En Excélsior, Francisco Garfias dijo este miércoles: Claudia Sheinbaum paró en seco las ansias desbordadas de la senadora Andrea Chávez, quien ya se mueve para ser candidata de Morena al gobierno de Chihuahua ¡en 2027! Con el apoyo de empresarios ligados a Adán Augusto López Hernández, jefe de la mayoría en el Senado, la joven legisladora, 28 años, lleva ambulancias con su imagen y nombre por todo el estado grande como si estuviera en campaña”.

La presidenta ayer martes dijo en su conferencia de prensa matutina: “Voy a enviar una carta a la dirigencia de Morena, porque creo que tiene que haber reglas. No se debe adelantar nada… No es ninguna orden, es una sugerencia de una militante de Morena bajo licencia…Hay que recordar la ética de nuestro movimiento”.

Sin duda, era necesario poner límites a la senadora y al senador que han actuado como menores de edad excesivamente mimados por causa de una fea costumbre de Morena, que ya debe desaparecer: permitir todo a sus militantes para, se supone, no ensuciar la imagen del partido. Tal costumbre autoritaria y arrogante terminó por destruir al PRI; debe impedirse que arruine al morenismo.

Carlos Puig, en Milenio, concluyó que el mensaje de Claudia Sheinbaum iba dirigido no solo a Andrea Chávez y a Adán Augusto López, sino también a Ricardo Monreal. Porque la presidenta no solo cuestionó los actos anticipados de campaña de la joven senadora, sino algo todavía más lamentable: que las cámaras legislativas que controlan Adán Augusto y Ricardo hayan aprobado, sí, la prohibición del nepotismo en los cargos de elección popular, pero a partir de 2030, cuando lo ético era que empezara a operar en 2027. Entonces, dijo Claudia, más allá de lo decidido en el Senado y en la Cámara de Diputados y Diputadas, Morena debe llegar a acuerdos internos para que los y las familiares de gobernantes en funciones no puedan llegar a las candidaturas en el siguiente proceso electoral.

Yo añadiría que Claudia Sheinbaum también pensaba en otros impresentables de Morena y sus partidos aliados, como el enriquecido diputado Pedro Haces y la gente del Partido Verde.

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Odiar la mañanera

Carlos Loret de Mola entrevistó en W Radio a un periodista menor, Marco Levario, director de una revista irrelevante, Etcétera. ¿El tema de la conversación entre ellos? Algunos debates entre periodistas que acuden a las mañaneras y otros que no aparecen, o no con frecuencia, en las conferencias de prensa presidenciales, pero que suelen coincidir con la 4T.

Raymundo Riva Palacio reseñó en El Financiero la entrevista de Loret a Levario, quien insultó a quienes, en redes sociales o medios tradicionales, manifiestan estar de acuerdo con lo que hace el gobierno de izquierda: “Son buitres”, dijo. Riva Palacio los calificó, también muy ofensivamente, de lacayos, mercenarios, farsantes, mercachifles del régimen.

Loret, Levario y Riva Palacio no me parece que violen ninguna norma ética fundamental al calumniar a periodistas que consideran positivo el trabajo de la izquierda en el poder. Siempre he pensado que no deben castigarse ni los insultos ni los infundios en los debates entre periodistas.

El debate es muy sano, aunque llegue al extremo de la ofensa. ¿Por qué Loret, Levario y Riva Palacio se escandalizan ante el hecho de que discutan en público periodistas cercanos a la 4T? Porque ellos no suelen estar en desacuerdo: invariablemente defienden las posiciones de los mismos padrinos.

Dijo Levario a Loret, según la reseña de Riva Palacio: “Ya no son jilgueros, sino que parecen cuervos o buitres entre ellos mismos. A ver, ¿quiénes están peleando entre ellos? ¿Por qué se están peleando unos con otros? ¿Qué está pasando entre los propagandistas de la 4T? Yo creo que están reflejando lo que es la disputa política en nuestro país en la actualidad; es decir, representan distintas posturas de Morena en función de quién (le da) el alpiste (a) cada uno de esos integrantes”.

Levario mencionó casos específicos: “Pedro Salmerón (un polémico historiador, protegido por Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de López Obrador) pegándole durísimo a (la ministra) Yasmín Esquivel. Luis Guillermo Hernández (un periodista frustrado que no tiene quien lo contrate) y El Chapucero (apodo de Nacho Rodríguez, uno de los blogueros inventados en el obradorato acusado de corrupción) haciéndolo (criticando) contra Canal 11”.

“Canal 11 (dirigido por Renata Turrent, muy cercana a la presidenta Claudia Sheinbaum, que ha hecho el único trabajo respetable en los medios públicos) respondiéndole, a través de Fabrizio Mejía (uno de los sicarios más prolijos del obradorato), al menso de Vicente Serrano (otro testaferro frustrado), que al mismo tiempo también clama y reclama que no tiene un espacio en Canal 11… Vicente Serrano recordando que Fabrizio Mejía es un plagiador, y Pedro Salmerón haciendo lo mismo con Yasmín Esquivel, mientras otros, defendiéndola”.

“Es una situación complicada para ellos, pero creo que el monero (de La Jornada, José) Hernández (que es algo así como correveidile del jefe de los cuadros de Morena, y otro monero e ideólogo principal –no es broma– de López Obrador, Rafael Barajas, El Fisgón) es la joya de esta disputa porque escribió (que) la autopromoción que está haciendo (la senadora) Andrea Chávez en busca de la gubernatura de Chihuahua es simplemente inmoral, totalmente contrario al ejercicio ético de la política abanderado por AMLO. Una vergüenza, dice él… Lo que está haciendo es dirigir el obús directamente en contra de Abraham Mendieta (el polémico novio de la senadora). Entonces me parece que ya hay un resquebrajamiento”.

Riva Palacio también cita la opinión de Loret: “Esto es reflejo de dos cosas. Primero, de las pugnas que hay internamente entre la presidenta Sheinbaum, Ricardo Monreal (coordinador de Morena en la Cámara de Diputados), Adán Augusto López (coordinador de Morena en el Senado), y Andy López Beltrán (el secretario de Organización de Morena, y quien asegura tener la responsabilidad histórica de mantener el legado de su padre, el expresidente), porque cada uno de estos tiene sus patrocinadores. O sea, habiéndose ido López Obrador, ¿se diluyen las lealtades? Y la segunda, si no también es reflejo de que la mejor oposición a Morena está en Morena, porque la oposición afuera no logra dar nada efectivo”.

Para Riva Palacio lo anterior significa que “la carpa de lo que fue la familia obradorista se está cayendo a pedazos. Y ellos, junto con ella”.

Si no fueran consecuencia del odio enfermizo a quienes acuden a las mañaneras, serían simple y sencillamente exageradas las palabras de Carlos Loret, Marco Levario y Raymundo Riva Palacio. Pero, de plano, ellos necesitan acudir al terapeuta psicológico para aprender a dominar la peor de las emociones.

¿En serio es sensato decir que representa el fin de Morena un debate acerca de algo tan debatido como la tesis que plagió Yasmín Esquivel? Por favor. Ojalá Loret, Riva Palacio y Loret se curen porque la enfermedad del odio es progresiva y mortal.

Como dijo no sé quién: “odiar a las personas es como quemar tu propia casa para matar una rata”. Y en este caso —si Loret, Levario y Riva Palacio insultan, yo también lo hago— las repugnantes ratas periodísticas no están en las mañaneras, sino en W Radio, El Financiero y Etcétera. El respeto a que cada quien vomite a su propio asqueroso roedor, es la paz.