Como El Pípila, la candidata de Morena tendrá que cargar con una lápida: ¿brillar con luz propia o seguir cargando con el lastre y el fracaso de la administración de AMLO?
Sheinbaum lleva a cuestas la carga ideológica del gobierno de AMLO, las promesas incumplidas, las mentiras pronunciadas en 2018, cuando dio esperanza a millones de mexicanos y el fracaso de las acciones de la 4T; la destrucción del Estado de derecho, la falta de certeza jurídica, la concentración de poder, la corrupción, la impunidad, el sector salud en ruinas y la lista continúa.
En economía
Claudia tendrá que enfrentar y decidir dar continuidad a temas de la economía que han permitido mantener niveles aceptables de inversión nacional y extranjera, altas reservas monetarias y una estabilidad macroeconómica que tiene a México entre las 20 economías más ricas del mundo.
Tendrá que comprometerse abierta y decididamente, por un lado, a mantener los fundamentos de la economía que han dado buenos resultados, a respetar la autonomía del Banco de México y a mantener, y en su caso perfeccionar, en la revisión de 2026 el T-MEC y los demás tratados suscritos con la Unión Europea y con Asía-Pacífico., a mantener el programa IMMEX y a capitalizar el nearshoring.
Para garantizar la eficiencia en el contexto económico, promover mayores oportunidades y mejorar la distribución del ingreso, Sheinbaum tendrá que comprometerse a un respeto irrestricto al Estado de derecho, al fortalecimiento de las instituciones y a generar condiciones de confianza, certeza jurídica, competencia, contrapesos, seguridad, infraestructura y servicios.
Su principal promotor, será su muralla
Lamentablemente la candidata tiene un grave problema, el famoso Plan B del presidente. Recientemente AMLO anunció que ya tiene “un plan” para presentar sus principales propuestas de reformas constitucionales en febrero próximo, mismas que son todo contrario a lo que se requiere para la promoción de la inversión y el desarrollo económico.
AMLO quiere que los jueces se elijan por voto popular, intentará de nuevo la militarización de la Guardia Nacional; pretende eliminar a los órganos autónomos como el INAI, la COFECE, la Comisión Federal de Telecomunicaciones, la Comisión Reguladora de Energía o el Instituto Nacional Electoral.
Mientras que, por ejemplo, en el sector energético, Claudia se ha pronunciado por la apertura a la inversión privada y por promover energías renovables, incluso ha mencionado que no busca privatizar Pemex, sino seguir el modelo de Petrobras, una empresa estatal brasileña que cotiza en bolsa y opera con la participación de empresas privadas.
Sin embargo, si AMLO logra las reformas que propone, lo que Sheinbaum plantea sería imposible, porque requiere de la plena autonomía de la CRE y de la CNH, así como de la COFECE; y de un poder judicial realmente autónomo y capaz de determinar en función de la Constitución y no de la voluntad caprichosa de un mandatario.
Lo que las encuestas dicen
Aunque el presidente López Obrador mantiene un alto nivel de popularidad, su gobierno está reprobado. Por ejemplo, en economía del país, 72.2% dijo estar en desacuerdo, 23.9% aprueba y 3.9% no supo o no contestó. En el rubro de seguridad pública, 83.7% no está de acuerdo con la estrategia del presidente.
Falta que Claudia se defina
Es importante, porque en la CDMX no rindió los mejores resultados. Al mantener sumisión a los ordenamientos de Palacio Nacional, todo el impulso que los gobiernos progresistas, desde el del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas en 1997, hasta 2018 donde la ciudad se modernizó y se hizo más eficiente en servicios y movilidad, durante su gestiónse vino abajo. No se crearon nuevas rutas del Metrobús; el Metro, uno de los más importantes del mundo, colapsó y no solo por la tragedia de la Línea 12, sino por falta de mantenimiento y modernización.
Por su perfil profesional y su preparación académica se esperaba más de Claudia, pero no logró ni siquiera la continuidad en la ciudad que también fue gobernada por Ebrard y por el propio AMLO.
Claudia debe definir con claridad qué hará para mantener lo bueno y generar mejores condiciones para México, porque, aunque sus propuestas puedan dar confianza, el contexto, no.
Las políticas de AMLO y su plan de reformas son totalmente contrarias. Andrés genera desconfianza a la inversión y Claudia engaña con moderación, aun así, el simple hecho de que el final del gobierno de AMLO se acerca, ha generado el aumento del 10% del consumo privado, un incremento del 18.5% en inversión privada, un buen nivel de la inversión extranjera directa y se ha elevado el índice de confianza.
Si bien, los inversionistas ven a Claudia mejor que a Andrés ¿cómo saber que no engaña? ¿Podríamos estar aún peor?
X: @diaz_manuel