Una ley anacrónica y absurda existe en México, de espíritu echeverrista o incluso de corte bolchevique: el juicio de prescripción positiva o usucapión, el cual privilegia la posesión de un inmueble por sobre la propiedad legítima, sustentado jurídicamente. En días pasados fuimos testigos de una mujer de la tercera edad agraviada por unos inquilinos que se negaban, de plano, a pagarle renta, que “ya se habían asesorado”, le dijeron. Ellos y su propio abogado (posiblemente coludido con los invasores) le respondieron “es que, seguro, ya se asesoraron”: Se referían al juicio en cuestión, malinterpretado por cierto, ya que esta sentencia se otorga a los ocupantes de una propiedad “olvidada”, cuando se demuestre la posesión por CINCO AÑOS de manera 100% pacífica y DIEZ años con algún litigio de por medio.

No es el primero en los últimos meses. En redes sociales, seguramente dado la obscena cantidad de abogados que son arrojados por las universidades a un mercado laboral que NO LOS NECESITA, estos están dispuestos a lo que sea, por supuesto engañar a gente ventajosa e ignorante incluido. Bien haría el legislador federal en eliminar (o bien acotar) esta opción de nuestras leyes, sino se quiere que estos casos se multipliquen cómo los conejos, causando un problema dramático cómo el de España y los ya hoy famosos “OKUPAS”. Se está a tiempo, ya ocurrió la primer tragedia, y al parecer la fiscalía del Edomex reaccionó de manera puntual (aunque tapando el pozo después del niño ahogado), al devolver el inmueble a sus legítimos dueños, esto es, a una hija y hermana de los dos hoy presos por homicidio, la señora Carlota y uno de sus hijos.

Mucho cuidado en dejar leyes absurdas que se presten a interpretaciones tramposas y den incentivos perversos a tantos ventajosos que, a diario en México, se despiertan con algo en mente: “¡hoy, a ver a quien me chingo!”.