Sonora Power
Hoy se cumple la tercera semana del ascenso al poder de Claudia Sheinbaum Pardo, quien como presidenta de la república les ha demostrado a propios y extraños que su carácter es firme y que en su manejo de la narrativa política no admite titubeos.
El asunto de la reforma al poder judicial no deja de ser materia de discusión, a pesar de que se ha dicho hasta el cansancio que el tema es cosa juzgada, que no hay amparo, ni suspensión judicial que lo detenga, pero quienes se oponen, no parecen escuchar, no parecen entender y actúan como si la presidenta fuera a dar marcha atrás por las presiones políticas, amenazas de encarcelamiento y de destitución que le han hecho a la propia jefa del poder ejecutivo.
En estos días la novedad es esta idea de que la presidenta Sheinbaum bajará lo que ya publicó en el Diario Oficial de la Federación, como si fuera un reflejo de la voluntad autocrática de una persona y no el resultado de todo un proceso legislativo, que encima resulta de un proceso electoral que dio le dio a su gobierno mayoría de dos terceras partes y que por tanto, se enfoca actualmente en consumar la voluntad popular con una serie de reformas a la Constitución, entre ellas la del poder judicial.
En el poder judicial quienes se oponen a la consumación de este proceso, creen todavía que pueden detener el proceso que llevará a la elección de jueces, magistrados y ministros en algo así como 7 meses y 10 días, cuando ya los plazos del proceso están en marcha, ya se sortearon las posiciones que se someterán al mandato de las urnas y el INE trabaja en la organización del proceso de elección.
Peor todavía, quienes se oponen al rumbo ya decidido no han leído el enorme respaldo popular que la posición firme de la presidenta Sheinbaum se ha ganado entre los ciudadanos, que ya en un 90% creen que con ella al frente a México le irá mejor.
Tampoco han entendido que el respaldo popular no está con ellos, y que los ciudadanos no queremos a un grupo de extorsionadores jurídicos, que se han dedicado al chantaje en toda la extensión de la palabra, que se rehusaron a acudir a las mesas de dialogo, que omitieron participar en la discusión y en las propuestas y que una vez que todo está consumado, ahora pretenden sentar a la presidenta en una mesa de negociación que ni siquiera existe.
Claudia Sheinbaum les ha dicho de todas las maneras posibles que no hay ya espacio para la negociación, que la reforma judicial es un asunto consumado y que habrá elección de las posiciones ya descritas el 1 de junio de 2025.
Más aún, la presidenta les recordó a los congresos estatales que es mejor que se pongan a trabajar en la homologación de sus propias constituciones locales, pues tienen exactamente hasta el 15 de marzo de 2025 para estar a punto, ya sea de elegir a jueces y magistrados de los poderes judiciales estatales en junio de manera coordinada con la elección federal (en este caso la mitad de las posiciones) o bien dejar todo para el año 2027, que es cuando se terminará de renovar el Poder Judicial de la Federación.
La jugada de Norma Piña y sus seguidores es doblar la voluntad de Claudia Sheinbaum con amenazas, tal como lo haría el crimen organizado, y se han decidido a mandar a sus mensajeros, en este caso jueces como Nancy Juárez de Veracruz, para hacerle ver a la presidenta cuál será su suerte de no obedecer a lo que ellos quieren y han sembrado entre sus opinologos la idea de que al no obedecer el disparate de bajar la publicación del Diario Oficial de la Federación y por tanto cancelar la reforma constitucional, la presidenta está en desacato, por lo tanto no respeta la ley, ni la Constitución, por lo que debe ser destituida y enfrentar una pena de 3 a 9 años de cárcel.
Pero esos opinologos omiten la esencia del debate, y es que el artículo 61 de esa misma Constitución con que amenazan a la presidenta, señala que el juicio de amparo es improcedente contra reformar a la Constitución.
Por lo tanto quien violenta la carta magna y la ley es justamente la juzgadora que amenaza a la presidenta.
Y aquí la pregunta es ¿hasta dónde creen estas personas que pueden estirar la liga?
La doctora Sheinbaum ya mostró con claridad que no la van a intimidar, que ella no se dobla y que con la ley en la mano, llegará hasta las últimas consecuencias.
Una última reflexión sobre el tema, que lleva a una pregunta es ¿cómo creerán estas personas que la gente se pondrá de su lado en un debate que busca abrir al poder judicial a la elección popular?
Y es que el tema de fondo es que en el poder judicial por décadas se han dedicado a darle la espalda a la gente.
En pocas palabras a joder al pueblo.
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