“Les ofrezco una disculpa por mi voz, el día de ayer estuvimos gritando y gritando y gritando defendiendo la vida acá en Baja California Sur. Los diputados locales querían aprobar el aborto y usted sabe que todos nosotros los católicos somos provida”. Ese fue el mensaje que dio Joel Abaroa en su programa, luego del espectáculo que montó con otros hombres fanáticos religiosos en el Congreso del Estado de Baja California Sur. Rezaban hincados a la puerta del recinto parlamentario. Lloraba. Bramaban por un milagro que detuviera la interrupción legal y segura del embarazo.
El locutor y seguidor del Movimiento de Renovación Carismática, caracterizado por defender la vida desde la concepción basados desde una moral judeocristiana, considera único dueño de la vida a su dios. Joel borró del mapa con su comentario a otras agrupaciones católicas que, a diferencia de ésta, buscan reivindicar desde una perspectiva ética, católica y feminista los derechos sexuales y reproductivos y el derecho a una vida libre de violencia como lo son las Católicas por el Derecho a Decidir que construyeron un discurso que reivindica la autoridad moral de las mujeres “capaces de decidir moralmente, como ciudadanas de pleno derecho, significa que tenemos que restituir al proceso reproductivo su carácter totalmente humano, retirándolo del ámbito exclusivamente biológico y “natural” que se le ha asignado” (Valdez, 2013).
Toda la controversia resurgió el día 29 de junio de 2021 cuando se presentó la iniciativa ciudadana del proyecto de decreto para modificar el Código Penal para el Estado de BCS y la Ley de Salud del Estado de BCS, lo que daría el derecho a las mujeres para decidir sobre su cuerpo. Ampliaría la posibilidad de interrumpir el embarazo a la semana 12 de gestación como sucede ya en la Ciudad de México ofreciendo el servicio gratuito en las instituciones de salud de la entidad. Era la posibilidad para evitar la muerte quienes abortan clandestinamente y la persecución judicial. En el estado existen seis carpetas de investigación en lo que va en el año, en lo que van en el año, en la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), pero 2015 hasta 2021 ha perseguido a 63 mujeres por interrumpir su embarazo.
El hombre aprovechó los micrófonos de los medios de comunicación para lanzar toda clase de descalificaciones hacia las feministas que también se manifestaban. Para ser seres llenos de amor por la gracia de dios sus palabras iban cargadas de odio. “No somos asesinos”, exclamaban. Los creyentes replicaban, sin cuestionarse, las ideas sembradas por la iglesia o su movimiento dogmático. Es tanto el miedo inculcado que imaginan que al aprobar las reformas legislativas las mujeres correrán a tener sexo desenfrenado, dejarán embarazarse y comenzará un ciclo histórico de abortos en Baja California Sur, siendo que las modificaciones van más ligadas al derecho de libertad a decidir sobre su cuerpo y al libre desarrollo de la personalidad.
Qué podemos esperar de los feligreses, si el obispo de la Diócesis de La Paz, Miguel Ángel Alba Díaz, lanzó expresiones desde su privilegiada envestidura: “no caigamos sofismas argumentado razones sin sentido: de que la mujer es dueña de su cuerpo”. Se trata de una iglesia que por siglos ha perseguido a la mujer escudándose en un dios con elementos masculinos que legitiman una sociedad patriarcal. El Tribunal del Santo Oficio de la inquisición de la Nueva España habita en las palabras de estos grupos antiderechos. Un discurso religioso donde dios es imagen y semejanza del hombre.
Al final la propuesta ciudadana no fue aprobada por Rigoberto Murillo (PES), José Luis Perpuli Drew (PAN), Maricela Pineda (PRD), Elizabeth Rocha (PAN), Perla Flores (PES) y Lorenia Montaño (PES). De nuevo el grupo que dividió toda la legislatura durante tres años al aliarse a los intereses del gobernador Carlos Mendoza Davis fueron factor clave para no conseguir la votación porque abandonaron el congreso: Carlos Van Wormer que pasó de Morena al Verde; Ramiro Ruíz que dejó de apoyar a los morenistas y brincó a Movimiento Ciudadano, así como Sandra Guadalupe Moreno Vázquez sin partido, al igual que Soledad Saldaña. La suplente de Milena Quiroga no se apareció por allí. Únicamente estuvieron a favor: Mercedes Maciel del PT, de Morena Humberto Arce, María Petra Juárez, Rosalba Rodríguez, Esteban Ojeda y Marcelo Armenta, así como el legislador sin partido Homero González. Se abstuvieron Daniela Rubio del Humanista y Anita Beltrán del PRI.
Por ahora, la ultraderecha católica celebró que se haya desechado. Ojalá el obispo y todos estos que rezan, también se movilizaran por tanto casos de pederastia.
¿Verdad obispo?