Sintetizo enseguida la columna de Carlos Mota de hoy lunes 17 de abril de 2023 en El Heraldo de México. Empieza por contar una historia más de abuso:

  • “El espeluznante caso de la periodista mexicana Laura Sánchez Ley expuesto por ella misma en Twitter la semana pasada”.
  • Laura “reveló el despotismo y desprecio que sufrió por parte de una aseguradora”.
  • La periodista, “tras una cirugía en la que acumuló un pasivo de $270 mil pesos”, sufrió para que la compañía de seguros cumpliera con su obligación.
  • Esa historia, tristísima, exhibió “de nueva cuenta el vacío en la supervisión de la industria de los seguros en el país”.

Afortunadamente, las protestas de mucha gente en redes sociales —sin duda encabezadas por Carlos Mota—, lo mismo que la intervención de la Condusef o Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, resolvieron en parte el problema.

Desgraciadamente, lo que Condusef puede hacer por las personas clientes de las aseguradoras es muy poco. Los abogados de las compañías en general se burlan de tal institución del gobierno ya que tiene muy pocos dientes para morder a una industria tan poderosa.

En el caso de Laura Sánchez algo hizo Condusef para que entrara en razón la aseguradora, pero ello fue posible porque hubo presión pública, un elemento ausente en la mayoría de los casos de la gente que sufre abusos cuando pretende que el seguro de gastos médicos le cumpla.

Sigo citando a Carlos Mota:

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  • “Durante años he comentado el problema: las aseguradoras cuentan con verdaderos ejércitos para desaprobar reembolsos y negar coberturas aduciendo condiciones de las pólizas. Hay médicos y enfermeras trabajando para ellas que en un tris descalifican solicitudes y rechazan reclamos”.
  • “El paciente y cliente queda en la indefensión, mientras los hospitales y doctores expiden facturas y esperan su pronta cobranza”.

La falacia de las aseguradoras

El columnista Mota, siempre un analista de primer nivel, conoce a la perfección el pretexto de las aseguradoras para no cumplir: tales empresas “se refugian en que hay que leer bien las coberturas contratadas”.

Pero, como dice Carlos Mota, “a mí y a mucha gente nos consta que eso es una falacia”.

Debe actuar ya la Comisión la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas de la SCHCP

Sin duda tiene que ser mucho más estricto el trabajo de supervisión que realizan la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Urge que se realicen cambios legales —o que el poder judicial intervenga— para que la CNSyF cuente con más instrumentos para someter a las abusivas compañías aseguradoras, poderosísimas porque sienten que son capaces de doblar a funcionarios públicos de todos los niveles y de todos los poderes del Estado, ejecutivo, legislativo y judicial.

“Ya basta”, dice Carlos Mota, y tiene razón: “Ha llegado la hora de que, si el secretario de Hacienda Rogelio Ramírez de la O quiere dejar un legado a favor de la ciudadanía, mire más allá de su nariz, que únicamente olfatea las necesidades presupuestales del presidente López Obrador”.

Mota considera urgente que Ramírez de la O presente alguna iniciativa para meter en cintura a las aseguradoras. Esto podría incluir:

  • “La obligación de reembolso sin trámites engorrosos en caso de urgencias”.
  • “El establecimiento de comités de representantes de asegurados que incluyan paneles ciegos que autoricen procedimientos”.
  • “La prohibición de contratación de médicos y enfermeras cuya función sea desaprobar rubros y coberturas”.
  • “Cárcel a funcionarios de aseguradoras que diseñen pólizas engañosas y ejecuten estrategias contraviniendo lo que se contrata”.

Inhumana industria

No soy experto —Carlos Mota sí—. A este periodista especializado en economía le parece inhumano e ilegal “que la CNSyF y la SHCP enfoquen sus esfuerzos de regulación únicamente en los niveles de capitalización y en los índices de solvencia de las aseguradoras”.

Llegó la hora de que los excelentes técnicos de la CNSyF y de la SHCP vean que “detrás de cada póliza hay un individuo que puede tener una emergencia real y dolorosa, pero que tristemente puede toparse con un proceso negligente y mañoso para limitar el reembolso o incluso negarlo”.

Carlos Mota vivió la terrible experiencia con Axa. No es el único, hay miles de personas que han sufrido lo mismo que él y Laura Sánchez.

Verdaderamente será importante que se tomen en serio las palabras de Carlos Mota. Tendrán que entenderlas a cabalidad las autoridades de la CNSyF, la SHCP, el poder judicial y el poder legislativo para lograr las reformas que se necesitan. Que nunca se olvide que “detrás de cada póliza hay un individuo que puede tener una emergencia real y dolorosa, pero que tristemente puede toparse con un proceso negligente y mañoso para limitar el reembolso o incluso negarlo”.

Por cierto, la persona que está detrás de cada póliza cuando exige el cumplimiento de parte de la aseguradora lo hace por dos motivos: (i) paga mensual o anualmente lo que la compañía cobra y (ii) sufre alguna enfermedad o accidente. Lo jodido es que a pesar de pagar durante años, cuando necesita que las empresas cumpla, estas se las ingenian para no hacerlo, amparadas en que tienen mucho poder económico y ejércitos de abogados y lobistas que presumen de ser capaces de controlar a todo el mundo en el gobierno, en todo el gobierno, secretarias, comisiones, cámaras legislativas, juzgados.

Tan lamentable situación debe remediarse ya.