“A los imperios no los derriba nadie. Se pudren por dentro, se caen solos.”

Rodolfo Walsh.

El uso del aparato de gobierno para perseguir a los adversarios políticos esta a todo lo que da. El poder se esta ejerciendo sin miramiento alguno y a la vista de todos; creando un clima de violencia política como no se había visto en mucho tiempo.

Ahora la mira esta puesta en liderazgos del PAN, quienes como nunca antes, han tenido que sufrir en carne propia una embestida letal por parte de sus adversarios políticos.

Lo curioso del caso, es que contrario a lo que uno pensaría, esta guerra la están comandando desde el interior de su mismo partido, sin que la dirigencia nacional encabezada por Marko Cortés ponga orden, o intente conciliar a las partes agraviadas; por el contrario, parece hacerse de la vista gorda y apostarle al más fuerte.

El ejemplo más claro de estos abusos de poder se da en el estado de Tamaulipas, donde el perseguido resulta ser el perseguidor. Es ahí donde el gobernador Cabeza de Vaca, desde que asumió su puesto se ha encargado de acorralar y prácticamente desaparecer a todos los grupos al interior del PAN, que considere un riesgo para su proyecto de permanencia en la gubernatura.

Para nadie es un secreto que el interés del desaforado y ahora prófugo gobernador, siempre ha sido perpetuarse en la silla por medio de la imposición de su hermano Ismael como eventual candidato a sucederlo. Para ello, todo aquel panista que pueda o pretenda competirle la gubernatura, ha sido víctima de acciones represoras por parte de un aparato de gobierno que esta postrado a la voluntad del mandatario.

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Aquí están los ejemplos:

Carlos Canturosas ex alcalde de Nuevo Laredo y quien compitió contra Cabeza de Vaca por la gubernatura, esta exiliado del estado, acusado de ser el presunto autor intelectual detrás del asesinato de un periodista; Leticia Salazar, ex alcaldesa de Matamoros, quien también intentara llegar a la gubernatura, esta ahora desaparecida y es investigada por cuentas públicas no aprobadas; y que decir del ex alcalde de Ciudad Victoria, el también panista Xicoténcatl González Uresti, quien se vio forzado a pedir licencia para que el congreso designará como su sustituto a la prima hermana de la esposa del gobernador, Pilar Gómez Leal, quien llegó a la alcaldía, así, por dedazo del “perseguido” mandatario tamaulipeco.

Caso aparte el de la alcaldesa de Reynosa Maki Ortiz, quien ha sido la única que ha aguantado la embestida de los cuernos, pero quien es constantemente acosada por la Fiscalía Estatal y por su policía. Por esa razón, y ante la inoperancia y tibieza de la dirigencia nacional de su partido, es que su hijo, Carlos Peña, es ahora candidato de Morena a la alcaldía, no sin antes sufrir de nuevos embates de parte de un gobernador encaprichado por poner a sus amigos, y por usar el poder del que aun goza para castigar a quien no se le alinee.

En Chihuahua ocurre lo mismo, pero aquí la ofensiva del gobernador Corral es en contra de la candidata de su partido a sucederlo, Maru Campos, quien a pesar de las acusaciones hechas desde la Fiscalía Estatal y del aparato de gobierno, todavía marcha en primer lugar en las encuestas; en una lucha que se ha cerrado mucho más de lo pronosticado, gracias al fuego amigo del que ha sido víctima la candidata panista.

El PAN en Veracruz

Veracruz es otro estado en donde los cacicazgos del PAN, arremeten contra sus mismos militantes. Apenas comenzado el proceso electoral, la familia Yunes arremetía en contra del actual coordinador de los Senadores del PAN, Julen Rementería, acusándolo de tener acuerdos con el gobierno de Morena, sin pruebas y sin fundamentos, pero con la intención de debilitarlo para que ellos se pudieran heredar de hermano a hermano, la alcaldía del puerto de Veracruz, y desde ahí, consolidar una cuarta candidatura seguida en busca de la gubernatura del Estado.

Todo esto ha ocurrido en un momento en el que el país requiere de una oposición mas responsable, unida, y con un proyecto en donde se anteponga el interés colectivo a cualquier ambición personal. Sin embargo, Marko Cortés pareciera privilegiar los acuerdos con los panistas que tienen más recursos y poder, y por ende, que lo pueden ayudar a mantenerse en la dirigencia nacional pasando la presente elección.

Poco han aprendido de las lecciones del pasado, que confirman que todo imperio, se termina destruyendo desde adentro. ¿Con qué cara podrán acusar al gobierno federal de una persecución que ellos mismos se han orquestado?