Por primera vez, en lo que va del sexenio, se habla de un opositor competitivo de cara a las próximas elecciones presidenciales: Luis Donaldo Colosio Riojas.
La nota sorprende y emociona.
Colosio no solamente encarna la reivindicación del mito. También representa un asunto pendiente con la historia de México.
Lo de Donaldo sería karmático: acabaría cumpliendo el sueño de su padre, cuya vida fue interrumpida “[...] por las balas del odio y de (la) cobardía”. El contexto se antoja shakespeariano, no solo en el sentido de “Los idus de marzo”, como lo expuso Krauze, sino en un sentido hamletiano, también.
El dramatismo de una eventual candidatura presidencial de Luis Donaldo podría ser el detonante emotivo para que la oposición vuelva a cautivar y esperanzar a la gente.
Faltan tres años. Sí. Falta que Colosio Riojas realice una buena gestión en la presidencia municipal de Monterrey.
Otro reto será la politiquería y la partidocracia.
Si Dondaldo quiere realmente tener posibilidades de éxito en los próximos comicios federales, deberá a trascender más allá de los partidos políticos; tendrá que encabezar un movimiento amplio, plural, incluyente, multicromático, que aglutine tanto a la oposición, como a las ciudadanas y ciudadanos independientes y que no profesan ideologías trazadas en piedra.
Humberto Enoc Cavazos Arozqueta en Twitter: @HECavazosA