Ayer, durante una conferencia de prensa de Claudia Sheinbaum, de esas que usualmente da (y cada día habrán más, aseguró, por supuesto brincándose las reglas y tiempos del Instituto Nacional Electoral) dijo que, así como va la cosa, se ve que todo indica que ella va a ganar y que habrá presidenta para el 2024.
Su carita se llenaba de orgullo y felicidad, total, eso de que sea ilegal que lo mencionara por no ser tiempos de campaña le da exactamente lo mismo.
Lo importante para ella es que ya se vio ocupando la silla presidencial: su mayor sueño y objetivo, imagino, de toda su vida.
Yo sinceramente estaría aterrada peleando por una posición así. No puedo imaginarme llegando a ser presidenta ante el tiradero que el actual mandatario está empezando a dejar.
Será muy interesante ver ahora a quién o a quienes culpa Claudia Sheinbaum cuando se encuentre frente a tanto desastre. Ya no se le permitirá señalar a Felipe Calderón como el culpable por supuesto. Ese argumento ya lo “quemó” AMLO.
Pero Sheinbaum ya sabe lo que se le viene encima, sin embargo, yo creo que las mieles del poder y la victoria ensordecen y obnubilan a cualquiera.
Yo le deseo genuinamente que le vaya bien como se lo deseé a este presidente en algún momento pero que nunca escuchó ni entendió ni cambió ni se ha dejado asesorar por nadie.
Le deseo a Claudia Sheinbaum que las cosas le salgan bien para que a todos nos vaya mejor que ahora, aunque lo veo difícil si sigue la misma ruta que le ha trazado AMLO para seguir su sendero.
El extraño hombrecillo del Ahuehuete
Es extraño, por otro lado, que cámaras y casi casi micrófonos hayan apuntado en vivo justo el momento en que un misterioso hombre le puso cemento a las raíces del Ahuehuete del Bienestar para dañarlo y lastimar sus raíces.
Muy raro porque no siento que eso haya sido un hecho de algún opositor deschavetado.
Me hace pensar que alguien puso ahí a esa persona para que, por si él Ahuehuete se volviera a secar, tengan a alguien a quien culpar.
Son tan capaces de todo que todos somos capaces de pensar eso y más.
Y retomando esta autocoronación de Claudia Sheinbaum el día de ayer como la presidenta electa, pues no me queda más que reiterar mi desilusión frente a una oposición que nunca se organizó (no veo que se vaya a organizar pronto) que nunca se alió verdaderamente y que está toda confundida y perdida.
No hay un solo líder de la oposición que pueda hacerle frente a Sheinbaum, ella y ellos lo saben.
Lamento mucho haber visto en un fragmento del programa de Brozo teniendo como invitados a Santiago Creel y a Lilly Téllez peleándose entre ellos, como aquel niño de primaria que acusa con el profeso al otro compañero por haberle robado el sacapuntas.
Así de infantiles, de inmaduros y de peligrosamente divididos está la malamente llamada “alianza”.
Mientras tanto, en el PAN están considerando bajar de la alianza a Alito, cosa que sería de gran acierto. El PAN se redignificaría y volvería a tomar su forma y peso por sí solo como lo ha hecho durante años. La figura de Alito a nadie convence y a nadie le da seguridad y confianza. Esa es la verdad.
Y perdónenme lo que voy a escribir aquí, sé que es algo que duele, a mí me duele, pero esa alianza es puro cuento y puro show nada más. Ahí nadie se alía realmente con nadie.
Nadie brilla ni hacen brillar a otros.
Entonces, ahí tienen a una Claudia que ocupa la conferencia de prensa pagada con gasto público diciendo feliz y empoderadamente que claro que ella es la reina. Y mientras tanto, atrás de ella, la oposición sacándose los ojos y la lengua entre ellos y por ahí otros más creyéndose dignos influencers fashion haciendo su presencia en la pasarela del Senado o realizando sus Spaces en Twitter hablando como si realmente algo fuera a cambiar con sus opiniones y sus argumentos.
El resto de la gente y de la ciudadanía llena de hartazgo ha hecho lo que ha podido, ha asistido y se ha concentrado en marchar, marchas que han sido un éxito pero que no han tenido ningún impacto positivo, porque, seamos honestos: salieron hombres, mujeres y niños a marchar, llenaron avenidas y Reforma pero ¿qué ha cambiado? Nada.
Alguien muy cercano a AMLO me dijo tal cual: “podrán ser muy exitosas las marchas, y multitudinarias y coloridas y demás, pero de nada van a servir”. Y tenía razón.
Y no, no es que esté de negativa y deprimida, tal vez amargada sí, pero suelo siempre ser muy objetiva ante todos los panoramas posibles de mi país.
No encuentro salida a mis inconformidades ni a las inconformidades de muchos.
De ahora en adelante, Claudia tendrá una enorme responsabilidad si quiere llegar por llamarlo así “limpia” al 2024: Que todo le funcione y marche bien en una de las ciudades más complicadas del mundo como lo es la CDMX.
Que, por cierto, tampoco se ve claro quién quiera alzar la mano de manera entusiasta para ser jefe o jefa de Gobierno: O sea, dicen “sí, claro yo quiero” pero con voz bajita, sin moverle mucho al tema. Y es que pasa exactamente igual que con quien se quede en la Presidencia: el que se quede con la jefatura de gobierno de la CDMX se aventará tremendísimo paquetón, si es la oposición entonces se la pasará en esta cantaleta aburrida de que por culpa de Claudia Sheinbaum las cosas están muy mal. Si es alguien de la 4T tampoco tendrán a nadie a quien culpar: ni modo que ahora le avienten la bolita a Cuauthémoc Cárdenas o a Miguel Ángel Mancera.
Acá, desde el estado donde vivo, Querétaro nuestro gobernador Mauricio Kuri, quien ha sido posicionado como el mejor de todos, francamente no le entra a formarse en la fila de candidatos presidenciables.
Y hace bien, porque en Querétaro hay cosas que resolver y él se comprometió a velar por este estado.
No es un hombre que deje tirado todo para ir por la grande, aun y cuando incluso el propio Marko Cortés ha viajado hasta acá como una forma de seducirlo políticamente hablando para invitarlo a que él sea el líder de la oposición y Mauricio Kuri que en su trato es increíblemente caballero, humano pero inteligente pues le dijo “no gracias, ahí para la próxima” porque sabe muy bien la responsabilidad que implica ser gobernador de un estado también bastante complejo como lo es Querétaro pero está consciente de lo que implicaría también ser presidente de este país.
Ya nos acercamos a la mitad del 2024 y el panorama apunta para un solo nombre y apellido: Claudia Sheinbaum.
¿O alguien con toda seguridad me puede hablar de algún otro u otra candidata que le gane a Sheinbaum en el 2024?
Perdón pero ya ni hablar de Marcelo Ebrard, ese ni competencia ya es aunque diga que va adelante en las encuestas.
Aunque si se sale de Morena y se cambia de partido podrían ocurrir sorpresas.
Es cuanto.