Lo diré sin ambages y con todas sus letras: es un absurdo querer legitimar un contrato colectivo que está muerto, pero es un “requisito” contemplado en la última Reforma Laboral del 2019, fundamentado en el artículo Décimo Primero Transitorio del Decreto del 1º de mayo que reformó la Ley Federal del Trabajo.
Vayamos pues al pasado reciente; esta cuestión de legitimar los Contratos Colectivos de Trabajo surge de una obligación que está establecida en el Capítulo 23 del Tratado que México celebró con los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá, el famoso “T-MEC”. La finalidad es acabar con la simulación y los contratos de protección patronal, a través de un ejercicio democrático en el que los trabajadores, mediante el uso de su voto libre, personal, directo y secreto, ratifiquen la detentación que tiene el sindicato con su contrato de trabajo. A grandes rasgos y en lenguaje llano, se supone que es la oportunidad para que los trabajadores “se sacudan” a los dirigentes charros anquilosados como líderes sindicales.
Sin embargo, basta una rápida revisión hemerográfica por internet para darse cuenta de que ese objetivo quedó muy lejos de lograrse, y que los sindicatos charros encuentran todos los días una nueva forma “creativa y efectiva” de burlar la ley.
¿Qué sucede con el Contrato Colectivo de los Sobrecargos de Mexicana de Aviación? Pues que hoy, mientras ustedes están leyendo estas líneas, los sobrecargos de dicha empresa comenzarán a votar por “la legitimación” de su contrato colectivo, ¿para qué?, pues para cumplir con lo que mandata la autoridad federal en materia de trabajo.
Pero les voy a ser sincera, el mecanismo es precisamente para “detectar” los contratos de protección y los sindicatos charros. En este caso, ni nuestro sindicato es charro, y el contrato de los sobrecargos de Mexicana de Aviación está muy lejos de ser un contrato de protección patronal. Y es que debo aclarar, aunque hace 13 años que Mexicana no vuela, sus contratos colectivos de trabajo siguen vigentes, porque no ha sido ejecutada la sentencia de quiebra de la empresa. Así es que siguen en vigor los CCT que detentan los sindicatos: ASPA (Pilotos), ASSA (Sobrecargos) y SNTASSS (trabajadores de tierra), por mencionar tres ejemplos.
Pero, ¿qué es lo que veo? Una inmensa falta de talento por parte de la actual representación sindical que no ha sido capaz de explicar las particularidades de estos contratos a las autoridades laborales, que están exigiendo este trámite.
Comencemos con un caso diferente, el del contrato de mis compañeros sobrecargos de Aeroméxico (empresa en plena actividad). La representación sindical le corresponde a ASSA de México (Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación) que tiene su sede sindical en la calle Patricio Sanz.
Desafortunadamente desconocen la historia de su propio sindicato, y sus documentos básicos. De hecho, en varias ocasiones me solicitaron les proporcionara mi contrato, porque -dicen- no había ningún ejemplar en ASSA, lo que me parece inverosímil, pues es terrible que ni siquiera en la oficina que lleva el nombre de Delegación Mexicana de Aviación hubiera un ejemplar del contrato.
Sí, tienen el pretexto de que apenas en febrero entraron en funciones, y que la administración anterior no les dejó absoluta mente nada, pero seamos realistas: a ASSA de México el Caso Mexicana les da infinita flojera; y más si para obtener información deben “bajar” al archivo muerto -ubicado debajo del Auditorio “13 de Mayo” de la asociación sindical-, y verificar sí ahí hay una copia del Contrato Colectivo de Trabajo.
Ustedes se imaginarán que con juicios en trámite desde hace 13 años, el Sindicato de Sobrecargos estaría “empapado” de todos los detalles de nuestro CCT, y que prácticamente se los sabrían de memoria, pues es con base en ellos, los Estatutos Sindicales, debidamente concatenados con las leyes mercantiles y laborales, que han estado dando cruenta batalla en los tribunales administrativos y judiciales para defender nuestros derechos, los de todos los Sobrecargos de Mexicana de Aviación. Pero no… La verdad es que han sido trece años en los que ASSA cada día se olvida un poco más de sus agremiados de Mexicana de Aviación.
Entiendo que en la vorágine informativa, y muchas veces compleja, los compañeros periodistas se pierdan en este laberinto. Pero que mi propio sindicato ignore (por indolencia) información puntual y precisa, me parece deleznable.
