Leí en La Jornada el plan de viaje de la presidenta Sheinbaum a Brasil para participar en la Cumbre del G20, que es la reunión de los y las líderes más importantes del mundo.
Hoy domingo “poco después de las 9:00 horas abordará un vuelo comercial rumbo a Río de Janeiro, para participar en la Cumbre del G20. Hará escala en Panamá”.
Invito a Claudia a reflexionar: la aerolínea COPA fue la primera que se animó a usar el nuevo, bellísimo AIFA en vuelos internacionales, precisamente a Panamá. No sé si el horario se le acomoda a la presidenta para salir del Felipe Ángeles, pero viene al caso recordarlo: ya va siendo hora de que el gobierno obligue a las aerolíneas, nacionales e internacionales, a utilizar mucho más el AIFA. El viejo aeropuerto de la Ciudad de México de plano no es funcional.
No sé si Claudia viajará en clase ejecutiva o en la cabina más económica, turista. En la primera opción su boleto costaría alrededor de 14 mil pesos; en la segunda, más o menos 75 mil. Nadie la criticaría si volara en ejecutiva. Pero no dudo que la presidenta, mujer austera y consciente de la responsabilidad de cuidar los recursos públicos, decidiera viajar todo este domingo en turista. Aprovechará el tiempo trabajando porque Copa tiene muy buen servicio de internet. Por cierto, a diferencia de Aeroméxico la panameña es una aerolínea puntual, así que es menor el riesgo de no llegar a tiempo.
Claudia Sheinbaum tiene la ventaja de ser una persona delgada, lo que facilita pasar muchas horas en los asientos más pequeños. Los gordos, como yo, sufrimos bastante en la cabina de turista.
A Claudia la acompañarán el canciller Juan Ramón de la Fuente y creo que también la secretaria de Energía, Luz Elena González, también personas delegadas que resistirían todo el día en la cabina económica. A Juan Ramón le costaría más trabajo, por su edad —es un viejito de 73 años—, pero aguantaría porque se ve en forma, así que no perdería movilidad.
No sé si Marcelo Ebrard esté incluido en la comitiva. Este tipo, tan gordo como yo —y bastante más alto—, necesitaría pagar 60 mil pesos más para no sufrir en los sillones de menor tamaño. Ojalá se quede en México.
La presidenta volverá a nuestro país el martes. Otras 12 horas de vuelo: más trabajo por internet desde el aire. Supongo que Juan Ramón se quedará un par de días más, para reponerse del primer trayecto.
Sheinbaum se reunirá con los gobernantes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Francia, Emmanuel Macron; de Canadá, Justin Trudeau; de Corea del Sur, Yoon Suk-Yeol; de Reino Unido, Keir Starmer; de India, Narendra Modi; de Japón, Shigeru Ishiba, y de Vietnam, Pham Minh Chinh.
Tendrá Claudia dos intervenciones. En sus mensajes podría sugerir a los y las líderes globales presentes dejar de usar aviones privados que tanto contaminan. La comodidad de jefes y jefas de Estado no justifica dañar el ambiente. Por diplomacia seguramente no dirá nada de eso, pero debería hacerlo.
Otro tema que podría tratar en sus discurso es el de otros grandes avances científicos en el país que más premios Nobel ha recibido, Estados Unidos. La Rayuela de La Jornada da pistas para conocerlo: “En el próximo gabinete de Estados Unidos ya sólo falta un creyente de que la Tierra es plana”.
Debería decir Claudia frente a todos y todas en el Grupo de los 20: “Felicito al pueblo y al gobierno de Estados Unidos por su reciente gran revolución científica: han descubierto sus nuevos dirigentes que el cambio climático no existe y que la tierra siempre sí es plana; también que Adán y Eva tenían apellido, Trump, pero envidias de evangelistas populistas en lógica estalinista lo borraron”.