¿Existe un método inteligente para provocar conductas honestas?
Especialistas de la Universidad de Harvard habían demostrado, con metodología científica, que sí, que hay maneras inteligentes de inducir comportamientos honestos. Lo hicieron, lo presumieron y publicaron un artículo que se hizo famoso en la comunidad académica mundial. Pero ese texto, carajo, recientemente ha sido retractado, es decir, invalidado.
Ocurrió que una de las autoras del estudio cayó en conductas deshonestas al momento de realizar la investigación: falsificó datos; así, de plano. Un verdadero fraude intelectual. El Financial Times ha publicado una interesante nota sobre ese escándalo universitario: “Experta en deshonestidad de Harvard acusada de deshonestidad”.
Directivos de Harvard decidieron enviar a su casa, con “licencia administrativa”, a la experta en ética Francesca Gino, de 45 años de edad, ganadora de numerosos reconocimientos académicos, internacionalmente elogiada en su materia y, además, exitosa asesora empresarial con un patrimonio neto —lo leí en internet— de 5 millones de dólares, que no está nada mal para una profesora; sinceramente deseo que tal riqueza le alcance para mantener su nivel de vida en los próximos años, en los que difícilmente será contratada ni en universidades ni en empresas serias…
Las trampas intelectuales de Francesca Gino fueron denunciadas desde 2021. Lo hicieron en un blog tres académicos que prefirieron el anonimato: Uri, Joe y Leif.
En resumidas cuentas, la señora Gino fabricó datos para el mencionado —y muy famoso— artículo sobre honestidad y deshonestidad que consistió en un experimento de campo realizado en una compañía de seguros de automóviles. Hasta aquí tal historia.
En México había un método infalible para hacer que la prensa se portara “honestamente”
Es un método patentado por don Luis de Eguílaz en su comedia de 1844 —cuando el autor tenía 14 años de edad—, estrenada en Jérez de la Frontera, España, Por dinero baila el perro.
Hoy Pablo Hiriart confiesa, así hay que interpretarlo: su comportamiento periodístico se inspira en el perro de don Luis. La confesión la hizo en un artículo publicado en El Financiero en el que lanza sus acostumbrados ataques al presidente Andrés Manuel López Obrador.
El columnista dice:
- Que seguirá en el gobierno “la izquierda dura”.
- Lo demuestran, según Hiriart, los recientes nombramientos de dos personas jóvenes en el gabinete presidencial, Luisa María Alcalde como secretaria de Gobernación, y Marath Bolaños como titular de Trabajo y Previsión Social, ella y él de 35 años de edad.
- El columnista asegura que Luisa María y Marath no fueron colocados ahí para acompañar al presidente AMLO en el último año de su gobierno, sino para que Claudia Sheinbaum, ya presidenta, los deje en tales cargos, de tal manera de asegurar la continuidad de la 4T.
- Dice el colaborador de El Financiero: “El presidente le dejará —o intenta dejar— a Claudia Sheinbaum el esqueleto del gabinete y una agenda legislativa inmediata”.
- Para Hiriart, “ni Ebrard ni Monreal están en los planes del siguiente gobierno, pensado para ser la continuación radicalizada del actual, salvo que acepten algún papel decorativo”.
- Entre los planes de Andrés Manuel, piensa Hiriart, está “terminar con la prensa libre, a la que ha ahorcado económicamente y amenazado de forma personal y abierta para lograr un mayor sometimiento”.
Lamento informarle al señor Hiriart que las amenazas a periodistas de parte del presidente López Obrador no existen: AMLO lo único que ha hecho —y es su derecho— ha sido criticar a quienes le critican.
Paréntesis constitucional o el gran reto de la SCJN
Hoy jueves el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tomará una decisión jurídicamente muy sencilla, pero políticamente hablando complicadísima: invalidar, o no, la segunda parte del plan b electoral propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador y la gente de Morena que participa en el poder legislativo.
Si una mayoría de ocho ministros y ministras vota a favor del proyecto de sentencia del jurista Javier Laynez Potisek, el plan b quedará totalmente invalidado y se avivará la polémica que enfrenta a la corte suprema con el titular del poder ejecutivo.
La primera parte del plan b ya quedó anulada. Hace menos de dos meses siete ministros y dos ministras votaron a favor de una propuesta de Alberto Pérez Dayán:
- Norma Lucía Piña Hernández.
- Jorge Mario Pardo Rebolledo.
- Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
- Margarita Ríos-Farjat.
- Juan Luis González Alcántara Carrancá.
- Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
- Luis María Aguilar Morales.
- Javier Laynez Potisek.
- Alberto Pérez Dayán
Solo dos ministras no rechazaron el plan b
- Yasmín Esquivel Moss.
- Loretta Ortiz Ahlf.
Ahora va el segundo tiempo del juego que va ganando la corte suprema y perdiendo la 4T. No debe haber sorpresas. Ministros y ministras seguramente votarán este jueves en el mismo sentido la otra parte del plan b electoral. Lo pronostico porque, hasta donde estoy enterado, no son juristas formados en la clásica doctrina fundada por la eminente doctora en derecho doña María Expropiación Petronila Lascuráin y Torquemada de Botija, conocida en las facultades de leyes como la Chimoltrufia.
Es decir, no espera nadie que si hace unas pocas semanas defendieron un criterio ahora defiendan el contrario. Ello les enemistará todavía más con el titular del poder ejecutivo, que ejercerá su derecho constitucional para cuestionar todavía mas fuerza a ministros y ministras.
Pienso que ya va siendo hora de que quienes integran la Suprema Corte de la Justicia de la Nación le entren, como guardianes de la Constitución que son, al tema más importante del sexenio: ¿Tiene el presidente de México el mismo derecho que la carta magna reconoce a cualquier persona para criticar a quien se le pegue la gana, con las palabras que se le antoje usar, desde luego en el debate sobre asuntos de interés nacional?
Eso es de la mayor relevancia porque sobran periodistas que en mi opinión confunden a la opinión pública argumentando a diario, como Hiriart hoy en El Financiero, que AMLO amenaza “de forma personal y abierta” a la gente de los medios de comunicación.
Personalmente no he visto ni una sola amenaza. Abundan, sí, comentarios hirientes de Andrés Manuel en los que habla de los y las columnistas en los mismos términos —duros y hasta ofensivos, pero esperables en un debate— en que tales integrantes de la comentocracia se refieren al presidente e inclusive a su familia; el hijo menor de edad de AMLO no ha escapado a los insultos y calumnias en su contra.
Que la corte suprema decida: ¿el presidente es libre para expresarse o no lo es? Y si no lo es porque tiene mucho poder, entonces, ¿también debería limitarse la libertad de expresión de otras personas poderosas: gobernadores y gobernadoras, líderes de las iglesias, hombres y mujeres de negocios que aparecen entre la gente más adinerada del mundo, también los ministros y las ministras de la SCJN —no es poco poder invalidar proyectos presidenciales— y hasta periodistas influyentes capaces de destruir reputaciones con un artículo o un reportaje?
Por lo que a mí respecta, que la SCJN decida entre dos opciones: (i) la libertad de expresión debe limitarse en función del poder político, religioso, económico, periodístico o jurídico de cada persona que vive en la cúspide de la sociedad mexicana, o (i) lo mejor de una vez por todas es declarar absolutamente constitucional el derecho a debatir los temas de interés público utilizando tantas frases subidas de tono como lo permitan la educación, la creatividad, la riojidad o la vocación verbalmente pugilística de cada quien.
El hecho es que Hiriart confiesa y lo hizo a la López Portillo
Más allá de sus mentiras y exageraciones, que son muchas, don Pablo Hiriart confesó que él pega porque no le pagan. ¿De qué otra manera interpretar eso de que AMLO “ha ahorcado económicamente” a la prensa libre?
Cuando leí eso me dije a mí mismo: ¡ah, chingao!, no sabía que Andrés Manuel estaba obligado a mantener medios improductivos.
No entrecomillé ni puse en cursiva lo de prensa libre que menciona Hiriart porque, precisamente, una libertad absolutamente constitucional y hasta sagrada es la de libertad comercial. Don Pablo Hiriart tiene derecho a defender su negocio, afectado porque AMLO decidió no pagar, en primer lugar por un asunto de principios, y en segundo porque no lo necesita: le basta y le sobra para difundir sus mensajes con la mañanera, infinitamente menos costosa que el gasto publicitario de gobiernos anteriores.
Sí, la obra Por dinero baila el perro de Luis de Eguílaz explica la furia de Hiriart contra la 4T. El columnista de El Financiero ha volteado la ecuación de un perro mexicano famoso, el fallecido expresidente José López Portillo: “No pago para que me peguen”. Don Pablo sí pega porque no le pagan. Cada quien su estilo.