Llámeme adelantada o loca si les aseguro, como lo hice en otra ocasión, que esta próxima elección presidencial ya está definida: Claudia Sheinbaum no tiene competencia.

Y es que los datos están ahí, a la vista de todos y no aceptarlos es preocupante terquedad o de plano ceguera.

Las encuestas recientes siguen dando amplia ventaja a la virtual candidata morenista y no por un dígito o dos, en la mayoría de los casos Claudia se lleva de calle a Xóchitl por más de 20 puntos y dicha diferencia se antoja imposible de superar.

Los estudios demoscópicos, tanto nacionales como internacionales, han dado en días recientes resultados contundentes. Por ejemplo, en la encuesta MetricsMx, publicada en este diario digital el día de ayer 9 de octubre, arroja los siguientes resultados:

Con el 56.4% de los votos, Claudia Sheinbaum

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Con el 24% de los votos, Xóchitl Gálvez

Con el 4.2% de los votos Movimiento Ciudadano, sea quien sea el candidato.

Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez

La cosa está fatal, pues la diferencia de más de 30 puntos entre la abanderada de la Cuarta Transformación y la senadora panista es abismal y al Frente Amplio por México los votos no le alcanzan para rozar a Claudia, ni aunque el partido naranja, en un escenario ficticio, declinara en favor de Xóchitl.

Para calentar más los ánimos, ayer mismo se publicaron los resultados de la encuesta Mitofsky, en donde Claudia lidera con el 56. 5 por ciento, en tanto la señora X sólo se queda solo con 32, es decir, más de 20 puntos de distancia.

La tendencia ha sido casi la misma.

La semana pasada la encuesta realizada por Buendía & Márquez publicada en El Universal provocó el soponcio de muchos malquerientes de la 4T, que incluso la tacharon de falsa, vendida o de obedecer a ciertos intereses, desmintiendo que la doctora Sheinbaum llevara más de 30 puntos de ventaja. Pero los números no son tan distintos y en todas, incluso en las que consideraban que siempre beneficiaban a la derecha como Mitofsky, la diferencia es muy marcada y en todas Claudia lleva la delantera.

Y bueno, éramos muchos y parió la abuela, dicen por ahí, y esto viene a colación porque también ayer la agencia de noticias Reuters le echó números fríos a distintos sondeos nacionales, como el realizado por Parametría entre el 30 de septiembre y el 5 de octubre, concluyendo que la coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación lleva una amplia ventaja sobre Xóchitl Gálvez. Más aún, según el resultado de la agencia de Reino Unido, la virtual candidata morenista es mucho más conocida que su más cercana competidora, pues a ésta solo la conocen el 51 por ciento de los encuestados y a Claudia el 69 por ciento.

Marko Cortés, presidente del PAN, y Xóchitl Gálvez, representante para la candidatura a la presidencia por Frente Amplio por México

Tremendo desastre el que está viviendo la senadora panista sin empezar aún las campañas. No sé a usted, pero a mí no me sorprende.

Más allá de los desatinos que ha cometido Xóchitl Gálvez en su fallido intento de parecer chistosa o mover a la lástima con su pasado humilde, los patrocinadores de la panista le midieron mal el agua a los tamales y pensaron que en verdad la gente estaba harta de los guindas, cuando esto solo estaba en su imaginación.

Lo que pudo empezar bien y ser una real oposición (la marea rosa parecía estar jalando) ha fracasado. Los mexicanos, millones de ellos, han visto resultados con el gobierno que encabeza el presidente López Obrador, quien nunca se equivocó al decir que “por el bien de todos, primero los pobres”. Gracias a ello, al atender las necesidades urgentes de las clases desprotegidas, los antes olvidados han dejado de serlo. Y esa es la clave del éxito de la doctora Sheinbaum Pardo, pues representa la continuidad de las políticas sociales que han dado vida, literal, a una sociedad que antes agonizaba por el abandono de gobiernos insensibles y acaparadores a quienes los mexicanos ya no quieren de vuelta.

Ni hablar. El Frente se convierte, cada día más, en “trasero”, pues va a la cola de las preferencias del electorado que castiga de forma brutal a Xóchitl Gálvez, quien de plano no termina de cuajar.