Los sobrecargos de Mexicana de Aviación fuimos demandados en febrero del 2007 en un Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica, promovido por Gastón Azcárraga; el desenlace de ese juicio llegaría hasta abril de 2015, dándonos la razón a los sobrecargos. Mientras esperábamos, en agosto de 2009 nos vimos entrampados en una destitución sindical (muy mal hecha) que promovieron las áreas de legalidad del sindicato, más por rencillas y poder que por una verdadera legalidad, en contra de la que era Secretaria General de ASSA, Lizette Clavel. Debido a ello, en 2009 los sobrecargos perdimos la posibilidad de tener una revisión contractual (mesa de negociación entre empresa y sindicato), que se llevaban a cabo en el mes de septiembre de cada año.
Como ustedes ya saben, la bajada de vuelo de Mexicana de Aviación fue en el mes de agosto de 2010, así es que tampoco ese año llegamos a la revisión ¿Cuándo fue nuestra última revisión?, fue en el año de 2006 y nos fuimos “en cero” porque los sobrecargos de Mexicana no quisimos ceder al convenio de ahorros (recortar en un 60% el CCT) propuesto por Gastón Azcárraga; y no aceptamos porque en septiembre de 2005 ya habíamos cedido la cláusula de jubilación (para todos los contratados después de 1989), y consideramos que eso equivalía a darle a la empresa ahorros dos veces. Entonces nuestro último CCT fue el de 2004-2006, considerando que un año se hacía revisión salarial, y al siguiente correspondía la revisión contractual.
En ese orden de ideas, Mexicana de Aviación es un verdadero “galimatías”; una especie de “entelequia” que es al mismo tiempo es una empresa viva, pero sin operaciones; una empresa sentenciada a quiebra, pero que no se puede ejecutar; una empresa que tiene trabajadores repartidos en diferentes sindicatos, pero que hace 13 años ninguno de ellos cobran sueldo; con unos sindicatos que están esperando que se destrabe el asunto, para saber qué derechos son los que debe defender de sus agremiados. Y mientras todo eso pasa (o no pasa nada), el gobierno federal firma un Tratado Internacional con Canadá y Estados Unidos, que lo obliga a “legitimar” los Contratos Colectivos de Trabajo en vigor.
¿Cómo se cumple con ese compromiso del T-MEC? Es obligación de la empresa imprimir los Contratos Colectivos de Trabajo que se van a legitimar, pero en nuestro caso, “ya no hay empresa”; ASSA tomó la determinación de asumir el costo de imprimirlos, ¿pero qué contrato imprimieron?, ¿el de 2004-2006?, ¿inventaron un nuevo texto, simulando que se sentaron a negociar con una empresa fantasma?; y en un caso extremo ¿quieren que legitimemos un contrato con ASSA, para que ésta nos defienda? ¿ante quién, ante un amigo imaginario?
Me comentan que ante la baja afluencia de compañeros que acudieran a la sede sindical a “recoger” su contrato, terminaron mandándolo vía correo electrónico, aunque lo legal es que sean entregados físicamente por la empresa por lo menos 8 días antes de que inicie el proceso de legitimación.
En los grupos de chat de WhatsApp que tienen para comunicarse con el gremio, comentan que solo se entregaron 123 Contratos Colectivos de Trabajo, y la planta de sobrecargos “activos” de la empresa supera las 1000 personas. De esos mismos grupos sale la siguiente información:
“Buenas noches. Lo más importante de la reunión es que debemos de ir a ASSA de México a votar para que se legitime el contrato colectivo de trabajo. Tenemos que ser el 50%+1 para que ASSA nos siga representando….”
Y en otro mensaje más podemos leer: " Yo creo que sí se debe correr la voz para legitimar el contrato de Mexicana ya que aún falta la dispersión importante del MRO que viene el próximo año, y si no se vota, se corre el riesgo de que no seamos tomados en cuenta, amiga”
Aclaremos, porque hay muchísimo mito y mucha falta de trabajo por parte de la representación sindical. Hace unos meses, a varios compañeros (sobrecargos de a pie, por decirlo de alguna forma) nos mandaron los padrones que están en ASSA como “vigentes”, con la finalidad de que les dijéramos quiénes siguen vivos y quiénes no, para poder actualizar el padrón. Y es que los representantes sindicales (hoy todos salidos de las filas de Aeroméxico) no conocen a la planta de sobrecargos de Mexicana.
