Con la entrega de constancia de mayoría a Claudia Sheinbaum concluye el proceso electoral: oficialmente hay presidenta electa y tomará posesión en su cargo el 1 de octubre.

Se dice fácil, pero no es tanto. Para que una mujer llegara a la presidencia de México tuvieron que pasar 200 años, y aunque el camino ha sido largo, la espera ha dado buenos frutos.

Claudia Sheinbaum no solo será la primera presidenta de nuestro país: es quien obtuvo el mayor número de votos en nuestra ya consolidada democracia, cerrando con 35 millones 924 mil 519 votos, que corresponden al 59.7% de la votación.

A Claudia se le entregará la constancia de mayoría luego de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirmara el 8 de agosto los resultados de los cómputos distritales de las elecciones presidenciales del 2 de junio y rechazara las impugnaciones presentadas por los partidos opositores. PRD, PAN y MC, que suman más de 230 quejas por presuntas irregularidades, mismas que fueron desechadas.

Hoy 14 de agosto, en la sesión pública del TEPJF los seis magistrados, por unanimidad, avalaron el dictamen del cómputo final de la elección presidencial ratificando el triunfo indiscutible a Claudia Sheinbaum.

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Al término de la sesión, la presidenta del TEPJF, Mónica Soto, señaló que la elección fue válida en cada una de sus etapas, desde la preparación, la jornada electoral del 2 de julio, así como los cómputos y resultados, cumpliendo con los principios constitucionales de certeza, legalidad, imparcialidad y máxima publicidad en todas las etapas del proceso electoral, además de que Sheinbaum cumple con todos los requisitos para ser presidenta de México.

Algo que sin duda cobra relevancia es que el dictamen propone una mención especial por ser Claudia Sheinbaum la primera mujer que gana una elección presidencial en nuestro país.

Claudia Sheinbaum recibirá la constancia este jueves 15 de agosto en una sesión solemne y todos estaremos de festejo.

El triunfo de la doctora Sheinbaum nos debe alegrar y enorgullecer a hombres y mujeres por igual, porque es un triunfo del pueblo de México y es imposible negar que fue un proceso electoral ejemplar, donde no se anuló un solo sufragio a favor de la presidenta electa.

Decir que hubo fraude es ocioso, por decir lo menos.

Otro dato significativo es que Claudia recibirá la constancia de presidenta electa de manos de otra mujer, Mónica Soto, por lo que imagen que tendremos de ese momento nos hará recordar los años de lucha social, política y democrática que hemos vivido en México desde 1955, cuando se reconoció el voto femenino en nuestro país. Hoy podemos elegir y ser elegidas, votar y ser votadas y se vislumbra para nuestra patria un futuro mejor, más justo y equitativo. Sin duda, estamos de fiesta.