Este domingo 07 de abril pudimos observar el primer debate entre candidatos a la presidencia y lo que vimos es digno de análisis.
Vale la pena comenzar desmenuzando cómo llegaban al ejercicio organizado por el INE cada uno de los aspirantes a la presidencia para luego entender sus roles y el papel que jugaron en el debate.
Claudia Sheinbaum llegó punteando todas las encuestas con amplio margen. En el ideario popular, ya descansa la idea que “es la que va ganar”. Pero no sólo puntea las encuestas, sino que ha demostrado tener un proyecto más sólido. Hay otra característica que vale la pena señalar, que es la congruencia. Es la candidata de la 4T y pondera sus valores, es congruente. Podría agregar que Claudia ha evolucionado a pasos agigantados en el último año natural. Tiene algo así como 15 meses que cambió maneras y formas, pasó a comunicar mucho más eficientemente y es cuando su proyecto finalmente “prendió”, al grado de ganar el proceso interno.
Xóchitl Gálvez llegaba al debate como la principal competidora de la Dra. Sheinbaum. Con las siglas del PAN-PRI-PRD a sus espaldas, el respaldo de los más grandes representantes del sistema de la partidocracia mexicana es más que suficiente (¿lo es?) para colocarla en el segundo lugar en las encuestas. Al encuentro de este domingo, arribó con un proyecto cargado de dudas, con el apoyo político de perfiles cuestionables, ocurrencias, bloopers y con una incongruencia tras otra en aras de quedar bien con todos y no perder votos.
Jorge Álvarez Máynez se presentó al debate como “bateador emergente” del proyecto naranja. Su campaña ha tenido problemas para posicionarse en la agenda popular. Al no contar con una base sólida de apoyo territorial, su proyecto ha venido muy acotado al alcance en redes sociales.
Con estos antecedentes, era sencillo anticipar que la estrategia de Claudia sería administrar su ventaja, resaltar sus cualidades y virtudes, pero sobre todo aprovechar la oportunidad de verse y parecer presidenciable; mientras que la directriz para Xóchitl sería atacar a Sheinbaum. Es una especie de corolario del poder y la política, que, desde la oposición, para crecer hay que pelearse con el de arriba. Máynez tenía la oportunidad de pasar de ser un desconocido a comenzar a poner su nombre en la agenda pública.
Y justamente eso vimos en el debate. Me parece que la ganadora ha sido Claudia Sheinbaum. Primero, la parte de la comunicación, las formas, su capacidad de respuesta. La Dra. apunta muchas mejores maneras presidenciales, y para ser, hay que parecer. Lució seria, en comando de la situación, privilegió la propuesta, se defendió de los ataques, fue lacónica cuando tuvo que serlo, explicativa y amigable cuando lo requirió. Hizo un gran trabajo de comunicación en comparación a sus adversarios. Segundo, el fondo; aquí llevó un paso adelante sus propuestas. Incluso vimos por ahí que mientras Xóchitl presentaba una propuesta similar, Claudia hacía un ademán a la cámara como diciendo “ya lo dije yo”.
En todo momento Xóchitl se vio rebasada, siempre fue detrás de Claudia en las propuestas y todo porque eligió utilizar su bolsa de tiempo para el ataque. Esto trae otro punto, y es que entre los ataques para Sheinbaum no hubo nada nuevo. Eligió ‘refritear’ golpes mediáticos que el bloque opositor (PRI-PAN) ha impulsado desde medios conservadores, y si eso no ha funcionado a lo largo del sexenio, no habría de funcionar en el debate presidencial, ha sido un error desperdiciar así el tiempo en el ejercicio.
Máynez jugó bien, pero de segundo, ahora tiene la oportunidad de continuar posicionando su nombre. No lo hizo mal, jugó a favor de Sheinbaum, pero desperdició sus oportunidades de irse arriba. “Lo nuevo”, tiene ventajas que no explotó y esa timidez le ha dejado ahí, en medio de una guerra a la que de momento no puede subirse a pelear. Eso sí, mucho mejor que Xóchitl, a quien lo que la tendrá en la pelea será la partidocracia, su estructura y los conservadores, no su papel de campaña.
En consecuencia, vimos a una Claudia Sheinbaum que en todo momento se mostró segura y en dominio de la situación. Sabía perfectamente lo que venía porque no hubo sorpresas de sus adversarios, se preparó correctamente y por eso, ha ganado el debate. La ventaja podría ampliarse puesto que ha sido una semana para el olvido de la candidata Ruiz Gálvez.
Vanessa Félix en X: @vanessafelixmx