Como siempre, seré muy sincera: cuando me mandaron el padrón marqué los nombres de los compañeros que yo sé han fallecido, pero me imagino que hay decesos de los que nunca me enteré.
El último padrón con el que directamente trabajé como Secretaria de Actas de ASSA, y que estaba correcto, data del año 2010. Los sé porque se utilizó para la Reforma Estatutaria llevada a cabo para salir del limbo jurídico que nos dejó sin Toma de Nota, por la mala destitución de la Secretaria General. En ese entonces, el padrón de sobrecargos activos era de 1,300 y 450 sobrecargos jubilados, lo que arroja un total de 1,750 sobrecargos de Mexicana de Aviación agremiados a la ASSA.
Con el pasar de los años, hoy hay sobrecargos de Mexicana de Aviación que eran activos (contratados antes de 1989), pero que en estos 13 años han alcanzado la edad de jubilación; tal es el caso de Iván Enríquez, vocero del despacho del abogado Peña Neder, que en el momento de la bajada de vuelo de Mexicana era activo y estaba en la cartera de ASSA llamada Centro de Estudios de Mexicana.
Hoy por hoy somos 1,100 sobrecargos activos, y son 650 sobrecargos jubilados, algunos de ellos la edad de jubilación les alcanzó en este largo proceso. A todos los que fuimos contratados después del 11 de septiembre de 1989, ya no tenemos derecho a jubilarnos, aunque alcancemos la edad y los años de trabajo correspondientes, por la razón que expliqué arriba.
Con todo esto dicho y explicado, díganme ustedes: ¿tiene algún caso legitimar un Contrato sin empresa? Porque de ahí se está agarrando el sindicato para argumentar que en caso de no hacerlo, dejaríamos de ser agremiados al sindicato, y es aquí donde la puerca tuerce el rabo, en esta historia.
Hace 62 años nació ASSA de México de la mano de los sobrecargos de Mexicana, quienes se organizaron para salirse de la CTM, que era el sindicato que detentaba su contrato. Animados por la acción de los pilotos, que un año antes unieron fuerzas, los de Mexicana y Aeronaves (Aeroméxico), para fundar la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA). Quién tenga duda, que revise los estatutos de ASSA, que están inspirados (léase: son una copia) de los de ASPA.
Lamentablemente, en ASSA no existe un acervo histórico y documental que narre la historia de la creación del mismo; por lo tanto se ignora que ese sindicato no solo le pertenece a Aeroméxico. La representación se “confunde” porque es la única empresa activa. Para su mala suerte, ASSA es tanto de ellos, como de nosotros. Existen otros bienes que, además del contrato nos mantienen ligados, como es el caso de la Guardería que se construyó en la gestión de Alejandra Barrales, que ambos agremiados, tanto los sobrecargos de Aeroméxico como de Mexicana, pagamos pues nos costaron revisiones.
Es una contradicción que tiene la actual representación: mantener contratos “muertos”, para que esto les permita seguir cobrando dobles cuotas sindicales y préstamos a los sobrecargos de Mexicana que hoy prestan sus servicios en Aeroméxico. En la más reciente Asamblea ordinaria de ASSA los sobrecargos “sangre pura” de Aeroméxico reclamaron -13 años después- que hay un quebranto en la Caja de Ahorro y Préstamos (CAP) sindical, y que todo termina siendo culpa de los sobrecargos de Mexicana que dejaron de pagar.
Ojo compañeros: nosotros no pedimos ni rogamos que nos dejaran sin trabajo de un día para otro; esa voz solo demuestra que siguen sin entender el contexto en el que nos vimos envueltos, y que somos los menos culpables de nuestra situación.
Deseo que dentro de la representación sindical haya alguien que se le prenda el foco y entienda cuál es la finalidad de la legitimación del contrato. En el caso de Mexicana no tiene ningún caso, porque repito, ASSA de México no es un sindicato charro y mucho menos nuestro contrato era de protección patronal, al contrario, por algo Gastón Azcárraga nos demandó por un Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica; la Suprema Corte de Justicia de la Nación nos dio la razón en 2015. Si lo que ASSA quiere es legitimar para no quedar reducido a un sindicato de empresa, en lugar de seguir siendo un sindicato gremial, debe revisar con calma sus estrategias de convencimiento. Porque chantajeando, amenazando y haciendo las cosas mal y de malas, no lo va a conseguir.