Se quedaron esperando que en el mitin del Zócalo capitalino este próximo domingo saliera desde el fondo de la tierra Andrés Manuel para decir “ya llegué, yo puedo domar a mi amigo Trump y no habrá aranceles”. Pero nada de eso ocurrirá. Al menos no por ahora.
El ex presidente López Obrador goza de un merecido descanso mientras la presidenta Sheinbaum toma las riendas del país y continúa lidiando con las ocurrencias del mandatario estadounidense, con varios puntos a favor sobre el personaje naranja y un histórico nivel de aprobación de más del 80%.
No es la primera vez que Donald nos impone aranceles.
En junio de 2019 amanecimos con el 5% de este impuesto a todos los productos que México exporta a Estados Unidos. Fue el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador quien se tuvo que enfrentar al ogro y negociar, de hecho, desde principios de ese mes se habían mantenido mesas de diálogo entre representantes de los dos países para buscar frenar el flujo migratorio hacia aquel país.
Así nació el programa Quédate en México, además se desplegaron seis mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte. Como siempre ocurre a algunos no les gustó la solución y echaron chispas. Lo mismo da, se llegó a un acuerdo entre ambos países y pensamos que el asunto estaba enterrado y lo estuvo hasta este nuevo sexenio. Pero a Trump le encanta ser el centro de atención, mejor dicho, le encanta joder y joder. No creo que de motu proprio decida olvidarse de los aranceles, pese a que el país que gobierna se perjudica igual que el nuestro. Va a seguir insistiendo, no sé si mes con mes o con periodos más largos de tiempo, pero insistirá.
Mientras tanto, en Palacio Nacional la primera mandataria organiza lo que en principio sería una asamblea informativa y ahora será un festejo que tendrá lugar el próximo domingo. Festejo, sí, porque hasta hoy nada es como el otro quisiera. Claudia es una mujer poderosa, es indiscutible y eso hay que celebrarlo.
Habrá además un mes para pensar en un nuevo diálogo con su homólogo estadounidense y en seguir planeando estrategias para combatir los cárteles de la droga. A nadie le conviene que el crimen organizado siga cobrando vidas inocentes; tampoco conviene una guerra comercial.
La doctora Sheinbaum se ha mostrado a la altura para enfrentar esta situación. Ya había plan A, B, C, o más para impedir afectaciones económicas y demostrar que México es mucha pieza. No cabe duda: serenidad y paciencia mes con mes.