Está por finalizar el primer tramo de reformas que propuso el presidente López Obrador hace unos meses. Haciendo un balance rápido de lo que ha ido aconteciendo, la fracción parlamentaria de Morena, en conjunto con sus principales protagonistas, han hecho posible que, hasta ahora, tres de las cinco reformas constitucionales hayan sido aprobadas en mayoría calificada. Estos días, en efecto, se concluirá con el primer paso del paquete de iniciativas en la agenda de prioridades. De hecho, las comisiones correspondientes se han encargado de avalar los proyectos sobre el salario mínimo, lo mismo que el apoyo a jóvenes que buscan empleo.
Esto ocurre en vísperas del cierre de sexenio del presidente López Obrador. Debido a que las condiciones legislativas se han dado, y por la abrumadora victoria que alcanzó Morena el pasado 2 de junio, hay una responsabilidad que, desde luego, los diputados han desembocado y canalizado en el pleno del Congreso al defender cada una de las iniciativas. Hay que resaltar, por ejemplo, la organización y planeación de Ricardo Monreal para ir encauzando cada uno de los temas. Por los tiempos era imposible aprobar las veinte iniciativas que contiene el paquete antes del término del mandato de Andrés Manuel; sin embargo, quedarán publicadas en el Diario Oficial de la Federación cinco modificaciones al marco constitucional, lo cual —hemos de decir— es un primer tramo concluido a la perfección.
Así pues, esta misma semana, bajo la coordinación del liderazgo clave de Ricardo Monreal, quedarán aprobados los cambios constitucionales en materia de salarios mínimos, lo mismo que el apoyo a jóvenes que buscan empleo. Ambas, de hecho, con un sentido social muy amplio y, desde luego, con el humanismo que ha caracterizado al movimiento lopezobradorista en la lucha democrática del país. Ese es el principal componente que le ha ido imprimiendo el proyecto de transformación a las causas principales del pueblo de México. En cuanto a ello, estas dos reformas, que se discutirán en las próximas horas, ofrecerá un abanico de conquistas para la clase trabajadora y, con ello, elevar la calidad de vida y alcanzar un mejor bienestar social a través de un salario mejor remunerado. De igual forma, abre la posibilidad para que miles de jóvenes, antes de encaminarse al universo laboral, cuenten con una base de apoyo para la formación y profesionalización mediante un incentivo económico y, con ello, desarrollarse de manera óptima.
Recordemos que, uno de los principales retos, fue profundizar las políticas públicas de la llamada cuarta transformación. Eso, desde luego, es lo que está llevando a cabo la fracción parlamentaria de Morena al perfilar la aprobación del primer tramo de reformas constitucionales. De eso se trata la construcción del segundo piso y, por supuesto, la responsabilidad que delegó el pueblo de México a través del voto mayoritario. De hecho, la respuesta de los legisladores ha sido rápida; han desahogado cada uno de los temas que, como puede verse, son parte fundamental de la coronación del sexenio del presidente López Obrador.
La reforma al poder judicial, por ejemplo, constituye un paso importante a la consolidación de la democracia. Se trata, de igual forma, de que la justicia tenga la capacidad suficiente para tomar decisiones acertadas, a partir de las cuales podamos hablar de equilibrio en la participación de la misma por medio de un marco que se apegue a la legalidad, y no a los caprichos de los jueces y magistrados que, por cierto, se les acabará el techo financiero para las excentricidades y los lujos a los que estaban acostumbrados. Siendo así, la reforma no es vista como una venganza del ejecutivo como los conservadores quieren hacer creer a la gente, sino un instrumento para una auténtica división de poderes.
Entonces, la propuesta de reforma al poder judicial, al igual que las demás, se formularon a través de la necesidad social y, por ende, para profundizar una nación más justa y humanista. En su esencia, por supuesto, esto constituye el legado del presidente López Obrador. Él, de hecho, coronará su periodo al frente del país con cinco reformas constitucionales que, sabemos, esta misma semana quedarán aprobadas en mayoría. Sus principales voces, para tal efecto, han comentado que las condiciones están dadas para que eso suceda. En San Lázaro, por ejemplo, Ricardo Monreal, pieza fundamental del engranaje de la 4T, ha declarado estar listo para comandar los quehaceres en medio de una agenda que, como todo proceso legislativo, será desahogado con análisis y debate en el salón de sesiones del Congreso federal.
Esto apenas comienza. La próxima semana, una vez que Claudia Sheinbaum tome protesta, continuará con la agenda legislativa. La buena noticia es que faltarán 15 puntos claves para el paquete de veinte iniciativas que propuso el presidente Obrador. Por los tiempos no le tocará, pero tendrá la satisfacción de que saldrán adelante con el ejército lopezobradorista que se ha propuesto a empujar las causas principales que, por supuesto, tiene un sentido de justicia social, de humanismo, y desde luego de fortalecimiento a la democracia, eso sí, con un clima propicio y prometedor que seguirá echando raíces para garantizar desarrollo, progreso y prosperidad, especialmente para los sectores que más necesitan el apoyo.