Bienvenidos amantes de la gastronomía. No sé si a raíz de las plataformas del streaming, el mundo gastronómico esté cambiando; supongo que sí, pero no tengo datos serios e infalibles que lo confirmen.
Pero una realidad que nos trajo la pandemia de Covid y su confinamiento, fue que muchos de nosotros, para matar el tedio, nos dedicamos a ver programas de cocina.
Por ejemplo la larga y extensa lista de la franquicia del chef inglés Gordon Ramsey; también los de desafíos de postres, ¡y vaya que actualmente tenemos una amplia gama!
Lo que en recientes días me ha llamado la atención al respecto, fue una nota que salió en el periódico español El País, donde afirman que esta “de moda”, dar cenas en casa.
Y eso es justamente resaca de la pandemia, porque mientras estuvimos encerrados, ansiábamos regresar a los restaurantes, bistrós, cafeterías y a toda la oferta gastronómica que nos podemos encontrar, pero también es cierto que pasado el “rush” por salir -comparto lo dicho en esa columna-, se nos ha creado una “nueva” necesidad, que es presumir nuestras nuevas y recientes habilidades en la cocina.
Además, se suma a otra tendencia, y no es solo hacer la cena para tus amigos y familiares, sino que esta nueva “necesidad” de compartir el pan y la sal se convierte también en un asunto de estética visual.
Si además de todo, podemos hacer esta cena temática, será un plus. Veamos, se trata de agasajar de manera multisensorial a tus invitados, por lo cual primero habrá que pensarse un tema, puede ser por ejemplo la llegada de una nueva estación, y se hace una cena dedicada al “solsticio de verano”, donde los colores predominantes son el dorado del sol, junto con tonos amarillos hasta llegar al naranja y se buscará vestir la mesa acorde al tema.
Esta parte es fundamental, que la mesa refleje de qué va el menú, y entonces se piensa que todo coordine en perfecta armonía, por lo cual habrá que decidir desde antes qué tipo cena se dará a los invitados.
Las posibilidades van desde solamente ofrecer bocadillos ligeros, o una entrada y plato fuerte, hasta un servicio de cinco tiempos que incluya entrada, ensalada o sopa, plato fuerte, quesos y fruta, postre y café.
Ahora, vayamos a esa hipotética cena temática para honrar la entrada del solsticio de verano. Imaginen una mesa rectangular para 12 invitados, la mesa está vestida con un mantel blanco y sobre platos de color dorado que aluden al rey sol.
La cubertería es de tonos dorados, la vajilla está en tono amarillo paja y blanco, las copas para el vino blanco, tinto, agua y postre tienen ribetes dorados; en la mesa los arreglos florales son girasoles, y hay varios candeleros con velas blancas y doradas para darle un toque aún más interesante.
En esta cena queremos lucirnos, así que empezaremos con una entrada de carpaccio de res, alcaparras con queso parmesano y pan tostado para acompañar.
El siguiente plato será una sopa fría de melón acompañado de jamón serrano, y como plato fuerte incluso podemos manejar dos opciones: pescado y carne.
En el caso de que se les antoje más el pescado, podemos ofrecer un bonito filete de trucha arcoíris acompañado de un ligero puré de apio, y jícama en juliana muy fina para dar un cierto “crunch”, que además nos sirve para limpiarnos el paladar.
Pero si llegan a decantarse por la carne, un filete mignon a la mantequilla con puré de papa, salsa de eneldo y verduritas baby al vapor, son una buena opción.
Pasamos a un plato de quesos, entre frescos hasta maduros, con fruta para ir preparando espacio para el postre, que puede ser un pastel, un pie, unas tartaletas de frutas, con café y/o té para cerrar con broche de oro.
Y aunque por regla de etiqueta el café se toma en la sala, no en el comedor, es un pretexto más para decorar el “family room”, con flores que simulen al rey sol y que podamos -con este último tiempo- dar por terminada la cena temática, agradeciendo a familiares y amigos por su presencia.
Cierro con un párrafo de la columna del periódico El País “Dar cenas es una forma de reflejar todo eso, de ir de la mano de las estaciones y de conectar con la naturaleza y sus ciclos, de representar una identidad, una cultura, un ritual y una forma de generosidad”.
Así que ya sea por mostrar sus dotes culinarias, por agasajar a sus familiares y amigos o por crear recuerdos memorables, siempre hay un pretexto para hacer cenas, temáticas o no, que nos unan de forma gregaria. Porque también es divertido, cocinar en casa. Bon appétit!
Cat Soumeillera en X: @CSoumeillera