Doctor Hugo (y me cuesta trabajo llamarle doctor porque igual no le interesa saber), le cuento un poco: He pasado desgraciadamente por muchos doctores en mi vida. Cómo sobreviviente de cáncer de mama imaginará la cantidad de estudios, de opiniones médicas, de especialistas por los que he pasado durante 18 años .
Como comprenderá, durante estos 18 años he vivido aterrada, pensando en una posible recaída, la cual sí tuve pero ni así el miedo se ha ido de mí. Vivir con miedo doctor Gatell; no sé si haya sentido miedo alguna vez en su vida. Y este virus me vuelve a mostrar mi fragilidad y mi vulnerabilidad .
Ahora llega esta pandemia, y digo “ahora” porque hoy como nunca todo mundo se está contagiando, pero desde el 2020 usted entró en acción y fue nombrado por el presidente de México, no solo como el encargado de la pandemia sino como subsecretario de Salud.
Pero llegó usted a decir que no pasaba nada, que no era necesario reconvertir hospitales, que no era grave... que no pasaba nada; que no servía de nada el cubrebocas, y que pues nos quedáramos en casa pero relajados.
Y dijo otras tantas cosas más que ya para qué le comento, si millones de mexicanos se han encargado de recordarle diariamente.
No obstante, en ese entonces, usted tranquilamente se fue a la playa con su novia en medio del terror por el que estábamos pasando y quizá usted sea de ese tipo de personas “cool” que cree que no es para tanto el Covid y por eso se fue de paseo a disfrutar del sol, del mar y del amor.
Sin embargo, la gente estaba muriendo por el Covid, mientras usted estaba en la playa, a pesar de que días antes muy serio y trajeado en su programa de espectáculos vespertino nos solicitaba “quedarnos en casa”.
Ahora llega una nueva variante que se llama Ómicron que nadie vio venir. Muchísimo más contagiosa que ninguna otra. Y de nuevo minimiza la situación con la excusa de que “ahora ya no se muere la gente que esté vacunada si se contagia”. Y pues bien: No todos tuvieron acceso a la vacuna, otros tantos no quisieron vacunarse, y atribuyo esto al desdén que desde el día uno ustedes manifestaron con respecto al virus.
Su negativa, doctor Gatell, de vacunar a los niños es por demás alarmante. Dice que no es necesario y yo creo que es más bien porque no hay vacunas suficientes, pero usted ha resultado serle tan leal al que es su jefe; ha sabido serle tan obediente a pesar de que, estoy segura, quizá en usted en algún momento haya cabido la prudencia y la razón que dice que no son necesarias las vacunas.
Sin embargo, y a pesar de todo, usted no ha querido dejar el puesto, ni perder la fama y los reflectores que la pandemia le ha traído. Porque, seamos sinceros ¿usted hubiera sido conocido sin la pandemia?
¿Sí se ha dado cuenta que ha sido usado por su Jefe?
Doctor Gatell, segura estoy que ahora tiene Covid, aunque el presidente insista que es solo una gripa. El dirigente de la OMS ha dicho que se tome y se asuma cualquier gripa como Covid y en verdad le deseo pronta recuperación. Pero habiéndose enfermado ya no una sino dos veces de Covid, ¿no le da vergüenza seguir mintiendo a la población?
Usted es joven, tiene un futuro por delante, es padre de un niño y ahora acaba de ser papá ¿De qué quiere que hablen sus hijos cuando crezcan?, o peor aún ¿no ha pensado en el bullying tan horrible que les harán en el colegio? O ya de plano, ¿a usted nada ni nadie le importa?
Quizá tenga pánico de renunciarle al presidente, seguro lo tiene amenazando porque al renunciarle usted, desacredita al presidente en todos sentidos. Pero ¿qué vale más? Su futuro y la dignidad de sus hijos o el “quedar bien”.
Claro, a menos que le hayan ofrecido una embajada, ya ve que al presidente le encanta regalarle embajadas a quienes coloquialmente se le salen del guacal. A lo mejor ya se vio viviendo felizmente en Europa pero ¿en verdad será feliz sabiendo que usted fue responsable de cientos de miles de muertos?
Tengo a dos hijos a los que este gobierno no quiere vacunar. No han procedido las demandas que interpuse, insisten en que tengo que demostrar que están enfermos, afortunadamente no es así, pero, ¿por qué tengo que gastar en abogados y juicios cuando por derecho les correspondería la vacuna?
Por cierto imagino que su hijo ya está vacunado ¿verdad? En el extranjero claro, o aquí así a escondidas...
Le deseo todo el bien del mundo, doctor Gatell, a pesar de todo, porque mi corazón no da para desearle mal ni a usted ni a nadie. Solo espero que encuentre paz y no viva con miedo. Con ese miedo con el que otra vez vivo yo.
Doctor Gatell, ¡ay! doctor Gatell.
Claudia Santillana Rivera en Twitter: @panaclo