Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo:

Si alguien ha mencionado la etimología de democracia eres tú, presidenta. Como has dicho no pocas veces en defensa de la reforma al poder judicial, se trata de una palabra de origen griego formada por δῆμος (demos: pueblo) y κράτος (krátos: poder). Poder del pueblo.

En efecto, querida presidenta Sheinbaum, en democracia el pueblo manda. Por tal razón quiero recordarte una de las primeras preguntas del tracking diario ClaudiaMetrics: se relacionó con tu asistencia —o inasistencia— a la cumbre del Grupo de los 20 en Brasil.

Del 4 al 15 de agosto de 2023 hicimos esa pregunta a una muestra representativa del pueblo de México. Durante 12 días más del 70% de la gente entrevistada respondió que sí, que debes asistir, Claudia, a la cumbre del G20. Dejamos esa pregunta porque la contestación no cambiaba ni cambiará.

ClaudiaMetrics

Como has dicho tantas veces, querida presidenta, en democracia el pueblo manda: demos (pueblo) y krátos (poder): poder del pueblo. Resulta clarísimo que si la sociedad mexicana espera la continuidad de tu sexenio respecto del gobierno del presidente López Obrador, en el tema de las relaciones internacionales a ti, presidenta Sheinbaum, se te pide un cambio de estilo.

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Y es que Andrés Manuel no asistió durante seis años a ninguna cumbre global. Se le respeta porque quizá se trató de algo que pudo haber funcionado en el contexto de su periodo presidencial. Pero no se entendería —y me parece que no sería conveniente— que en eso lo imitaras, Claudia.

Ayer se te preguntó, presidenta, acerca de si acudirás al G20 y diste a entender que no lo harás porque vas a recibir al presidente de Alemania.

Con respeto y aprecio, Claudia, lo anterior suena a excusa. Y desde luego me parece un error. Para empezar, si el presidente alemán visita Latinoamérica seguramente se deberá a que estará en el comitiva de su país en el G20, así que, presidenta, podrías verlo no una, sino dos veces: en la cumbre y antes o después de la reunión.

Por cierto, el político alemán verdaderamente importante no es su presidente, sino su canciller, quien también acudirá a Brasil. Eso lo sabes mucho mejor que yo, Claudia. A diferencia de México, en Alemania el presidente es una figura políticamente decorativa.

La reunión del G20 se celebrará el 18 y 19 de noviembre próximos con presencia de los 19 países que integran el grupo, además de la Unión Africana, la Unión Europea y las principales organizaciones internacionales, como la ONU, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, etcétera.

México, que gracias al gobierno de López Obrador ha logrado mantener la estabilidad macroeconómica con bienestar, tiene mucho que aportar en las discusiones del G20.

La agenda del Grupo de los 20 es muy amplia: economía, salud, energía, agricultura, cambio climático… En Río de Janeiro tendrás, Claudia, una oportunidad única para mostrar el liderazgo internacional de nuestro país, en un momento en que hay gran interés de parte de los inversionistas para localizarse en Mexico.

Irrepetible ocasión para recordar lo que tanto dijiste en tu campaña, que la inversión extranjera es bienvenida, siempre que contribuya a la creación de empleos bien remunerados y con prestaciones sociales, que traiga tecnología y haga un uso racional de nuestros recursos naturales.

El G20 solo ha venido a América Latina dos veces. En esta tercera cumbre en la región, que acompañes, Claudia, al presidente Lula de Brasil sería una buena señal de unidad de los dos más grandes gobiernos latinoamericanos, ambos muy serios, ambos de izquierda.

También, presidenta Sheinbaum, como la cumbre del G20 ocurrirá en los primeros 50 días de tu gobierno será una ocasión óptima para aclarar ante los y las líderes del mundo lo que sí pasa en México y que distorsionan para dañarnos tantos factores reales de poder extranjeros —sobre todo de Estados Unidos—.

Podrás, Claudia, explicar en pocas palabras la reforma judicial mexicana y hasta presentarla como un modelo a seguir por otras sociedades, inclusive las más desarrolladas, insatisfechas con sus judicaturas.

Podrás también, presidenta, como dije antes, subrayar que México está abierto a todas las inversiones privadas foráneas que cumplan con requisitos mínimos de respetar derechos laborales y se comprometan en la defensa del medio ambiente.

Y, muy especialmente, presidenta Sheinbaum, podrás explicar que mienten la prensa de Estados Unidos y algunos de los voceros de grupos poderosos de ese país que días antes de tu toma de protesta como gobernante se lanzaron en nado sincronizado a atacar a México. Hablo del expresidente Ernesto Zedillo, quien abandonó nuestra nación y se convirtió en aliado de la peor derecha estadounidense, y su compañero de proyecto antimexicano, el narcotraficante Genaro García Luna.

Podrás preguntar a líderes del G20, mirándoles con firmeza a los ojos, si no les parece poco ético que el conservadurismo de Estados Unidos de pronto haya puesto a actuar en tándem contra México a dos mexicanos de origen que se fueron a vivir a la vecina nación y hacen lo que se les ordena: en este caso atacar con el clásico golpe uno-dos al gobierno de México simple y sencillamente porque su pueblo ha decidido seguir el camino de seguir cambiando lo que no solo no ha funcionado, sino que ha generado tanta corrupción, tanto crimen y tanta injusticia.

¿Ernesto Zedillo y el narcotraficante García Luna aliados, bien coordinados, contra México? Nunca se justificó más el uso de una palabra durísima: traición.