América para los americanos, dijo algún imperialista presidente de Estados Unidos, el creador de la doctrina Monroe. Viene al caso la frase porque la presidenta Claudia Sheinbaum decidió que la Comisión Federal de Electricidad fuera para una electricista, Emilia Esther Calleja Alor, ingeniera muy reconocida.
Con más de 20 años de experiencia en la importantísima empresa productiva del Estado, Emilia Esther será directora de la CFE. Por cierto, la ingeniera Calleja será no solo la primera mujer al frente de la CFE, sino la primera persona que llega al cargo con una carrera, desde abajo, en la fundamental empresa del Estado mexicano. Gran nombramiento.
Veamos a los anteriores directores de la CFE, todos machitos:
- Manuel Bartlett, antes de llegar al cargo, toda su vida había sido político, y muy polémico. Por tales habilidades, seguramente para revertir una de las reformas estructurales neoliberales, el presidente Andrés Manuel López Obrador lo nombró director de la Comisión Federal de Electricidad.
- El tercer director de la CFE de Enrique Peña Nieto, Jaime Francisco Hernández, había hecho su carrera en Hacienda.
- El segundo director de Peña, Enrique Ochoa, abogado, había trabajado en el poder judicial y como asesor en la Secretaría de Energía, pero no en la CFE. Salió de la empresa para dirigir el PRI.
- El primer director de Peña Nieto, Francisco Rojas, también era político profesional. El expresidente Enrique Peña Nieto alguna vez dijo que su padre había entregado 25 años de su vida a la CFE. Ni por este motivo fue capaz de dar la dirección a la gente muy valiosa que ha hecho su carrera en la empresa del Estado.
- El segundo director de la CFE con Calderón, Antonio Vivanco, era economista con experiencia en Hacienda.
- Alfredo Elías Ayub, el eficaz director de la CFE en los gobiernos de Zedillo, Fox y Calderón, llegó después de trabajar en Aeropuertos y Servicios Auxiliares.
- Otro ingeniero muy competente, Rogelio Gasca Neri, primer director de la CFE con Zedillo, tampoco había tenido experiencia en el sector eléctrico. Había sido secretario de Programación con Salinas y dirigido la empresa que controlaba Aeroméxico y Mexicana de Aviación.
Claudia Sheinbaum Pardo se atrevió a entregar la Comisión Federal de Electricidad a una electricista con experiencia, muy bien preparada en administración, ingeniera profesional. Por esta clase de nombramientos la gente en ClaudiaMetrics ha aprobado con más del 70% al gabinete de la presidenta.
Lo que sigue, lo que todos deseamos, es que Claudia nombre en Pemex a un ingeniero petrolero capacitado en administración y finanzas, que varios habrá en la más grande empresa de México.
AMLO quizá necesitó dos políticos duros para revertir ciertos cambios neoliberales en la CFE y Pemex. Cumplieron con las instrucciones Manuel Bartlett y Octavio Romero. Ahora ha llegado el momento de los y las especialistas, como la ingeniera Emilia Esther Calleja Alor. ¿Quién con calificaciones similares para Pemex?
Con ouija —güija— analizan la Constitución. Ahora la pasan para la carta del Mayo
En el sitio de internet El Español leí si no la más seria, sí la única historia de la ouija —güija, en castellano— que conozco:
√ “A mediados de siglo XIX, el francés M. Planchette ya había diseñado el primer modelo reconocible, un tablero con un puntero al que se le aplicaba un lápiz que escribía las respuestas al deslizarse”.
√ En Estados Unidos, un emprendedor “inmediatamente vio la oportunidad de negocio”.
√ Elijah Bond “el 28 de mayo de 1890 presentó la primera patente conocida de lo que pronto sería universalmente conocido como ouija”.
Hay dos versiones acerca del origen del nombre. Una, que se trata de la unión de las formas francesa y alemana de decir SÍ: oui y ja, respectivamente. La otra es que sus desarrolladores preguntaron a la propia güija como quería llamarse y respondió que así: ouija. Un autobautizo, pues.
El hecho es que la ouija o güija sirve, dicen quienes la utilizan, para comunicarse con los espíritus a través de un tablero con el abecedario y las palabras sí, no y adiós.
Armados de sus güijas desde hace semanas han dialogado con el espíritu de la Constitución no pocos periodistas, como Pablo Hiriart y Denise Dresser; intelectuales como Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze; juristas como Diego Valadés y Víctor Olea ; exconsejeros del INE como Ciro Murayama y Lorenzo Córdova; organizaciones empresariales, como COPARMEX y México Evalúa; exaspirantes presidenciales como Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, y vendedores, de Kleenex como Claudio X. González, y de fantasías políticas como Fernando Belaunzarán.
Estas personas, todas identificadas con la oposición, sacan sus güijas y hablan con el espíritu de la Constitución que, curiosamente, les asegura que la carta magna debe interpretarse para perjudicar a Morena y aliados en la asignación de diputaciones de representación proporcional. Pienso que se van a quedar con las ganas.
Ahora comentócratas de derecha recurren a la güija para interpretar la carta del Mayo Zambada en contra del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha. Aunque el narcotraficante no dijo nada verdaderamente grave contra Rocha, a fuerza buscan perjudicar al morenista sinalonese.
El Mayo solo dijo que el Chapito lo citó para una reunión con el gobernador Rocha y el exrector Melesio Cuén y que, en el lugar de la cita, lo secuestraron y lo llevaron a Estados Unidos. No dijo que Rocha lo convocó y ni siquiera que vio al gobernador —no podía decirlo porque Rubén Rocha iba a salir de viaje ese día, y salió: regresó de urgencia cuando se enteró de lo que había pasado—. No hay más en la carta del Mayo, o no en su letra. Por eso quienes buscan dañar al morenismo han hablado con el espíritu de la misiva y afirman que el narco expresó cosas horribles del gobernador, lo que es absolutamente falso, desde luego.
Simpática la política mexicana en tiempos de espiritistas.