IRREVERENTE

Panamá.- Les platico: Este país arrancó el 2023 con una nueva fase de su censo nacional.

Ayer que platicaba con un panameño me decía que a él le tocó atender a los funcionarios del área de Información y Divulgación que visitarán del 8 de enero al 4 de marzo un total de 67,034 apartamentos en los 17 corregimientos de este país.

Se sorprendió de lo específico de la información que están recabando.

Los cuestionarios no ofrecen rangos de sueldos para que el entrevistado escoja el que más se le acerque.

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Preguntan específicamente cuánto ganan mensualmente.

“Ábrele la puerta a los censos”, dice el slogan publicitario.

Pero ya dentro de las casas la entrevista se vuelve interrogatorio.

Ese es el chiste de los censos de esta época: sacar sopa específica, no genérica como era la costumbre.

Quienes viven en Panamá tienen dudas del fin que el gobierno le dará a esta información, pero ni modo, ese es el riesgo de una democracia abierta.

Hay otras que simulan serlo y se van cerrando conforme el que fue electo democráticamente se engolosina con el poder y no lo quiere soltar al ver que se le acerca la hora de irse a su rancho.

Lo que no cuentan

Hay algo que ni los censos de Panamá cuentan: los muertos y desaparecidos.

No hay progreso en ningún país, cuando los empresarios cuentan sus ganancias; los agiotistas sus rentas e intereses; los políticos sus curules, alcaldías, gubernaturas y presidencias; y los ciudadanos sus muertos y desaparecidos.

Feliz, feliz, feliz…

Hay quienes alucinan que en un país rico la gente es feliz.

¡Falso!

Es la tranquilidad y no el billete ni la cartera robusta lo que nos hace felices.

Hay quienes creen que la estabilidad de una divisa y la moneda misma es lo que mide el bienestar de un país.

¡Falso!

A todos esos fantoches que desde el fondo de su ignorancia afirman que la estabilidad del peso se debe a las “políticas económicas” de la 4T les digo:

¡Falso!

Porque un dólar sirve para comprar NADA en una tienda cubana con anaqueles vacíos y ALGO en una de Miami.

Ninguna inversión o inyección de capital es segura si los trabajadores de las nuevas empresas caminan inseguros de su casa a la chamba y viceversa.

Esa es la importancia que representa la seguridad en la agenda de cualquier gobernante.

Una población estable, segura, saludable y razonablemente cómoda, es la que garantiza el éxito de cualquier inversión.

Y no al revés, como opinan los emBOLAdos, las tránsfugas del anafre, los de rancios apellidos de pedigrí que se le esconden al SAT y los venerables jubilados obnubilados de la “generación del tubo”, porque tuvieron antes, pero ya no.

CAJÓN DEL SASTRE DE PANAMÁ.

“Entonces, qué contamos en México?”, pregunta la irreverente de mi Gaby.