Activo:

“Recurso con valor que alguien posee con la intención de que genere un beneficio futuro”.

El subsecretario de salud, Hugo López-Gatell, no deja de dar nota, a pesar de que ya ha dejado atrás su show vespertino de las conferencias de Covid-19 en Palacio Nacional, luego de más de un año de ocupar ese reflector diariamente.

Durante todo este tiempo y gracias a la coyuntura provocada por la pandemia, el Dr. Gatell, ha surgido como una de las figuras más representativas, conocidas y populares del gobierno de la 4T; lo que lo ha hecho suspirar con la posibilidad de convertirse en un factor clave en la sucesión y continuidad de Morena en el poder.

Es por eso que el subsecretario rockstar se ha convertido en un invaluable y auténtico activo de la cuarta transformación.

Desafortunadamente para López-Gatell, ser un activo no es algo necesariamente positivo en política, y en su caso, es todo lo contrario.

El cúmulo de voces agraviadas, ofendidas y enojadas con el doctor crece día con día; como un fuego eterno al que además, el funcionario se encarga de alimentar con la leña de sus declaraciones día con día. El más reciente escándalo se dio el día de ayer, cuando se difundió en redes sociales una declaración en donde culpaba a los padres de niños con cáncer, de prácticamente estar usando la enfermedad de sus hijos a favor de los intereses de la extrema derecha mundial que quiere golpear a su gobierno.

Pero no es de sorprender, en el pasado ya ha culpado a los empresarios, a las refresqueras, al osito Bimbo y hasta a la misma población de ser los responsables de los alarmantes resultados que su estrategia para el control de la pandemia nos ha dejado.

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Una estrategia que a lo largo de año y medio no ha tenido un rumbo bien definido, y que lo ha llevado a minimizar el uso del cubrebocas, maquillar cifras, justificar la falta de medidas de cierre y control por obedecer a intereses meramente políticos, y a tener al sector salud en una indefensión total con un pobre equipamiento y peor planeación para actuar contra esta pandemia.

Sus equivocaciones y su soberbia lo han llevado a tener enfrentamientos con otras figuras importantes de la 4T como el canciller Marcelo Ebrard o la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, o incluso al interior de su misma dependencia.

Por eso, es que hoy, Gatell es quizá la figura más despreciable y negativa asociada con el gobierno, y representa una verdadera oportunidad para que en miras de la sucesión presidencial, los aspirantes a la silla grande lo puedan ofrecer como su cordero en sacrificio, y saciar así el hambre de una ciudadanía agraviada y victimada por un funcionario de cuarta, que no solo no supo hacer su trabajo, sino que priorizó su posición política por encima de la vida de miles de personas.

Para un gran sector de la población, incluidos simpatizantes de Morena, investigar y castigar con cárcel la negligencia de López-Gatell se vuelve una propuesta indispensable para votar en las elecciones del 2024, y los mismos integrantes de su partido lo saben y no tendrán consideración alguna con él, con tal de ganar los muchos votos que su cabeza hoy representa.

Mientras eso sucede, lo seguirán teniendo ahí, cavando su propia tumba, exhibiéndose e incrementando el odio colectivo hacía su persona, para en su momento sacrificarlo sin que él se de cuenta. Como aquel excursionista que descubre a una tribu en algún lugar recóndito del planeta, y cree que lo reciben con alegría por la fiesta que le hacen; cuando en realidad, están preparando todo el ritual de su sacrificio para alimentarlos cuando caiga la noche.

Por eso López-Gatell es un activo, habrá que ver quien lo canjea por la cantidad de votos que hoy ya representa su cabeza.