El hombre o la mujer fifí es la “persona presumida y que se ocupa de seguir las modas”. Según la Real Academia Española es el significado de tal palabra en Argentina, El Salvador, México y Uruguay.
Tiene razón el presidente Andrés Manuel López Obrador, la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo no es fifí. ¿Quiénes sí lo son en la política? Respondamos con 10 sinónimos:
1. Wannabe
- Antes de que AMLO popularizara lo de fifis, a estas personas se les decía —quizá aún se les diga así, no lo sé— wannabes. El diario La Nación, de Argentina, define a la persona wannabe como quien “tiene mucho entusiasmo por convertirse en algo que no es naturalmente, o imitar con fervor las cualidades de otro sujeto para copiarlo y ser como él o ella”. Así veo a un exgobernador del Partido Verde, Manuel Velasco, y a un expresidente priista de México, Carlos Salinas de Gortari. El segundo quiso imitar a Winston Churchill, Charles de Gaulle y Franklin D. Roosevelt, pero no llegó ni al nivel chafísima de Javier Milei. El primero, Velasco, imitó todo lo que pudo a Enrique Peña Nieto para mantener sus privilegios políticos, lo mismo hizo en relación al presidente López Obrador y desde hace rato hace fila para tomarse fotos con la presidenta electa Sheinbaum imitando los gestos de ella —mientras más fotografías consiga, más favores le pedirá a su jefe verdadero, otro impresentable fifí, Jorge Emilio El Niño Verde González Martínez—.
2. Pijo o pija
- En España, dice la RAE, pijo o pija es la persona que en su vestuario, modales, lenguaje, etc., manifiesta afectadamente gustos propios de una clase social adinerada”. Al menos tres reconocidos gandallas del sistema político —Adán Augusto López y Marcelo Ebrard (ambos de Morena) y Alejandro Alito Moreno (PRI) serían considerados pijos en Madrid y otros lugares de aquella nación. A los tres les da por los relojes caros, hasta de millón de pesos, y la ropa bien planchada.
3. Metrosexual
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- El Diccionario de la lengua española asegura que esta palabra solo aplica al “hombre, especialmente heterosexual: Que se preocupa en extremo de su apariencia y dedica mucho tiempo y dinero a sus cuidados físicos”. Es el caso de Omar García Harfuch y Juan Ramón de la Fuente (del gabinete de Sheinbaum), Manlio Fabio Beltrones (PRI) y Dante Delgado y Samuel García, estos últimos de Movimiento Ciudadano. Dicen que decía don Julio Scherer que Manlio se no arreglaba para salir de su casa: ¡¡¡se decoraba!!! Igual se ornamentan durante horas cada mañana Harfuch, Juan Ramón, Dante y Samy.
4. Fashionista
- En internet encontré el significado de fashionista: “Persona íntimamente relacionada con la moda de una u otra manera”. La gran fashionista de la política mexicana es Mariana Rodríguez, quien no pudo ganarle en las pasadas elecciones de Monterrey a Adrián de la Garza. Es joven y podrá intentaralo de nuevo.
5. Aspiracionista
- En la red social de Elon Musk, #RAEconsultas sostiene que tal vocablo hace “referencia a quienes tienen aspiraciones de medrar o ascender socialmente, a menudo con un matiz despectivo”. De plano, el 99% de la clase política mexicana.
6. La etnomoda
- La etnomoda —leí en algún lado— “es un concepto que se refiere a la moda inspirada en las tradiciones, culturas y artesanías de diferentes grupos étnicos alrededor del mundo”. Dos ejemplos de políticas fanáticas de la etnomoda que todos y todas conocemos son Beatriz Paredes, del PRI, y Xóchitl Gálvez, del PAN. De nada les sirvió cuando buscaron la presidencia.
7. Fanfa
- La búsqueda de sinónimos me llevó a la palabra fanfa definida en el Diccionario lunfardo: “De fanfarrón, alardeador, jactancioso, vanidoso, presumido, ostentoso”. Dos grandes fanfas de la política que han tenido, y mantendrán vivas, aspiraciones presidenciales son Ricardo Monreal (Morena) y Gerardo Fernández Noroña (este se puso la camiseta morenista y entró al terreno de juego, anotó un gol legítimo pero el presidente AMLO se lo anuló. Noroña no ha protestado de más para que Andrés Manuel no le saque la tarjeta roja y lo expulse).
8. Relamido
- “Afectado, demasiado pulcro”, apunta la RAE. Los dos grandes relamidos del sistema son Enrique Peña Nieto (PRI) y, repite mención con todo merecimiento, su aliado el sexenio pasado Manuel Velasco (Verde).
9. La moda ranchera
- A no pocos políticos enloquece la moda ranchera: en el evento en el que AMLO dijo que Claudia no es fifí estaba a a derecha del presidente el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, con un feo sombrero vaquero, que seguramente aprendió a usar cuando trabajó con el ranchero más güey de la historia, Vicente Fox, al que Durazo abandonó por corrupto y vulgar, pero algo malo se llevó del foxismo: la costumbre de vestirse como falso pastor de ganado bovino. Por cierto, un pintoresco cowboy ha residido varios años en México, Ken Salazar. Lo extrañaremos cuando Donald Trump nos envíe a un cowboy malo, de esos que que sacan la pistola y disparan nomás porque sí. Ocurrirá porque, como es bien sabido, los cowboys se dan en grupos de tres: el bueno, el malo y el feo. Si Ken era el bueno, sigue el malo y ya será problema de la presidenta Sheinbaum torearlo. Ojalá pronto llegue un feo menos violento.
10. La moda engolada
- Esto de la moda engolada no se relaciona con la vestimenta, sino con la mamonería al hablar. Como en los exámenes cuando hay opciones múltiples para responder una pregunta, en tan feo vicio caen todos las opciones fifís anteriores.