Andrés Manuel López Obrador cuestionó a Ciro Gómez Leyva por difundir una mala encuesta. Este es el hecho que da origen al debate.

La encuesta es mala sin lugar a dudas, por dos razones: (i) su metodología basada en Facebook ya no es eficaz —lo era, y dejó de serlo— y (ii) los encuestadores suelen trabajar como estrategas en campañas electorales: lo fueron en 2021 en Sonora y manipularon un estudio a favor de su cliente, candidato del PRI, y al parecer ahora colaboran con Xóchitl Gálvez, a la que casualmente ubican muy arriba en las preferencias.

AMLO tiene razón en cuestionar esa encuesta difundida por Ciro. Pero el presidente de México se equivocó al dudar de la calidad ética del periodista líder en la radio y conductor, en Grupo Imagen, de uno de los mejores noticieros televisivos en la historia de México.

Ciro Gómez Leyva es un gran periodista. Andrés Manuel lo ha sabido desde hace 30 años y no tiene motivos objetivos para dudar de ello ahora mismo.

Pero Ciro, querido y admirado amigo, se equivocó en su respuesta a AMLO. Dijo: “Ya que usted le fascina jugar a la hipótesis, a la conjetura, a la especulación (…) yo le pregunto, ¿qué sigue conmigo, presidente, un segundo atentado en mi contra? ¿Es lo que sigue después de escuchar sus palabras? ¿Nos metemos al juego de las especulaciones?”.

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Ciro Gómez Leyva sabe que su atentado de hace varios meses no obedeció a pasiones políticas; periodísticas sí, evidentemente, pero relacionadas con otros temas que él toca, como el de la delincuencia organizada, el cáncer que está matando a México desde que Felipe Calderón decidió declarar una fallida guerra contra el narco que la nación ha perdido.

Comprendo el enojo de Ciro, pero a un comentario injusto de Andrés Manuel no debió haber respondido con otro aún más injusto.

Lo que hizo el periodista de Radio Fórmula e Imagen TV es un insulto a AMLO. Porque si algo hay en México es libertad de expresión, como en ningún otro sexenio la habíamos conocido. Lo demuestran las numerosas columnas y comentarios en medios electrónicos y redes sociales contra el presidente e inclusive contra el integrante menor de edad de su familia.

El presidente López Obrador ante las críticas lo único que hace es responder en su conferencia de prensa diaria, la mañanera. Solo eso. Debate democrático, sin duda, en un país en que la norma era pagar periodistas para agradar al poder o exigir abiertamente a los dueños de los medios el despido de los comunicadores incómodos. Nada de eso se da en la 4T, y es la verdad.