En las noticias más importantes de este país, tres cosas hoy convergen: La detención de Caro Quintero, un helicóptero de la Marina desplomado y el presidente AMLO.

Y es que la caída del helicóptero se dio ayer sábado 16 de Junio, alrededor de las  4:30 pm. No es sino hasta las 9:30 pm, es decir, casi 6 horas después, que el presidente Andrés Manuel López Obrador “sale” a dar alguna declaración al respecto. Y digo “sale” porque lo hace a través de Twitter (en esa red que dice que está llena de bots), en lugar de hacerlo en vivo. Como presidente que es, a veces tuitear queda corto. Y él lo hizo así, en corto.

Estoy segura que todos, o casi todos, cuando supimos del desplome del helicóptero se nos vino a la cabeza que esto había sido un acto premeditado: Alguien lo habría  mandando derribar y muchos intervinieron para ello. Me parece que nadie pensó que fuera un “accidente mecánico” del helicóptero de la Marina, sobre todo cuando se había dado en la misma zona de la  detención de Caro Quintero .

Pero claro, nadie se sorprendió cuando de pronto aparece el tuit de AMLO diciendo, con siempre, que “su más sentido pésame para los familiares de los 14 soldados  fallecidos (al principio decían que sólo habían sido dos) y que el secretario de Marina, Rafael Ojeda Guzmán, “investigaría las causas”, finalmente reconociendo que se trató de un helicóptero que participó en la detención del narcotraficante más buscado de todos los tiempos.

Pero al presidente le tiembla la mano para decir que fue un atentado contra el helicóptero por parte del crimen organizado y se siente más cómodo diciendo lo de siempre “se investigarán las causas”. Causas que nunca se investigan y ya lo comprobamos  con el desplome del helicóptero donde viajaba el  ex gobernador Rafael Moreno Valle y su esposa la entonces Gobernadora de Puebla, Martha Ericka Alonso. Nunca supimos más lo que dijo el actual gobernador de Puebla, Barbosa, sobre que no fue derribado sino que se debió a una “falla mecánica”. Hasta ahora nadie lo cree.

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En medio de la captura de Caro Quintero y el desplome del helicóptero, saltó a la fama una perrita, tipo Golden, y la historia de que ella con su poderoso olfato había atrapado al “malhechor”. Incluso, un familiar mío me dijo encantado: “¿Ya viste lo de la perrita heroína”? Objetivo cumplido: Distraer.

Y perdón pero en mi inconsciente colectivo tenía la idea de que Caro Quintero ya había sido aprehendido o algo así, de pronto salen con esto y no puedo más que pensar tristemente que todo es una farsa y un montaje.

Difícilmente le creeré a este gobierno por las acciones que realicen. Porque además, seamos honestos: ¿Nos va a ir nos va a ir mejor con la detención de Caro Quintero?

Nos iría mejor con la honestidad valiente de AMLO, y que se atreviera a decir que el helicóptero fue derribado por el crimen organizado. Entonces sí nos iría mejor porque nos daríamos cuenta de que el propio presidente aceptaría que la estrategia contra ellos está fallando.

Pero el presidente jamás va a aceptar que el crimen organizado ganó en esta batalla y que nuestros marinos perdieron hasta la vida en manos de ellos... Jamás lo aceptará.

Pero, el pueblo es bueno, es sabio y es despierto. Jamás nos podremos creer la versión de un “desperfecto mecánico”. O de un “accidente”; eso ya no le saldrá bien al Presidente.

Lo que le queda por hacer al mandatario de este país es profundo y arriesgado pero es lo único que le dará credibilidad: Aceptar que el crimen organizó derribo ese helicóptero. Muchos le aplaudiríamos la valentía para reconocerlo. Pero negarlo será un gravísimo golpe político para él y su gabinete. Créanme.

Es cuanto