Muy pocos políticos han convocado una multitud de mexicanos en el vecino país. Indudablemente, el presidente López Obrador ha sido uno de ellos. De hecho, AMLO se ha convertido en un fenómeno social en aquel punto del mundo. De esa misma forma, Claudia Sheinbaum acaparó la atención de miles de paisanos. Son, ni más ni menos, señales claras de que, para la comunidad migrante, tomarán partida por la coordinadora y próxima candidata de Morena a la presidencia.
Se habla, incluso, de miles de comités constituidos a lo largo y ancho del territorio de Estados Unidos. En ese sentido, se prevé que, quienes puedan emitir su voto desde el extranjero, se inclinen por Sheinbaum, tal y como aconteció en aquel 2018, donde López Obrador conquistó el voto de las mayorías. En efecto, la coordinadora se ha mostrado abierta al diálogo con todos los sectores sociales; eso habla perfectamente que Sheinbaum supo leer la importancia de recorrer todos los puntos medulares y, como pudimos atestiguar, se ha ganado el cariño de la comunidad de migrantes.
Eso no es todo, la coordinadora se reunió con sectores importantes y, de paso, con autoridades de primer nivel. Eso nos lleva a tener una lectura muy clara del preludio que se ha constituido. La situación es clara: Claudia Sheinbaum ganará la elección presidencial y, por primera vez en la historia de nuestro país, una mujer manejará los destinos del país. O sea, estamos frente a un hecho sin precedentes denominado el segundo piso de la Cuarta Transformación.
Para tener un panorama más claro, hay encuestas de mucho prestigio que le dan una ventaja a Claudia de más de 20 puntos. Incluso, más de dos la colocan muy por encima de Xóchitl, hasta de 3 votos a 1. Esos mismos datos son de dominio general y, durante estas semanas, han salido a la luz pública. De hecho, es evidente que Morena, para lo que se avecina, no está cediendo ningún centímetro a la oposición. Es decir, el lopezobradorismo pondrá toda la carne al asador para conquistar, además de la silla presidencial, las nueve entidades federativas y, con ese efecto, el voto de la comunidad de migrantes en Estados Unidos.
Claudia Sheinbaum, dada la importancia de establecer puentes de interlocución con el vecino país, transmitió un claro mensaje de que, para su gobierno, habrá diálogo y entendimiento en rubros comunes de comercio, seguridad y medio ambiente, sin descuidar el tema de una iniciativa de reforma migratoria que, dicho sea de paso, ha puesto sobre la mesa la futura candidata de Morena. Por lo pronto, ha esbozado temas fundamentales que, para ambos países, son cruciales en todos los sentidos. De entrada, logró captar esa atención y, lo mejor de ello, el respaldo de la población que radica allá.
A propósito, la comitiva y el contingente que acompañó a Claudia Sheinbaum fue muy nutrido. Estuvieron, ni más ni menos, los directivos del partido que se han echado al hombro la tarea de acompañamiento, planeación y organización, a la par de quienes llevarán ese quehacer. Sin embargo, quien se robó los reflectores, fue el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Eduardo Ramírez. Incluso, posó en la fotografía junto a Mario Delgado y Manuel Velasco, líder del PVEM. En ese sentido, nadie puede negar que, como una señal, eso tiene un significado y una lectura muy explícita.
Notas finales
Por un lado, hay señales y gestos que podemos interpretar como voluntad política para respetar la decisión del pueblo y, por otro, ha comenzado la presión interna y las pugnas que han apretado el acelerador para intentar dar un golpe sobre la mesa. La cosa es que, en la entidad del sur del país, las tendencias son ampliamente favorables al coordinador de los senadores de Morena, Eduardo Ramírez. De hecho, le lleva una ventaja a Sasil de León de más de 25 puntos o, si queremos verlo desde otra perspectiva, una distancia de 3 votos a 1. Y como la cosa para los demás aspirantes es imposible de revertir, están pugnando para que la dirigencia se incline por el tema de género. Solo así, puede frenar un margen tan amplio que lleva el Jaguar.
No se trata de un tema de género o no, sino de la voluntad del pueblo de Chiapas. Aunque los resultados se darán a conocer el próximo 30 de octubre, hay una ola de comentarios que, dicho sea de paso, alimenta las suspicacias. La cuestión es que, si Morena se decide por una mujer, puede haber una rebelión en la granja que, para el proceso electoral, meta en aprietos al partido guinda. Lo digo de esa forma, pues, en la selva chiapaneca, el momento coyuntural político es para Eduardo Ramírez. Eso lo tiene claro el mismo Mario Delgado; sabe que, un rompimiento de manos del coordinador de los senadores, significa no solamente un punto de inflexión, sino la derrota, puesto que el nivel y la fuerza política que sujeta Eduardo, es potencialmente competitiva para ganar la elección. Así.
Piso parejo.