Sin lugar a dudas, fuera de filias y fobias, la toma de protesta como presidenta constitucional de México de Claudia Sheinbaum, realmente es un acto histórico, primero porque es la primera mujer que asume esa posición y la segunda sea por lo que sea y le duela quien le duela, fue la presidenta más votada en la historia.

Luego viene como siempre, lo bueno, lo malo y lo feo de este acto protocolario pero que a la vez reviste de gran importancia para poder entender lo que vendrá con la primera presidenta de la república.

Lo bueno

Como ha sido todo el proceso de transición, la toma de protesta no fue diferente, se notó tensión y desasosiego por parte del presidente saliente quien en ningún memento mostró empatía sobre el discurso de Claudia Sheinbaum y sus objetivos que planteaba para su gobierno, hasta donde se pudo observar, no aplaudió a su sucesora, pareciera no estar de acuerdo con lo que anunciaba o bien aun no ha asimilado el hecho de que se tiene que ir de Palacio Nacional y dejar que la persona que lo sustituye gobierne bajo el mandato ciudadano y no bajo su tutela.

La presidenta Sheinbaum marco su raya desde el inicio de su discurso, con elegancia pero con la firmeza que la caracteriza, al referirse que AMLO: “Se retira de la vida pública como un demócrata y maderista a seguir luchando desde otra trinchera”.

Claudia dejo en claro que no estará detrás de ella en su gobierno y que será ella quien gobierne, aseguro que AMLO se retira y describió a lo que se va a dedicar al mencionar que AMLO se va a: “escribir lo que ha sostenido desde sus primeros días cuando lucho con los mayas chontales, que el origen de la grandeza cultural de México reside en las grandes civilizaciones que vivían en esta tierra siglos antes de que invadieran los españoles”.

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Ya en materia de su discurso, habló para generar confianza: en lo económico marcó líneas claras:

Se mantendrá la autonomía del Banco de México. Promoverá la inversión pública y la inversión privada, cosa que con AMLO nada más no, pues había una fuerte desconfianza sobre la inversión privada. Señaló que no aumentará el precio de las gasolinas, diésel, gas doméstico, ni electricidad en términos reales. Confirmará con empresarios el acuerdo que mantiene sin aumentos los precios de la canasta básica. Aprovechará el T-MEC para seguir impulsando la relocalización de las empresas mientras se promueve el desarrollo regional y el cuidado al medio ambiente. Seguirá fortaleciendo la relación económica y cultural con los países de America Latina y el Caribe. En otros términos, dejó claro que trabajara con Norteamérica y con otras regiones del continente, dejando el discurso xenófobo de su antecesor.

Una iniciativa muy esperada es un guiño importante a la iniciativa privada, pues señaló que trabajará de la mano del sector empresarial.

Sobre uno de los temas más delicados y que han generado mayor desconfianza, la reforma al poder judicial, su discurso y su posición fue totalmente distinta a la de su antecesor, al asegurar que la reforma al poder judicial significa más autonomía e independencia del poder judicial. Y en las formas generó mucha esperanza, ella, la presidenta Sheinbaum abrazo y saludo de beso a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Norma Piña, mientras que su sucesor con el cero tacto, displicencia y arrogancia que lo caracteriza ni si quiera la volteó a ver.

En otro de los sectores más dinámicos y polémicos que generó AMLO, el energético, la presidenta fue muy clara en su discurso, Se mantendrá la proporción de 54% y 46% respectivamente de generación de electricidad, para CFE y privados. Algo de lo que nunca quiso hablar su sucesor y quienes dirigían el sector, ahora sí se habló de que se presentará el Plan Nacional de Energía, con un programa ambicioso de transición energética, buscando en todo momento la transición a fuentes renovables.

En seguridad acabó con la payasada de abrazos no balazos y dejó en claro que rehabilitará las policías estatales y municipales dentro de su estrategia, muy distinto a la concentración en el Ejército y la Guardia Nacional.

Lo malo

Lamentablemente, pese a todo lo bueno que se vio, lo feo fue mantener en la organización del evento y su desarrollo un esquema populista, cursi, manipulador y falso. Llegar en carros sedan, cuando se sabe que un mandatario y del nivel de México no se conduce de esa manera y que no le veremos moverse en esos autos, no por otra cosa, sino que su envestidura no se lo permite y no debe de ser.

Fue lamentable que dedicara tanto tiempo a justificarse frente a su antecesor, a tratar de reivindicarlo después de que dejó un país en llamas, confrontado, con instituciones debilitadas y resultados terribles con los que tendrá que lidera para sacar al país adelante.

Lo feo

AMLO saboteo de una u otra forma el proceso de cambio de poder, generó polémica hasta el último día de su mandato. Sus dos últimas mañaneras sirvieron para seguirse confrontando con la prensa, para espetar insultos, descalificaciones y arengas. No fue la fiesta que dijo que sería, no tuvo el reconocimiento, ni siquiera de sus focas que asistían todas las mañanas al Salón Tesorería a escuchar sus peroratas.

No respetar la investidura de la presidenta de la Corte, no aplaudir a su sucesora, hacer un espectáculo de su salida de Palacio Nacional.

Triste y deprimente salida de AMLO de Palacio y del poder.

X: @diaz_manuel