Señor López-Dóriga:
No posee usted un solo ápice de autocrítica, lo que de verdad es penoso: Claudio X, usted, todos y todas las demás que apalancaron a alguien tan impresentable como la señora Gálvez, perdieron. La causa medular fue la vulgar deshonestidad palpada tan de cerca por la ciudadanía. Incluida la de usted, pero con tan buena paga, pues uno cumple con la embestida como eternos soldados del PRIAN que son, faltaba más. Es usted demasiado ingenuo al pensar que sus declaraciones a flor del micrófono serían creíbles ante los ciudadanos que le miran o escuchan. Recuerde que ya sabemos que la hipocresía es el engaño de los reaccionarios. Expresar que usted no sabía que su candidata había sido impuesta por su amigo Claudio X. es una indudable muestra de ello.
La radiodifusora acomodaticia que le pagaba tan alto para que denostara sin parar al gobierno de AMLO, quiere ahora que se acomode mejor con la nueva presidenta electa de la exitosa 4T, lo que avalaría el hecho consumado de reconocer a un gobierno productivo que sí cumplió, desmintiendo su propia perorata de seis años asegurando lo contrario, pero, no le devolvería la credibilidad ante su audiencia, esa la perdió usted a pulso y habría que externar al aire el haber fallado para quizá recuperarla, ya que se conoce bien que son los reyes de la simulación, de la promoción de la calumnia impresa en sus voces desde que la gente eligió a AMLO para transformar la nación en una más justa y próspera. Le repito, usted sí perdió y además, se perdió.
Puede ser, no lo dudamos, que su declaración tenga por motivo el restablecer su reputación personal hoy por los suelos, e intentar lavarse las manos como Pilatos ante su desacreditada cámara de TV: “Ay, fíjense que yo no sabía nada…” qué desplante teatral tan tétrico, pantomima en contra de su colega ideológico Claudio X., cuando ambos han sido y son promotores de los mismos “principios”: racismo, clasismo, deshonestidad, tráfico de influencias, conservadurismo, abuso de poder, mediocridad, vulgaridad. Aunque usted tiende a disfrazarse de “progre” nunca le ha quedado, siempre será usted un lobo de la derecha mexicana, un vendido, un títere de sus patrones, de usted en el sentido de la patria, no hay más qué decir.
Atentamente, Imanol Luján.