Circula en YouTube una entrevista que en 2008 Carlos Loret de Mola le hizo a Andrés Manuel López Obrador. La vi en su momento y hoy lo hice de nuevo.
AMLO había enviado una carta a los dueños y administradores de Televisa para pedir espacio en sus noticieros. Andrés Manuel lo que quería era dar a conocer a la gente sus puntos de vista acerca de la política energética del fallido sexenio de Felipe Calderón.
Ese fue el acuerdo: hablar de Pemex, la CFE y la propuesta de reforma energética calderonista que a López Obrador le parecía perjudicial para México. En el periodismo los acuerdos se respetan, así lo pienso. Al menos los respetan los y las periodistas que poseen lo que se llama entereza moral. Desde luego, una vez agotado el tema central, se vale que entrevistador y entrevistado entren a otros asuntos de interés público.
Pero en esa ocasión Carlos Loret de Mola no respetó a Andrés Manuel López Obrador. Todo lo contrario, lo agredió, hasta insultó al invitado a su programa noticioso. Durante la mayor parte de la entrevista —que no fue tal, sino más bien se trató de una celada— Loret interrumpió innumerables veces a AMLO, se burló, realizó comentarios hirientes que no eran preguntas periodísticas, sino verdaderas embestidas con el propósito de dañar.
Andrés Manuel con paciencia soportó los ataques y, sin desesperase, preguntó a Carlos Loret: “¿Me vas a dar tiempo para hablar de la privatización de Pemex?”. Porque Loret con gran cinismo y con risotadas burlonas hablaba de todo, menos del sector energético. Tal pregunta de AMLO el periodista la respondió con una mentira: “Muchísimo tiempo”.
La entrevista duró 40 minutos; poco más de 10 se dedicaron a la reforma energética. Pero en ningún instante pudo AMLO expresar sus opiniones con la calma que cualquier persona necesita para desarrollar sus argumentos. Loret no permitió a López Obrador dejar claramente establecidas sus ideas. “Tranquilo, ya habló usted mucho”, así le quitaba la palabra el periodista al entrevistado, para enseguida pasar a los insultos. Tristemente, Carlos Loret no fue capaz de actuar con objetividad.
En efecto, Carlos Loret de Mola en la entrevista que menciono no era un periodista sino un activista político evidentemente al servicio del gobierno de Calderón. Al entrevistador se le veía decidido a golpear al tabasqueño. Loret acusó a AMLO de recurrir a la violencia en sus protestas y hasta se mofó del movimiento lopezobradorista diciendo que en las acciones de resistencia civil más riesgosas se lanzaba a las mujeres por delante. Semejante afirmación —calumniosa y excesivamente misógina— la hizo porque en 2008 surgieron las Adelitas, a quienes encabezaba Claudia Sheinbaum, un grupo de valientes mujeres que protestaron en forma pacífica y con mucho éxito contra la reforma energética.
Menciono todo lo anterior porque Carlos Loret de Mola pidió una entrevista con el presidente. Rápidamente Andrés Manuel López Obrador lo bateó en la mañanera de este Día de las Madres: “Imagínense que yo me voy a dejar entrevistar, no lo quiero ver, o sea es un hampón, me reservo el derecho de admisión”.
Más allá de las razones que tenga AMLO para pensar que Loret es un hampón, he dado a conocer aquí evidencia para sostener que es un mal entrevistador.
Buenas entrevistas con AMLO en video sí las harían Ciro Gómez Leyva y Carmen Aristegui, quienes jamás han faltado al respeto o se han burlado de las personas con las que dialogan en sus espacios informativos. Aunque Andrés Manuel tiene diferencias con Ciro y Carmen, ojalá se deje entrevistar por él o ella antes de que concluya su periodo de gobierno: el resultado valdría la pena tanto para el presidente como para la sociedad mexicana. ¿Un buen entrevistador para medios escritos? Arturo Cano, de La Jornada.
Entiendo que a AMLO le baste con las mañaneras para informar lo que piensa más conviene a su gobierno. Pero sería positivo que, antes del final de su periodo presidencial, conversara cara a cara con periodistas de primer orden, como Ciro, Carmen y Arturo.