Claudia Sheinbaum será la candidata presidencial de Morena para las próximas elecciones federales del 2024.

Lo será porque resultó ganadora de un proceso polémico, diferente y democrático, “unitario y participativo”, como lo definió Alfonso Durazo, donde se levantaron cuatro encuestas externas al partido y la realizada por el comité electoral de Morena, con un total de 12,500 cuestionarios realizados. Cada levantamiento contó con representantes del partido oficial y observadores de cada uno de los aspirantes. Nadie puede decirse engañado, ni hablar de fraude o “manoseo”. Tampoco se puede hablar de “dedazo”.

Es obvio que, para los opositores al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, todo era una “farsa” e incluso personajes de la talla de Alito Moreno o Jesús Zambrano se atrevieron a vociferar en contra del proceso de elección del candidato morenista. Absurdo, tras ver el desaseo con que se impuso el pasado fin de semana a Xóchitl Gálvez.

Les guste o no, se confirmó que las encuestas serias que daban el triunfo a Claudia no se equivocaron: ella será la candidata presidencial de Morena en las elecciones federales del 2024.

Crónica de una ruptura anunciada

Las reacciones del excanciller Marcelo Ebrard fueron las esperadas. Desde ayer se atrincheró con su equipo en un hotel ubicado en las inmediaciones del WTC para estar “alerta a las irregularidades” en el levantamiento de las encuestas.

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Fue el único de las “corcholatas” que lo hizo, porque lo suyo, lo suyo, no es estar en paz ni respetar las normas.

Nervioso, alterado, iracundo como es, no perdió ni un solo segundo para denostar el proceso, victimizarse e incluso exigir la cancelación del mismo. El colmo fue cuando anunció que no asistiría a la cita que tendrían todos los participantes con los dirigentes de su partido para saber el resultado final. Ni hablar. El ego lo cegó.

No nos sorprende, pero en lo personal sí lo lamento. Marcelo opacó un ejercicio inédito y democrático del partido que le abrió las puertas y le permitió crecer políticamente ocupando un puesto clave en el gabinete presidencial: la Cancillería. Ahora Marcelo deberá recoger lo poco que le queda de dignidad y retirarse de Morena para buscar cobijo en otro partido, quizá en el bloque opositor, donde hoy lo invitó a participar Xóchitl Gálvez, o irse, como era previsible, con Dante Delgado a Movimiento Ciudadano. Lo mismo da.

El perdedor y la ganadora. Los demás en unidad.

Hoy vimos la historia de un perdedor y una ganadora: Claudia Sheinbaum, pues los demás participantes no dieron mucho de qué hablar durante el proceso (al menos estos dos días) y acataron los resultados de las encuestas, respetando el resultado y brindando su apoyo a la exalcaldesa capitalina, algunos con caras largas como Monreal o Adán Augusto, que jamás quitaron la mueca de desagrado, pero lo aceptaron finalmente e incluso este último fue el primero en tomar el micrófono al final para decir que “el pueblo decidió y hoy reconozco y felicito a mi compañera Claudia Sheinbaum”.

Monreal, brevemente, después de Adán Augusto, agradeció a quienes le dieron su voto y citando al célebre Don Quijote de la Mancha dijo: “Que nos nos gane la arrogancia” y le dijo a la actual candidata: “La respeto, la reconozco” y aseguró: “que cuente conmigo”.

El polémico diputado petista, Gerardo Fernández Noroña fue claro también: “No tengo nada que reclamar”, añadiendo que fue el pueblo el que determinó el triunfo de Claudia y así lo acepta.

Manuel Velasco hizo lo propio: agradeció a todos los participantes y dijo que el proceso fue para él una gran experiencia de vida.

Al tomar el micrófono Claudia Sheinbaum visiblemente emocionada y con voz entrecortada, agradeció a todos los participantes y dirigentes de su partido y reconoció su trabajo.

El trabajo es en equipo y necesitamos de todos”, concluyendo que va a haber presidenta de México y será de la Cuarta Transformación.

Logros de Claudia

La próxima candidata presidencial, quien en los últimos días se mostró relajada y sonriente en los posteos que hizo en sus redes sociales, tendrá en los meses siguientes el compromiso de continuar con los logros e ideales del actual gobierno, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero, sobre todo, deberá replicar los logros obtenidos durante su gestión al frente del gobierno capitalino, especialmente aquellos que nos involucra a las mujeres.

La Ciudad de México, pese a tener más de 22 millones de habitantes, de los cuales son mayoría mujeres, ha demostrado no solo ser funcional en cuanto a servicios públicos; se ha caracterizado por procurar el bienestar de las capitalinas.

En esta ciudad desde el año pasado existen 431 Senderos Seguros que ayudaron a reducir el índice de delitos contra las mujeres.

En cuanto a las capitalinas que por desgracia han vivido situaciones de violencia, se han otorgado apoyos económicos, psicológicos y legales con el programa Bienestar para Mujeres en Situación de Violencia, siendo beneficiadas el pasado 2022 mil 666 mujeres.

Hay otros programas de ayuda para aquellas que se muestran en situación vulnerable, como las madres solteras con el programa “Para las Jefas”, que permiten a quienes están al frente de sus hogares tener beneficios para ellas y sus hijos.

Lo anterior solo nos demuestra que la gestión de la ahora candidata presidencial de Morena sí ha mostrado el conocimiento para gobernar la gran urbe y, sobre todo, empatía con las mujeres, por lo que esperamos que todos estos beneficios se repliquen en todo el país.

El reto de Claudia Sheinbaum no es menor pero tampoco imposible. Frente a su única competidora, hasta el momento Xóchitl Gálvez, no se puede confiar, por supuesto, pero el trabajo llevado a cabo durante años, y siendo mujer de izquierda y comprometida con la sociedad, Claudia tiene amplias posibilidades de ser la primera presidenta de México, lo cual, debo decirlo, celebro.

Enhorabuena doctora Sheinbaum.