

En ese entonces ya hacía de las suyas en la Selección Mexicana el peor director técnico que el combinado nacional ha tenido en toda su historia: el charlatán colombiano (hoy buscado por la justicia paraguaya por corrupción) Juan Carlos Osorio. Y el que esto escribe publicó una columna, en este mismo portal de noticias, sugiriéndolo como reemplazo del loco cafetalero. El final es de todos conocido: hasta un semoviente hubiera hecho un mejor papel en el Mundial de Rusia 2018 al mando del Tri.

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Bien, el señor Roberto Hernández, con 54 años de edad, ante el endémico malinchismo futbolístico que priva en México, ante su ilusión por trascender y la falta de oportunidades en la Liga MX, se fue a probar suerte a la liga de Guatemala, donde se acaba de coronar, en su primer torneo cómo el campeón, con los Toros del Malacateco de la Ciudad de San Marcos; dicha localidad colinda con el estado mexicano de Chiapas y desde su fundación, en 1962, no había conseguido ganar título importante alguno, esto contra el gigante de ese país vecino, el Comunicaciones de Guatemala, actual campeón de la Copa de la Concacaf.

A México, no pocas veces se traen entrenadores sudamericanos perfectamente desconocidos y que no saben además mayor cosa del futbol nacional. Pasan por el país sin pena ni gloria, llevándose eso sí carretadas de dinero a sus países de origen. Eso obviamente también pasa en la Selección, ejemplos van desde el sueco Sven Goran Erickson (que ni español hablaba) al ya referido Osorio, quitando oportunidades a talentos mexicanos, como Roberto Hernández, o Raúl “El Potro” Gutiérrez (campeón del mundo Sub 17 con México en el 2011), que la semana pasada llegó hasta la final de la Liga de Honduras con el Real España, perdiendo el campeonato contra el Olimpia.

Y no son los únicos ni los primeros, el mundialista mexicano, en el 86, Carlos de los Cobos, ha tenido varias etapas como el seleccionador de El Salvador, y ahora mismo Luis Fernando Tena (ganador con México de la medalla de Oro olímpica en Londres 2012) es el flamante DT de la selección de Guatemala, recientemente presentado y relevando a otro mexicano: Rafael Loredo, que fungió cómo interino durante la pasada Copa Oro 2021 celebrada en los Estados Unidos.

A pesar de ser un entrenador de primera línea, inexplicablemente al hoy campeón en Centroamérica y que tomó al equipo Malacateco en el último lugar de la tabla, Roberto Hernández no se le volvió a dar una oportunidad en la primera división mexicana, su última participación en México fue en la Liga de Expansión (segunda división) con los Correcaminos de Ciudad Victoria, Tamaulipas, en el primer torneo del pasado año 2021.

Roberto Hernández, contrario a lo que muchos pensarían, no es el primer DT mexicano campeón en el extranjero, pero sí lo es de una liga, ya que Javier Aguirre lo fue en los Emiratos Árabes Unidos, pero de torneos de Copa, con el Club Al-Wahda FC en 2016, ganando tres torneos: la Copa Presidente (2016 y 2017) y la Copa de la liga, también en el 2016.

Aguirre es el único, ahora junto a su compadre De los Cobos, Rafael Loredo y Luis Fernando Tena en haber dirigido selecciones nacionales extranjeras: lo hizo con Japón y Egipto. Y el primero en disputar una gran final de altos vuelos, sí, el mismo Vasco Aguirre, la de la Copa del Rey en España, contra el Betis de Sevilla en el 2005 (1 a 2, en tiempos extra), siendo entregada su medalla de plata por el Rey Juan Carlos primero, en el hoy desaparecido estadio “Vicente Calderón”, en Madrid, llevando esa temporada 2005/2006 hasta el cuarto lugar general, metiéndolo así a la élite del futbol en Europa.

Más vale que los altos directivos del futbol mexicano vayan pensando muchos menos en traer extranjeros como experimento en detrimento del tan valioso talento mexicano. Hoy, Roberto Hernández nos da un muy buen recordatorio al respecto.

Ginés Sánchez en Twitter: @ginesacapulco