Amigui significa “amigo íntimo, compañero inseparable”. Es una definición del Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española. Eso son Ciro Gómez Leyva y Felipe Calderón.
Lo ha confesado Ciro en su artículo de hoy martes en Excélsior. Este periodista condujo en Madrid un foro de la extrema derecha española encabezado por Isabel Díaz Ayuso, que es según Gómez Leyva la “figura mayor de la oposición al gobierno de Pedro Sánchez”, este último de izquierda. A Ciro Gómez Leyva lo invitó otro de los participantes, Felipe Calderón, representante de la ultraderecha mexicana.
Tal foro, organizado por la Fundación Neos, se llamó MéxicoEspaña, amigos para siempre. En el mismo se elogió el “maravilloso mestizaje, la maravillosa relación cultural” entre las dos naciones y hubo críticas al expresidente Andrés Manuel López Obrador y a la presidenta Claudia Sheinbaum por “falsear nuestro pasado común con manipulaciones que amenazan nuestro futuro”.
Dijo Ciro que no se mencionó a Claudia —supongo que a AMLO sí—, pero no hacía falta que se les nombrara: obviamente con eso de “falsear nuestro pasado” se cuestionaba a la presidenta de México.
Un foro no muy relevante no es la nota, en mi opinión. Sí lo es que dos amiguis mexicanos, que lo serán hasta que la muerte los separe, hayan llevado su entrañable relación a las madrigueras de una ultraderecha tan cursi y agresiva con México como la madrileña, por cierto en una semana en la que la España culta participa como invitada de honor en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.