Mientras la oposición se enfrascaba en un clima de reparto de culpas por una situación que, lo peor de todo, es que ni siquiera sucedía, la presidenta constitucional de México, con esa capacidad que nos ha demostrado, sacó a relucir sus atributos para apaciguar la atmósfera que amenazaba con el incremento de impuestos por los productos exportados al vecino país. Y así, Claudia evitó el choque frontal con Estados Unidos y, por ende, centró toda su atención en buscar mecanismos para solucionar, lo he denominado así, una pequeña turbulencia que para nada afectó a los mercados nacionales, ni muchos menos hizo perder fuerza al peso mexicano que, hoy más que nunca, se encuentra fuerte. De hecho, como han explicado los analistas y expertos en materia económica, lo que logró Sheinbaum con EU es un acceso al universo de las oportunidades para que nuestro territorio muestre su potencial natural.
Y tal y como se lo propuso Claudia Sheinbaum, primero, defendió la soberanía del territorio nacional, eso sí, con el apoyo de todos los sectores sociales. Basta ver los índices de aprobación que promedió en marzo. Más del 82% de la ciudadanía ha hecho valer su opinión para mostrar su apoyo a los trabajos que se han puesto en marcha en distintas materias. Uno de ellos, desde luego, fortalecer el tratado comercial con el vecino país pese a las tensiones que, desde nuestra perspectiva, siempre supimos que se resolverían con el diálogo y la experiencia de perfiles como Marcelo Ebrard al frente de la Secretaría de Economía, y por la sapiencia en asuntos de relación bilateral. Él, con ese enfoque que proyecta, nos ha ido acostumbrando a operar al más alto nivel político al que, por cierto, hicimos referencia con la propia jefa de Estado que, como prometió, está a la altura de las circunstancias.
Entre esas circunstancias de las que hablamos, desde luego, fue fortalecer la relación con nuestro principal socio comercial. Hoy, por así decirlo, se abre una transición con Estados Unidos, pese a que existen temas que hay que seguir insistiendo como el sector automotriz, y la magnitud que está impactando, fue, a todas luces, una negociación que puede tomar mayor relevancia con el lanzamiento del Plan México que diseñó la propia presidenta constitucional, Claudia Sheinbaum. Eso, como sabemos, dará paso a potencializar muchas áreas de oportunidad, tomando en cuenta el potencial natural, pero también intelectual y científico que ha capitalizado México. Promover la investigación científica y tecnológica, luego de las propuestas que se enviarán al legislativo para la modificación de leyes, es el preludio de lo que se avecina para mejorar. Eso, a la par de que posibilitará abrir el compás a los mecanismos sofisticados, a la vanguardia y la innovación, el mismo Instituto Nacional de la Propiedad Industrial, que centrará la atención en ese rubro por su competencia, atenderá esa encomienda que ha pedido Claudia de elevar el nivel para que México, con ese fin, sea una de las principales potencias económicas. Eso lo detalló el propio Santiago Nieto, incrementará la inversión que, por supuesto, conlleva más oportunidades y empleos.
Entonces, para ser más específicos, el Plan México, además de ser un andamiaje que se adapta perfectamente a las necesidades de un mundo globalizado, incrementará la productividad, ya que, desde luego, México es potencialmente fuerte en muchas materias. De este modo, hablando estrictamente en términos de fortalecimiento al proceso de transformación, entrará en una etapa de consolidación de esa continuidad que prometió Claudia Sheinbaum. El desarrollo, a la par de la educación, la ciencia y la tecnología, son inherentes para favorecer un mercado con mayor competitividad; o sea que, en lo político y social, el Plan México augura aspectos muy prometedores, sobre todo para mejorar la calidad de vida de la población civil.
Y así, con esas palabras, se debe decir que esa población civil, hace unos días, cerró filas con la presidenta constitucional. Sí, hay mucho pueblo de México que ha hecho valer su poder de mayoría para respaldar a la jefa de Estado, pues ella, oportunamente, ha sabido capitalizar esa experiencia con el manejo internacional de los asuntos con el vecino país. Lo mismo puede decirse, siendo la principal base de apoyo, de ese respaldo del grueso de la ciudadanía y, por supuesto, de los mandatarios que, ante el llamado que lanzó la mandataria de unidad, todos acudieron a la cita para respaldar las nuevas estrategias de economía que se aplicarán con base en esas mismas necesidades.
Y ya que hablamos de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, este fin de semana visitó Michoacán, acompañada por el gobernador constitucional, Alfredo Ramírez Bedolla. Fue un trayecto largo en algunos municipios que, al final de cuentas, valió la pena recorrer, pues la jefa de Estado, en una sola conclusión, resumió los avances sustanciales que se han llevado a cabo bajo la batuta de un gobierno de izquierda como el que encabeza Bedolla. En efecto, se resumieron logros y proyectos que vendrán a fortalecer la movilidad. Al mismo tiempo, claro está, refrendó ese cariño con los michoacanos que, en la pasada elección, la hicieron merecedora de más de un millón de votos. Hoy, de hecho, Sheinbaum, en tierras purépechas tiene una aprobación abrumadora del 80%. Eso, que será importantísimo para encarar las elecciones intermedias del 2027, pone a la coalición Seguimos Haciendo Historia en la antesala del triunfo o, mejor dicho, en la ratificación del amor por un movimiento que ha cumplido esos desafíos que asumió en 2021.