No tengo la menor duda que Claudia Sheinbaum ganará la encuesta para ser la candidata a la presidencia de la República en 2024.
Y no solo eso: con tan flaca caballada en la oposición, sin duda la jefa de gobierno capitalino será la primera mujer presidenta del país.
Ella misma, en la tan mencionada entrevista a Milenio, lo dijo contundente: Se ve como ganadora en las elecciones del próximo año.
Por supuesto que estas declaraciones metieron ruido y más aún cuando dijo que invitaría a Adán Augusto y Marcelo Ebrard a formar parte de su gabinete.
La propuesta fue sincera e incluso, me atrevo a decir, necesaria para la unidad del partido en el poder. En un país tan variopinto y con tanto trabajo por hacer para que la Cuarta Transformación continúe ayudando a los que menos tienen, las divisiones salen sobrando.
Si Sheinbaum, de ser la elegida por los mexicanos en las urnas, reúne a hombres y mujeres que han trabajado hombro con hombro con el actual mandatario, México seguirá por el camino que hasta ahora lleva.
Sin embargo, a una buena propuesta, hubo una mala respuesta.
Al canciller Marcelo Ebrard le cayó como patada en el hígado que Claudia Sheinbaum lo mencionara como posible miembro de su gabinete y respondió tachándola de soberbia, de poseer poca humildad e ironizando al decir “qué tierna”.
No es la primera vez que lo digo: Ebrard está perdiendo el piso. Sus arranques, su intolerancia a la crítica y la no aceptación a su posible y casi inminente derrota en la próxima encuesta están sacando el ogro que lleva dentro, de tal forma que cae en expresiones misóginas que nada aportan a un partido que apuesta por la pluralidad, igualdad y el respeto.
¿Le molesta al canciller que una mujer le lleve ventaja? ¿O simplemente no le acomoda el traje de perdedor?
Las encuestas no mienten y Claudia es puntera en todas.
En la que se presenta todos los días aquí en SDP Noticias, al día de ayer Claudia Sheinbaum tiene 32%, que representan dos décimas más que el día anterior, en tanto que Marcelo Ebrard tiene 25.1%, que significa una décima menos que el día anterior.
¿Puede alcanzarla? Lo dudo, aunque, claro está, la decisión final está todavía en el aire.
Vamos, pues, aconsejarle a Ebrard, que se relaje, ya que en política nada está escrito y como dicen por ahí, esto no se acaba hasta que se acaba.
Delfina, puntera insuperable
Otra mujer que lleva la delantera es Delfina Gómez, candidata morenista a la gubernatura del Estado de México.
Leo por muchos lugares que la candidata del partido guinda tiene mucha “cola que le pisen” o que su paso por la SEP fue muy cuestionable, pero por lo visto a los posibles votantes eso no les importa y están dispuestos a darle el triunfo frente a su principal contendiente, Alejandra del Moral.
Esto es predecible.
Alejandra representa lo que muchos mexiquenses no quieren, pues están hartos del Grupo Atlacomulco, de donde ella proviene.
Si Delfina Gómez gana las elecciones en la entidad más poblada del país y destrona al priato enquistado en la zona, Morena tiene prácticamente ganada la elección presidencial.
Es muy deseable, en este escenario, que los competidores de la doctora Sheinbaum cierren filas en torno al candidato o candidata de su partido para que la Cuarta Transformación avance en territorio nacional.
Esto debe razonar el canciller: los pleitos, los berrinches y las descalificaciones entre morenistas salen sobrando en momentos claves para el país, cuyo hartazgo de los habitantes le apuesta a quitar del camino a todos los personajes que le han dado en la torre a la tan deseada estabilidad social, económica y política.
Es pues, momento de actuar a favor del bien común y dejar de lado los caprichos.
Si Marcelo, o cualquier otro aspirante a la presidencia del país no se modera en sus arranques y ataques hacia la doctora Sheinbaum no están pensando en el bien común, lo están haciendo en forma unilateral, con egoísmo, con soberbia, con ansia de poder y por ahí no se gana porque justamente esas actitudes son la que tienen los del bando contrario, que ya van de salida y muy pronto lo veremos en la elección del Edomex.